El ejército de Israel lleva a cabo una nueva masacre de palestinos en Cisjordania
El 26 de enero, el ejército israelí llevó a cabo otra incursión en territorio cisjordano (palestino), en la ciudad de Yenín, esta vez ejecutando a 10 palestinos e hiriendo a varios más. Desde principios de año han muerto 30 palestinos. El ala ultraderechista del gobierno de Netanyahu afirma que este tipo de operaciones tienen como objetivo combatir a los «grupos terroristas». En la práctica, se trata de intensificar la política de anexión de Cisjordania, que implica el exterminio de la resistencia del pueblo palestino por parte del Estado de Israel.
En el norte de Cisjordania, principalmente en las ciudades de Yenín y Nablús, la resistencia se está viendo reforzada por grupos armados como la Yihad Islámica y el Lions’ Den, que a veces entran en conflicto directo con soldados israelíes. Estas organizaciones han obtenido el apoyo popular, ante el desgaste de la Autoridad Palestina a los ojos de las masas. Durante las invasiones, un sector de la juventud organizó incluso barricadas para enfrentarse al ejército israelí.
Este fenómeno ha expresado la incapacidad de la Autoridad Palestina para responder a la intensificación de las invasiones israelíes del territorio palestino y, al mismo tiempo, las tendencias de radicalización de las masas contra el Estado sionista. En ausencia de una dirección revolucionaria, los grupos armados que utilizan el método del terrorismo individual han conseguido fortalecerse como expresión deformada de la resistencia del pueblo palestino.
La masacre del norte de Cisjordania llevó a la Autoridad Palestina a declarar que rompía la cooperación con Israel en materia de «seguridad». En respuesta a la masacre de Yenín, Hamás lanzó misiles hacia Israel, que fueron interceptados. Luego, Israel bombardeó la Franja de Gaza. El 27 de enero, un palestino perpetró un atentado cerca de una sinagoga de Jerusalén matando a 7 judíos. Se observa, por tanto, una tendencia a una nueva escalada del conflicto.
La crisis actual ha provocado que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, haya adelantado su viaje a Israel y Cisjordania, para intentar restablecer los lazos de colaboración de la Autoridad Palestina con el Estado de Israel. En su conversación con Netanyahu, se solidarizó con los 7 judíos muertos en el atentado de la sinagoga, pero pasó por alto la masacre de 10 palestinos en Yenín. En su visita a Cisjordania, en presencia de Mahmud Abbas, repitió la vieja fórmula de los «dos Estados», que en la práctica es el mantenimiento de la opresión nacional del pueblo palestino por el Estado sionista. El tono pacifista de Blinken apenas oculta el papel de Estados Unidos en la creación del Estado de Israel y su utilización como punto estratégico para sus objetivos imperialistas de dominación en Oriente Medio, una región rica en petróleo.
El carácter ultraderechista del nuevo gobierno de Netanyahu, junto con la tendencia al agotamiento político de la Autoridad Palestina, ha abierto una nueva etapa en el intervencionismo del Estado de Israel y la radicalización de la resistencia palestina. Parte de estas tendencias es la reforma judicial propuesta por el gobierno de Netanyahu (véase la página 33 del periódico Masas 681), que despejaría el camino para que el gobierno de ultraderecha avance sobre territorio palestino mediante incursiones militares y asentamientos.
La liberación de la nación palestina no es posible mientras exista el Estado sionista. Sólo la clase obrera, a través de su estrategia revolucionaria, es capaz de dirigir a la mayoría oprimida palestina y judía hacia la destrucción del Estado sionista de Israel y la constitución de una República Socialista de Palestina una e independiente. La lucha de liberación nacional del pueblo palestino forma parte de la lucha antiimperialista en la región por la constitución de los Estados Unidos Socialistas de Oriente Medio.
(POR Brasil – Masas nº682)