La “fiesta” menemista sin fin
El viernes 9 de marzo, el denominado “superministro” Sergio Massa, celebraba desde zoom en CABA que YPF cumplía 30 años cotizando en la bolsa de Nueva York. El evento realizado desde la potencia imperial contaba con una pertinente iconografía “un amanecer en un campo petrolero” y tiene las letras grandes en blanco de YPF. Abajo, cuelgan tres banderas: la de Estados Unidos, la de Argentina y la de YPF, y otra lona que dice Unlocking Argentinas’s energy potential (Desbloqueando el potencial energético de Argentina). Lleva la firma de “30 años, YPF listada en NYSE” (diario La Nación).
Dentro de las promesas del “derrame”, hay 5.000 millones dólares prometidos en inversión para el año en curso. Vaca Muerta ocupará 2.300 millones, el resto se destinará al convencional y refinamiento.
Por su parte el CEO de YPF Iuliano mostró preocupación por la “inflación” para lo cual, se seguirán aplicando “ajustes mensuales”, para “correr lo más cerca posible”. El CEO indicó que los precios actuales de los combustibles están entre 15 y 20% por debajo del “import parity” (precios de importación)”. Es decir, el ajuste será permanente sobre los trabajadores, que soporta los tarifazos de las privatizadas. También se celebró la futura explotación no convencional en Palermo Aike, cercana al puerto de Rio Gallegos (situación “ventajosa”) para la exportación.
Recordemos que en septiembre de 1992, como diputada santacruceña, Cristina Fernández sostenía la importancia de la sanción de la “Ley de Federalización de los Hidrocarburos y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales”. El apoyo del peronismo fue casi total, sobre 120 de diputados, 10 votos fueron en contra y una abstención. La lista es extensa de quienes apoyaron la privatización, pero encontramos otros personajes actuales como, Oscar Parrilli, Jose Luis Gioja, Carlos Soria, Jorge Yoma, Felipe Sola, Carlos Ruckauf, Juan Pablo Cafiero, entre otros justicialistas que entregaban al país al capital imperialista.
Luego en 2012, se compra la acción mayoritaria por parte del estado nacional, bajo el gobierno de Cristina Fernández. Acción que implicó retener el 51% de las acciones, pero NO la REESTATIZACION de YPF, ni mucho menos la expulsión de las petroleras imperialistas antinacionales. El objetivo de la compra de las acciones de YPF por parte del Estado tuvo como objetivo responder a la debacle que había significado la política petrolera de Repsol y Néstor Kirchner de vaciar los pozos para garantizar el ingreso de dólares para pagar la deuda externa, perdiendo el autoabastecimiento y teniendo que pasar a destinar miles de millones de dólares a la importación de combustible. La posesión de las acciones mayoritarias de YPF no estuvo ni está al servicio del desarrollo nacional, sino que busca garantizar los negocios de las petroleras multinacionales con nuestros recursos.
Esta recuperación de la historia reciente deja claro que las políticas neoliberales, tan denostadas por el Frente para la Victoria en su momento y desde el Frente de Todos, no son más que fuegos de artificios. Que las privatizaciones de los recursos estratégicos del Estado (Segba, Entel, Gas del Estado, Correo, Ferrocarriles, Canales de TV, etc.) dejaron al país aún más sometido al imperialismo.
En este contexto actual, de un AJUSTE y precarización de la vida, trabajo, salud, vivienda, educación, entre otros ítems sensibles para las masas, vemos que el gobierno nacional toma medidas que favorecen a los grandes grupos concentrados privilegiando tarifas a las ganadoras (empresas privatizadas) u otorgando dólares a demanda de los agronegocios (dólar soja I y II). Un modelo económico sustentado en políticas extractivitas, del cual se pretende cubrir la carencia de dólares para los insumos de la industria y fundamentalmente para el pago al FMI.
Frente al capitalismo de barbarie y rapiña, los sectores trabajadores ocupados y desocupados debemos organizarnos, para terminar con las instituciones burguesas, que nunca permitirán el control obrero de los medios de producción. La respuesta del proletariado para poner los recursos petroleros al servicio del desarrollo industrial del país es la expropiación sin pago de las multinacionales que nos saquean, imponiendo el monopolio estatal de toda la producción petrolera bajo control obrero colectivo.