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Los datos postpandemia confirman nuestros pronosticos sobre el desarrollo de la crisis educativa

La tendencia a la virtualización de la educación es una corriente mundial, no se trata de un fenómeno reciente. Lo que ocurre es que en el escenario de la pandemia la significación de esa virtualización ha cobrado mayor importancia, se ha acelerado su aplicación dado el aislamiento en el que se encontraron, los niños, los jóvenes y las familias.

Muy rápidamente los gobiernos burgueses proclamaron los presuntos beneficios de la supuesta “modernización” de la educación, que fue presentada como un gran avance y el inicio del establecimiento de una “nueva educación”, pero que en realidad se trataba de un modo más barato de gestionar la cuestión educativa, transfiriendo parte de los costos operativos a los docentes, a los estudiantes y a sus familias y por otra parte, ahorrando al Estado otros gastos referidos al mantenimiento, infraestructura y equipamiento. De ahí que no pocos gobiernos y autoridades universitarias en complicidad se han dado a la tarea de alargar y mantener la clase virtual a pesar de la casi inmediata evidencia de deserción y caída en la calidad del aprendizaje de los estudiantes.

Pero después de estos años, a la luz de los datos recogidos de la experiencia vivida es posible hacer un balance de los efectos, posibilidades y limitaciones de la virtualización de la educación a la hora de enfrentar la crisis de la educación.

Para todos es evidente que el actual nivel del desarrollo de las fuerzas productivas ha puesto en cuestión a la vieja educación – universidad y reclama la reorganización del proceso educativo para que escuelas y universidades respondan de mejor manera a las necesidades sociales. Pero el problema es que esta transformación se la pretende ejecutar sobre las bases de la vieja sociedad capitalista en crisis y los resultados, opuestos a los esperados, terminan acentuando la crisis y los rasgos más odiosos y negativos de la vieja educación.

“De los 720 millones de niños en edad escolar primaria, 382 millones tienen problemas de aprendizaje, ya sea fuera de la escuela o por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura. COVID-19 podría aumentar ese número en 72 millones adicionales a 454 millones. En un escenario post-COVID-19 sin remediación y baja efectividad de mitigación para los efectos del cierre de escuelas, las simulaciones muestran que la pobreza de aprendizaje aumenta del 53% de los niños en edad de asistir a la escuela primaria al 63%.” (https://documents1.worldbank.org/curated/en/163871606851736436/pdf/Learning-Poverty-in-the-Time-of-COVID-19-A-Crisis-Within-a-Crisis.pdf )

En otro artículo del BM dice:

“Como resultado de la peor crisis de la educación y el aprendizaje de la que se tenga registro en la historia, la pobreza de aprendizajes se incrementó en un tercio en los países de ingreso bajo y mediano, donde se estima que el 70 % de los niños de 10 años no pueden comprender un texto simple, según se detalla en un nuevo informe que publicó hoy el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo (FCDO) del Reino Unido, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta tasa era del 57 % antes de la pandemia, pero la crisis del aprendizaje se ha profundizado. La presente generación de estudiantes se arriesga a perder USD 21 billones (en valor actual) de ingresos potenciales a lo largo de la vida, o el equivalente al 17 % del PIB mundial de hoy en día, en comparación con los USD 17 billones estimados en 2021.” (https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2022/06/23/70-of-10-year-olds-now-in-learning-poverty-unable-to-read-and-understand-a-simple-text)

Por su parte la UNICEF dice.

“Casi 2 de cada 3 niños, niñas y adolescentes siguen fuera de las aulas en América Latina y el Caribe UNICEF insta a los países de la región a intensificar el retorno al aprendizaje presencial” (https://www.unicef.org/lac/comunicados-prensa/casi-2-de-cada-3-ninos-ninas-y-adolescentes-siguen-fuera-de-las-aulas-en-america-latina-y-el-caribe )

En el ámbito universitario un estudio de la Fundación Universitaria Católica del Norte (Colombia), que se proclama a si misma como “pioneros en educación virtual” de cuenta que:

“…Los resultados indican que, en la formación académica con apoyo de herramientas virtuales, el principal factor de deserción fue el familiar, específicamente la situación económica, puesto que se vio limitado el acceso a dispositivos electrónicos y/o redes de internet, lo cual dificultó la continuidad en la formación. El factor más relevante para la permanencia fue el factor institucional (Universidad), debido a la implementación de estrategias que permitieron suplir necesidades económicas de las familias. Se concluye que la pandemia agudizó los factores de deserción, por lo cual es importante buscar estrategias para promover la permanencia, conservando los estándares de calidad y el bienestar estudiantil…” (https://www.redalyc.org/journal/1942/194270426003/html /)

En Bolivia se habló de un 57% de abandono parcial y de un 27% de abandono total por parte de los universitarios en el primer año de la pandemia principalmente por los altos costos del internet y razones económicas vinculadas a las necesidad familiares.

(https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20200714/desercion-universitaria-llega-27-mitad-alega-alto-costo-internet)

 

No es la primera vez que, en la historia la crisis de la educación, se presenta y esa misma experiencia histórica confirma que los límites de la reforma vienen dictados por la supervivencia de las viejas relaciones sociales de producción agotadas. El ejemplo más fresco de lo dicho lo tenemos en las emergencias educativas de la crisis acentuadas en el escenario de la pandemia del corona virus y la respuesta de impulsar la virtualización de la educación empujada por la UNESCO y los diferentes gobiernos burgueses del mundo, esta apreciación contenida en el artículo “El imperialismo y la educación virtual” publicado en el periódico Masas el 11 de mayo del 2020 ilustra los rasgos peculiares que viene adoptando la crisis educativa en las actuales condiciones:

“La tendencia a la virtualización de la educación es una corriente mundial, no se trata de un fenómeno reciente….Esta corriente viene siendo impulsada por los distintos gobiernos y principalmente por los organismos financieros del imperialismo, particularmente por la UNESCO que han hecho varios estudios y análisis de la significación, la importancia, los alcances y las limitaciones de empujar la virtualización de la educación, proceso que viene parejo al desarrollo de las tecnologías de la información. Con base en la explosión de los celulares inteligentes, de las computadoras personales, de los tablets, del desarrollo del internet etc. se empuja la virtualización de la educación.

Estamos ante una expresión del desarrollo de las fuerzas productivas que crearon la economía mundial y junto a ella el internet y las tecnologías de información y que están presionando para transformar la escuela universidad y la educación en general. Pero esa transformación se la está haciendo sobre las viejas bases de la sociedad capitalista en decadencia, para decirlo de forma más concreta: están presionando a transformar la escuela-universidad sobre la base del régimen capitalista fundado en el dominio de la gran propiedad privada burguesa y por ende en la radical separación entre trabajo manual y trabajo intelectual.

De ahí que una de las emergencias de esa virtualización de la educación, en el escenario de la crisis económica mundial, donde los pobres se hacen cada vez más pobres y los ricos son cada vez menos y más ricos, es que la discriminación económica y social, a la hora de acceder a la educación a través de estos medios tecnológicos, se ve acentuada, particularmente en los países pobres como el nuestro, donde el acceso al internet y el tener un celular o un equipo de buena gama y de alta capacidad que facilite la posibilidad de mejorar acceso a la información, está limitada por el atraso nacional.

La UNESCO y los diferentes gobiernos que impulsan esta virtualización de la educación son conscientes de esta realidad de discriminación social que deriva de las condiciones socio-económicas distintas de las personas; ellos saben que esa es la realidad. Pero el valor fundamental que tiene para ellos, y la UNESCO lo declara abiertamente, está en abaratar los costos de la Educación para los Estados burgueses.” (Masas, Recuperado el 30 de junio del 2020    http://www.masas.nu/masas/masas%20pdf/masas%20extra-11-05-20.pdf )

 

Los datos conocidos a partir del informe del Banco Mundial y la UNESCO sobre el dantesco cuadro de retroceso del aprendizaje acelerado por la pandemia COVID-19 confirman estas apreciaciones.

“El cierre temporal de escuelas en más de 180 países han mantenido a casi 1.600 millones de estudiantes fuera de la escuela, complicando los esfuerzos globales para reducir la pobreza de aprendizaje. Aunque la mayoría de los países han hecho esfuerzos heroicos para implementar estrategias de aprendizaje remoto y de recuperación, las pérdidas de aprendizaje se están acumulando rápidamente. Países y regiones han respondido de varias maneras, pero les resultó difícil llegar incluso a la mitad de los estudiantes. Estudiantes actualmente en la escuela pueden perder $ 10 billones en ganancias por mano de obra a lo largo de su vida laboral. Eso es una décima parte de PIB mundial, o la mitad de la economía anual de Estados Unidos o el doble del gasto público anual mundial en educación primaria y secundaria.”    (https://documents1.worldbank.org/curated/en/163871606851736436/pdf/Learning-Poverty-in-the-Time-of-COVID-19-A-Crisis-Within-a-Crisis.pdf )

No hay que olvidar que el propósito fundamental, lo importante en materia educativa es el desarrollo pleno en el educando, de sus aptitudes físicas y mentales, de la capacidad de hacer y pensar críticamente para transformar la realidad. ¿Para qué queremos la escuela y la universidad, si no es para formar mejores hombres y mujeres, más íntegros, más humanos? El problema de la escuela y la universidad es que su actual estructura no permite hacer posible ese desarrollo integral del ser humano, por el contrario en el escenario de la crisis económica estructural la contra reforma educativa burguesa se orienta hacia una cada vez mayor súper especialización, acentuando la deshumanización de los educandos y su transformación en apéndices de las maquinas; seres humanos robotizados atornillados al internet, idiotizados por  una cultura hedonista alentada desde las redes sociales, la TV, etc. que producen “eficientemente”, y a bajo costo.

El problema central de la actual forma de desenvolvimiento de la educación es el problema del conocimiento. Ocurre que la forma actual de la enseñanza en la escuela y la universidad separa teoría de práctica, trabajo manual de trabajo intelectual. Esta separación entre trabajo manual y trabajo intelectual, enraíza en la base económica del modo de producción capitalista, que separa medios de producción de fuerza de trabajo y que la ha llevado a sus extremos más absolutos. Esta separación se reproduce en la escuela y la universidad. Esta manera de llevar adelante la educación, aleja el proceso educativo de la realidad social y natural que se supone el educando debe conocer para mañana poder intervenir en ella. Condena a educandos y educadores a repetir mecánica y acríticamente el texto muerto y no pocas veces obsoleto. Repetir no es lo mismo que conocer.

Entonces la conclusión es que en la escuela y la universidad no se llega a formar conocimiento, lo que se hace es repetir, por lo general mecánica y acríticamente. La escuela repite, el estudiante universitario repite y el que mejor repite es el mejor alumno, los profesores le pondrán buena calificación aunque el alumno entienda poco o nada de lo que ha repetido, para que mañana, después del examen, se olvide de lo que trataba el tema. La escuela-universidad no permite conocer, por qué los procesos de enseñanza – aprendizaje se desarrollan al margen de la realidad social a partir de la cual el ser humano produce el conocimiento.

El conocimiento es un producto humano, es un producto social que se desarrolló desde antes de que exista la escuela. Y se desarrolla a partir de la interacción entre el sujeto (el ser humano), entendido como ser social que está en constante movimiento y transformación, por tanto está actuando para obtener de la naturaleza lo que se requiere para existir y reproducir su existencia. Esta relación entre el sujeto (ser social) con el objeto naturaleza – sociedad, que también existe de manera dinámica (la naturaleza y la sociedad siempre están cambiando) es la relación a partir de la cual se produce el conocimiento humano.

La interacción entre el hombre, como sujeto social, con el objeto, naturaleza – sociedad se realiza a través del trabajo. Con el trabajo humano destinado a obtener lo necesario para existir como sociedad, el hombre transforma la naturaleza, actúa sobre ella, la transforma para su beneficio, en esta interacción se realiza la aproximación (infinita) del sujeto al objeto, en esa medida, el sujeto va revelando al objeto, lo aprehende, lo conoce, lo convierte en una cosa para el hombre.

Este proceso del desarrollo del conocimiento se da fuera de la escuela y de la universidad y también se da fuera del internet, pero, para el desarrollo de ese conocimiento es indudable que el surgimiento de la lectura y la escritura fueron y son herramientas de primer orden que ayuda a generalizar los conocimientos adquiridos, de igual forma el internet es una herramienta más que ayuda a desarrollar y generalizar el conocimiento, pero no es el espacio donde se produce el conocimiento porque el conocimiento no se produce ni verifica dentro las 4 paredes del aula o dentro de la realidad virtual que nos ofrece el internet.

La virtualización de la educación no va a poder superar la crisis de la educación que está determinada precisamente por el hecho de que la manera como esta se desarrolla, separa teoría de práctica y en esa medida no permite el conocimiento del educando, sino la repetición mecánica del texto cosificado. La educación virtual será, en los hechos, una herramienta más para repetir.

El internet, aplicado a la educación, en el escenario de la pandemia ha acentuado el aislamiento entre educandos entre si y educadores, pero en general, en las condiciones actuales viene acentuando la separación entre sujeto y objeto, entre teoría y práctica, la separación entre la realidad de la naturaleza y la sociedad para sustituirla por la realidad virtual, aislando aún más a educandos y educadores de la realidad, acentuando su separación, profundizando la incapacidad de comprender íntegramente las cosas, creando seres idiotizados, convertidos en apéndices de la máquina, seres cada vez más deshumanizados.

El informe de la UNICEF, sobre los efectos recientes de la educación virtual impuesta por la pandemia, asegura:

“Durante los últimos 18 meses, la mayoría de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe no han visto a sus profesores o amigos fuera de una pantalla. Los que no tienen Internet, directamente no los han visto”, dijo Jean Gough, Directora Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “La educación virtual debe continuar y mejorar, pero está claro que durante la pandemia las familias más marginadas no han tenido acceso al aprendizaje. Cada día fuera de las aulas acerca a los niños, niñas y adolescentes más vulnerables a la deserción escolar, la violencia de las pandillas, el abuso o la trata de personas.

La escuela no es sólo un lugar donde los niños, niñas y adolescentes aprenden, sino también un espacio seguro para que interactúen, jueguen y crezcan juntos. Durante la pandemia, América Latina y el Caribe han tenido más tiempo de cierre ininterrumpido de escuelas que cualquier otra región del mundo. En toda la región se ha perdido una media de 153 días de clase presencial desde que se inició la pandemia. El cierre generalizado de escuelas ha causado la mayor interrupción del aprendizaje en la historia moderna de la región.”

(https://www.unicef.org/lac/comunicados-prensa/casi-2-de-cada-3-ninos-ninas-y-adolescentes-siguen-fuera-de-las-aulas-en-america-latina-y-el-caribe)

 

Conocer supone transformar, sin embargo, en las Escuelas y Universidades el proceso educativo se desarrolla separado de la realidad social y de la naturaleza, se desarrolla de espaldas al proceso de la producción social, fuera de ella.

El problema se agrava cuando se trata de países atrasados y semicoloniales, porque al problema ya descrito se agregan los problemas derivados del poco desarrollo socio económico, el retraso cultural y la miseria material de alumnos, profesores y del propio Estado.

La crisis de la educación y la posibilidad de su superación están estrechamente ligada al desarrollo de las fuerzas productivas a condición de que estas se vean liberadas de las ataduras impuestas por la vigencia de las relaciones de producción capitalista por la vía de la revolución social; entre tanto ello no ocurra, la crisis capitalista estructural adquiere un carácter cíclico con breves periodos de expansión, seguidos de catástrofes y estrepitosas caídas, que terminan arrastrando a una cada vez mayor deshumanización y barbarie.

 

(nota del Boletín del CERCI nº37)

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