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La CGT al servicio de los empresarios, de espaldas al 1° de Mayo

La CGT convocó nuevamente a un acto ¡para el 2 de Mayo! En un pequeño club, a puertas cerradas, con invitaciones. La semana anterior aprobó un documento que se titula “Estamos a tiempo” en la primer reunión del año ante una situación que describen de “descomposición social”, “de tal gravedad que no admite especulaciones”.

Con terminología propia de un periodista de economía, insiste con su política y la política fracasada del gobierno de llamar a “un gran consenso político, económico y social” que repite varias veces en el documento.

Evidentemente están enterados de la Argentina “atraviesa una compleja crisis económica y social, heredada y agravada por un escenario de inestabilidad macroeconómica que se manifiesta a través de la escalada inflacionaria creciente que pulveriza el poder adquisitivo de los salarios; escasez de divisas, informalidad laboral y un aumento en su pobreza estructural, inaceptable para la Argentina, que alcanza a un 40% de nuestro pueblo, condenando a la marginalidad a millones de argentinos y argentinas y ponen en serio riesgo la cohesión social”.

La elevada inflación es un fenómeno que lleva años destruyendo el poder adquisitivo de los trabajadores. El retroceso salarial, incluso para los trabajadores bajo convenio, es extraordinario. La gran mayoría es pobre. El arma que tienen los trabajadores para defenderse es la huelga general, para imponer el salario mínimo para todos que alcance el costo de la canasta familiar, esa es “la medida y acción urgente” que se necesita.

La CGT renuncia a su responsabilidad de convocar a la lucha en defensa del salario y vuelve a proponer una mesa de consenso con gobierno y patronales, les pide que lleguen a acuerdos estratégicos, ¿en qué se diferencia de las recomendaciones de la Embajada? La CGT es responsable de esta catástrofe a la que llegamos y ahora les asusta, tienen miedo que estalle y que les estalle en su cara. Ya han demostrado qué significa ese pedido. Hace pocas semanas la CGT participó en estas mesas para mostrar su carácter servil y de entrega, acordando un SMVyM de $80.000.

Para la CGT la crisis se resuelve votando y con acuerdos de los principales partidos patronales, renegando de defender los intereses de quienes debería representar. Dice que “la dirigencia política, sin distinciones partidarias… y con la responsabilidad de ser depositarios de la confianza y la representación que la ciudadanía les otorga a través del voto, deben asumir el compromiso que les cabe en la sucesión de crisis recurrentes que a través de los años han llevado a nuestro país a la situación actual. Deben asumir el compromiso de erigirse en garantes del bienestar colectivo”.

El gobierno actual como el que vendrá, son administradores de los negocios capitalistas, defensores de la propiedad privada y las ganancias empresarias. No es posible ningún consenso con ellos y con las patronales porque sus intereses con antagónicos, contrarios, con los intereses de los trabajadores. Los trabajadores deben independizarse políticamente para poder pelear por sus derechos y defender el interés de la nación oprimida.

No es casual que la mayoría de los dirigentes de la CGT promuevan a Massa como su candidato y hasta lo invitarían al Acto. Uno de los candidatos de la Embajada y el FMI. No es casual que le preocupe que los índices de inflación “afecte la previsibilidad en materia de inversiones impactando negativamente en todas las variables… la demanda de un mayor compromiso de responsabilidad social empresaria en los sectores formadores de precios… la necesidad de una mayor participación de la ciudadanía en todos los asuntos de la nación para fortalecer las instituciones democráticas… abordar los cambios en el trabajo asociados a las tecnologías de la información y la comunicación, a la inteligencia artificial y la automatización de los procesos productivos promoviendo el diálogo entre los actores sociales involucrados…”.

La terminología y conceptos burgueses repugnantes del documento muestran la descomposición de la dirigencia burocrática que contrasta con los documentos de los años ´60 que también bajo dirección peronista un 1° de Mayo emitían un documento en solidaridad con las luchas obreras en el mundo, un homenaje a los héroes y mártires de la clase obrera, exigían la libertad de los presos por luchar, que decía que “el aplastamiento de la clase obrera va acompañado de la liquidación de la industria nacional, la entrega de todos los recursos, la sumisión a los organismos financieros internacionales… la historia del movimiento obrero, nuestra situación concreta como clase y la situación del país nos llevan a cuestionar el fundamento mismo de esta sociedad; la compraventa del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción… La estructura capitalista del país, fundada en la absoluta propiedad privada de los medios de producción, no satisface sino que frustra las necesidades colectivas… los sectores básicos de la economía pertenecen a la Nación. El comercio exterior, los bancos, el petróleo, la electricidad, la siderurgia y los frigoríficos deben ser nacionalizados”, que “los compromisos financieros firmados a espadas del pueblo no pueden ser reconocidos”, que “los monopolios que arruinan nuestra industria y que durante largos años nos han estado despojando, deben ser expulsados sin compensación de ninguna especie”, que es necesaria una “profunda reforma agraria, con las expropiaciones que ella requiera”,  que denunciaba al “sindicalismo amarillo, imperialista, que quiere que nos ocupemos solamente de los convenios y de las colonias de vacaciones” (CGT de los Argentinos, 1968). Semejante claridad en los conceptos estaba amputada por la ilusión de que, con Perón a la cabeza del proceso emancipador, se podría llevar adelante ese programa.

Toda la lacra antiobrera que hoy dirige la CGT debe ser expulsada, es un obstáculo para la lucha por nuestros derechos.

(Nota de MASAS nº434)

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