Consideraciones de Atilio de Castro – Reconocimiento al trabajo y a la obra de Guillermo Lora
Consideraciones de Atilio de Castro – POR Brasil
Grabación realizada el 20 de mayo de 2023
El tema que me toca, para rendir homenaje a Guillermo Lora, es sobre su trabajo, su dedicación, en la construcción del partido como una tarea histórica que no se limita a la revolución proletaria en Bolivia, que se trata de una tarea mucho mayor, la de trabajar por la revolución proletaria mundial. Los fundamentos del internacionalismo proletario están fuertemente implantados en el POR de Bolivia, no sólo en las ideas generales o explicaciones sobre el internacionalismo, sobre la IV Internacional, sobre la degeneración de la II y III Internacional, o sobre el lugar de la I Internacional en la lucha marxista por el comunismo. En otras palabras, no se despliegan como debates puramente internacionales. Se despliegan en la tarea de desarrollar la revolución en su propio país, ahí radica la fuerza y la presencia del POR de Bolivia en la situación mundial y, en particular, en la situación de América Latina.
La discusión sobre el vínculo entre el POR y la IV Internacional tiene una trascendencia para hoy, en momentos en que vivimos una profunda crisis de dirección revolucionaria mundial, frente a la guerra en Ucrania, la escalada militar en todo el mundo, la guerra comercial de EEUU en Asia contra China, la desintegración de regímenes políticos en América Latina, la lucha de clases en Francia contra el gobierno de Macron, en fin, frente a un conjunto de movimientos en todo el mundo, que muestran contradicciones: por un lado el imperialismo avanza con su poder reaccionario, con su poder profundamente destructor de las relaciones mundiales y, por otro, la lucha de clases se convulsiona, obviamente con grados diferentes en cada país, sin embargo, la ausencia de direcciones revolucionarias obstaculizan la marcha de la revolución social. Existe un movimiento internacional de la clase obrera y de los demás oprimidos, que se movilizan bajo los terribles ataques del imperialismo, los brutales ataques de la burguesía. Las contrarreformas que afectan profundamente a las necesidades más elementales de las masas, la proliferación de la miseria, el crecimiento de la desocupación y el avance del hambre se producen en el marco de gigantescos retrocesos organizativos del proletariado. Es en estas condiciones concretas que hoy hablamos del internacionalismo proletario y de la elaboración de Guilhermo Lora. Este no es un homenaje para sólo recordar a Guillermo Lora, es un homenaje por un compromiso, el compromiso revolucionario de mantener su obra, su trabajo, y llevar adelante la tarea de reconstruir el Partido Mundial de la Revolución Socialista.
Esta lucha por superar la crisis de dirección revolucionaria mundial tiene sus raíces en la vida política del POR boliviano. Recordemos que en Brasil, Argentina y Chile surgieron los embriones de la IV Internacional, más avanzados en su origen que en Bolivia. En Brasil, la formación de la Oposición de Izquierda llegó a tener a uno de sus dirigentes en la dirección de la IV Internacional, que fue Mário Pedrosa. ¿Y qué pasó con el trotskismo en Brasil? Toda una experiencia fallida debido al grupo de intelectuales que no asumió la tarea, en el inicio de la década de 1930, de construir el programa dentro del proletariado. Esta tarea fue asumida por Lora que trabajó incesantemente para realizarla, y que nos dejó la siguiente lección: si se quiere construir el partido revolucionario hay que construirlo dentro de la clase obrera, y para construir dentro de la clase obrera hay que ser internacionalista, porque la clase obrera y la revolución son internacionales.
El POR ha pasado por dos momentos muy particulares en su existencia. Guillermo se refiere a dos generaciones de revolucionarios, la que viene de José Aguirre Gainsborg, que está en el origen del partido, que no se fundó en Bolivia, sino en Córdoba, Argentina. ¿Y cómo nació el POR? Fue justamente después de una guerra, la guerra del Chaco, una guerra promovida por el imperialismo, entre dos naciones oprimidas, Bolivia y Paraguay. Los revolucionarios que trabajaban contra la guerra, que luchaban por el fin de la guerra, fueron perseguidos, entre ellos Gainsborg, que entraría en contacto con la Oposición de Izquierda, siendo exiliado en Chile. Chile avanzó aún más en el proceso de construcción del partido. El Partido Comunista chileno era uno de los más avanzados, en términos de construcción, de América Latina. Gainsborg fue expulsado por los estalinistas por asumir posiciones de la Oposición de Izquierda. Esa raíz trotskista tendría que consolidarse, florecer y, por lo tanto, no quedarse en las profundidades de la tierra. Esa raíz tendría que florecer y fortalecerse. Esto dependía de la constitución del programa de la revolución proletaria que las condiciones históricas de Bolivia exigían.
La segunda generación de revolucionarios del POR surgió en los años 40, y ahí estaba Guillermo Lora, ahí estaba la intervención de Lora. Es importante entender el surgimiento del POR en 1935, vinculado a la Oposición de Izquierda, pero este origen, a diferencia de lo que ocurrió con el trotskismo en Brasil, Argentina y Chile, no se perdió en Bolivia. ¿Por qué? Porque hubo un trabajo muy particular que es propio del marxismo-leninismo-trotskismo, aplicando la teoría general de la revolución proletaria, las leyes de la revolución, a las particularidades nacionales del país. Ahí encontramos el trabajo de Guillermo Lora.
Cuando decimos Guillermo, no lo vamos a entender como un caudillo, como una persona aislada, lo vamos a entender como un marxista en su trabajo colectivo con sus camaradas, pero que tiene una importancia decisiva por su grado de comprensión, de trabajo, de responsabilidad hacia la clase obrera y las tareas de la revolución. Ahí está la raíz del internacionalismo del POR; una raíz que no tiene ninguna corriente revisionista del trotskismo. Nos referimos a aquellas corrientes que, entre los años 1950 y 1960, llevaron a cabo una revisión programática de la IV Internacional, que desembocó en su desintegración. La IV Internacional no pudo resistir el impacto del revisionismo que golpeó los cimientos de la lucha de Trotsky contra el estalinismo contrarrevolucionario. El dirigente Michel Pablo y un grupo de intelectuales que componían su dirección fueron incapaces de proletarizarse. Y al no proletarizarse, caminaron hacia una aventura, que fue el intento de recuperar el estalinismo, una corriente contrarrevolucionaria.
El POR estaba haciendo un trabajo internacionalista, aislado, y no sólo aislado sino también combatido, como fue el caso de la revolución de 1952. La revolución de 1952, que vino después de una lucha en los años 40, en que salió a la luz la Tesis de Pulacayo, siguió las tendencias concretas marcadas por la Tesis. La dirección revisionista de la IV Internacional intervino en Bolivia para combatir al trotskismo. El pablismo provocó dos divisiones en el POR. Este enfrentamiento fue terrible, porque casi liquidó al partido en la segunda división. La solidez programática alcanzada sobre la base de las experiencias de los años 40 y 50 fortaleció a los cuadros que permanecieron bajo la dirección de Guillermo. El POR se templó como partido marxista-leninista-trotskista. El pablismo, el revisionismo, fue derrotado en Bolivia en una situación de revolución, no en una situación de discusión teórica, no en una discusión de intelectuales, sino en la situación de aguda lucha de clases que planteaba un problema de vida o muerte de la vanguardia de la clase obrera. Esa fue una experiencia definitiva con el revisionismo. ¿Dónde están los pablistas? En Brasil han desaparecido, se han disuelto en el PT. En Bolivia, finalmente recurrieron a la aventura del foquismo. Su política de capitulación ante el castroguevarismo los mantuvo al margen de la Asamblea Popular en 1971. Los castro-guevaristas fueron prácticamente liquidados por su política pequeñoburguesa aventurera.
El POR va a sentir una gran necesidad de la Cuarta Internacional, precisamente en ese período de los años 70, cuando pasó por la experiencia de la Asamblea Popular, una experiencia de doble poder en la que se planteó la cuestión de la revolución proletaria, de la dictadura del proletariado, de la alianza obrero-campesina. Con su proyección en América Latina e internacionalmente -un momento de gran importancia como fue el de la revolución de 1952- Guillermo Lora sintió una necesidad muy profunda de superar el aislamiento que el partido tenía de la IV Internacional.
Guillermo buscará el camino del trabajo conjunto con los lambertistas (en referencia a Pierre Lambert), que rompieron con el fraccionamiento en los años 50/60 y crearon un organismo internacional de oposición a la dirección revisionista de la Cuarta, identificado con el Secretariado Unificado (SU). Entonces Guillermo va a trabajar con la Organización Comunista (OCI) de Francia y se realiza una experiencia, una primera relación de una organización más orgánica, en el sentido de reconstruir la Cuarta Internacional. Hubo tres Conferencias Latinoamericanas donde el POR estuvo a la cabeza con la bandera de reconstruir la IV Internacional. Pero los lambertistas, que ya estaban en una posición revisionista, porque fueron incapaces de luchar programáticamente contra el pablismo, empezaron a luchar precisamente contra aspectos de la experiencia concreta de la Asamblea Popular. ¿Qué aspectos? Los de la caracterización de las burguesías nacionales de los países oprimidos por el imperialismo y del frente único antiimperialista, precisamente un punto programático que aparece en los Cuatro Primeros Congresos de la Internacional Comunista, y que el POR vivió en la Asamblea Popular, y que, después del golpe de Banzer, también se esforzará desde el exilio por constituirlo, con el nombre de Frente Revolucionario Antiimperialista, corrigiendo definitivamente el error de la Tesis de Pulacayo, que se referían a un frente único obrero, táctica apropiada para países con economías imperialistas avanzadas. En Perú, el Lamertismo intentó desarrollar la posición de que una Asamblea Constituyente podía cumplir el papel de los soviets. Esta impostura fue rechazada de plano por Lora.
Después de esta experiencia fallida con la OCI, en el marco del CORCI (Comité de Reconstrucción de la Cuarta Internacional), hubo una escisión y en 1979 se formó la TCI (Tendencia Cuarta Internacional), un nuevo centro organizativo con Política Obrera (PO) de Argentina. En esa época participó una agrupación de Perú y nosotros de Brasil, cuando se formó Causa Operaria. Esta tentativa también fracasó, porque el PO se encaminaba a una adaptación a las relaciones políticas dictadas por la crisis del capitalismo en Argentina, se encaminaba a transformarse, de un partido que se identificaba con el leninismo en un partido centrista, volcado a las elecciones y en un partido que se negaba a desarrollar la estrategia de la revolución y la dictadura proletarias, en nombre de un “gobierno de los trabajadores”, adaptado a los procesos legalistas de la política argentina. Pero la lucha se mantuvo y Guillermo aprovechará las nuevas experiencias con el aislamiento para constituir el Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional (CERCI), que hoy habla en nombre de Guillermo Lora, que hoy discute las formulaciones de Guillermo.
Una idea central es que no constituiremos el Partido Mundial de la Revolución Socialista sino con las conquistas que el marxismo-leninismo-trotskismo ha logrado en Bolivia. Y, por lo tanto, que sean debidamente comprendidas y asimiladas. No será de otra manera, no será al margen del Programa de Transición, no será al margen de todas las posiciones que Trotsky desarrolló en la lucha contra el estalinismo, que llevó a la destrucción de la URSS, que se reconstruirá la IV Internacional. Tal posición está bien fundada y desarrollada en los escritos de Lora. El CERCI también vive aislado, también vive su momento embrionario, pero está basado, fundado y enraizado en una gran conquista, el POR de Bolivia, que es una conquista marcadamente internacionalista, marcadamente marxista-leninista-trotskista.
Conocemos perfectamente las enormes dificultades en Bolivia, en las condiciones de un país atrasado desde el punto de vista capitalista, pero que tiene un monumento del internacionalismo proletario, encarnado por el POR. Esta obra fue construida, bajo la dirección de Guillermo Lora, cuando en otros países había mejores condiciones para el surgimiento de un partido revolucionario, pero los revisionistas, los centristas, interrumpieron el proceso, disolviendo la IV Internacional y multiplicando las escisiones.
Camaradas, este homenaje a Guillermo Lora no es un simple homenaje, es un reconocimiento de que no hay forma de trabajar por la superación de la crisis de dirección revolucionaria del proletariado, si no es fortaleciendo el POR de Bolivia, si no es fortaleciendo la construcción del Comité de Enlace para la Reconstrucción de la IV Internacional.
¡Memoria eterna al camarada Lora!