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El 13 de julio se cumplió el 50° aniversario de la “renuncia” de Héctor J. Cámpora impuesta por la derecha más reaccionaria del peronismo. Fue presidente entre mayo y julio de 1973.

La lucha de clases abierta desde 1955 hasta 1973 se había acentuado a tal extremo que la vuelta de Perón fue impuesto por la masiva movilización de las masas obreras y estudiantiles. La dictadura de Lanusse impuso la proscripción adicional de Perón, exigiendo su residencia en el país para ser candidato, tras lo cual fue elegido Cámpora para suplantarlo. Cámpora ganó las elecciones el 11 marzo de 1973.

Las demandas de los trabajadores y de la militancia por liberar a todos los presos políticos por la dictadura hicieron que el 25 de mayo de 1973 se rodeara la cárcel de Villa Devoto y a la medianoche comenzaron a liberar a todos los presos políticos, ordenados de a 25, comenzaron a salir del penal y reencontrarse con familiares y militantes que festejaban sus liberaciones. Cientos de reparticiones públicas fueron ocupadas exigiendo expulsar a funcionarios designados por los militares.

La gran burguesía y la derecha más reaccionaria del peronismo comenzaron a pergeñar su trampa mortal. Para ello prepararon la emboscada en el regreso definitivo de Perón al país para producir la masacre en Ezeiza el 20 de junio de 1973. Decenas de muertos y cientos de heridos (oficialmente identificarían 13 muertos). Osinde, sectores de la burocracia sindical, CNU y C de O (Comando de Organización) fueron los que pusieron francotiradores que seleccionaron a los militantes para acribillarlos, comenzando así el accionar de lo que luego se presentaría como ”Triple A”.

La “renuncia” de Cámpora el 13 de julio fue tramada por José López Rega. Alejandro Díaz Balet, electo presidente provisional del senado, era a quien le correspondía asumir como presidente por acefalía. López Rega lo “persuadió” y Cámpora lo envió en una misión diplomática para asistir al encuentro del Movimiento de Países no Alineados en Argel, dejando el camino libre para la asunción de Raúl Lastiri como presidente provisional, quien era yerno de López Rega. La Masacre de Ezeiza fue parte del plan para voltear a Cámpora y tomar posiciones en el gobierno.

Lastiri llega al poder de la mano de López Rega quien había logrado que Cámpora lo incluyera en la lista de candidatos a Diputado Nacional, y tras el triunfo del Frejuli, fue designado presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, cargo en el que se encontraba hasta la renuncia de Héctor Cámpora y Solano Lima. Presidente y Vice únicamente por menos de dos meses. Esta maniobra consistió en convocar a nuevas elecciones que permitirán que Perón asuma por tercera vez la presidencia de la Nación. Fue un verdadero golpe institucional, civil, aunque Cámpora siempre haya estado dispuesto a renunciar en cuanto el General se lo pidiese, sin embargo se preparó toda la situación para echarlo del gobierno.

Un mes antes, en “Política Obrera” N°157 señalábamos que “El regreso de Perón se produce para intervenir, con su autoridad y ascendiente, en la crisis política actual. Todo esto evidencia la profundidad de los choques internos y la incapacidad para encontrar una salida que satisfaga a todos los sectores. Perón intentará erigirse en árbitro, preparar un control más firme del movimiento obrero y producir una renovación de figuras ‘quemadas’, asegurando siempre la subordinación obrera a su política”.

La caída de Cámpora confirma que el período revolucionario abierto con el Cordobazo no podía ser contenido con métodos democráticos. Los militares tuvieron participación directa en este golpe, apoyando las iniciativas de Perón. Es parte de una ofensiva derechista en simultáneo con Chile y Uruguay.

(nota de MASAS nº438)

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