Toda la deuda externa debe ser desconocida, es un fraude que nos están haciendo pagar a todos
Uno de los problemas más graves que muestra el Gobierno es el nivel de deuda, los condicionamientos del programa del FMI y la ausencia de reservas que deja al país nuevamente al borde del default. El FMI pone al Gobierno de rodillas y le exige una devaluación importante del peso, que se pondrá en marcha. Sólo una parte menor de este descalabro puede ser explicada por la pandemia, la guerra y la sequía.
La Secretaría de Finanzas de la Nación informa que la deuda externa al 30 de junio de 2023 en pesos y en moneda extranjera equivale a 403.809 millones de dólares, cuando al 31 de diciembre de 2019 esa deuda ascendía a 323.065 millones. Un aumento de 80.744 millones de dólares en 3 años y 6 meses.
De esa deuda pública, 327.441 millones de dólares son en divisas y en pesos el equivalente a 76.368 millones de dólares. (Datos extraídos de la nota de Rovelli en El Cohete)
A su vez, las reservas internacionales del Banco Central ascienden a 27.926 millones de dólares, cuando eran de 44.848 millones de dólares el 10 de diciembre de 2019. Las reservas se redujeron en 16.922 millones de dólares.
El superávit comercial en el mismo período es de 29.813 millones, que sumado a la caída de las reservas y al aumento de la deuda da un total de 127.479 millones de dólares. ¿Dónde están esos dálares?
Una parte importante fue el pago de intereses de la deuda externa pública nacional. Se debe sumar la venta de dólares a las provincias, para que paguen intereses de su deuda externa. No corresponde tomar el pago de capital para este cálculo. (Si se toma nueva deuda para cancelar deuda anterior el resultado es cero, no incrementa la deuda).
Otra por el pago de los servicios: royalties o patentes; comunicaciones; fletes (que se podrían ahorrar si tuviéramos una marina mercante estatal); seguros comerciales; turismo, viajes y transporte de pasajeros; etc., por 24.000 millones de dólares.
El giro de utilidades y dividendos por las empresas extranjeras que operan en el país a sus casas matrices en el exterior, que supera los 6.000 millones de dólares en el período. La fuga de divisas registra según el Banco Central 5.324 millones de dólares. Y una parte muy importante se destinó al pago de “deuda” de las empresas. Pero esto no explica el enorme crecimiento de la deuda, si miles de millones se destinaron al pago de deuda, la deuda debe bajar no subir.
No solo no se investigó el destino de la deuda de Macri para que “la paguen los que se la llevaron” sino que tampoco se investiga qué pasó ahora, en sus tres años de gobierno. ¿Por qué se permitió a las empresas que libremente paguen las deudas que declaran comprando dólares oficiales, vaciando las reservas? La deuda externa es el mayor acto de corrupción y de sometimiento del país.
Son dos partes de un mismo problema: no se cuidaron las reservas y creció la deuda en gran proporción.
Todos son cómplices, no alcanzaba con denunciar y alertar, Cristina Kirchner es nada menos que la vicepresidenta, la presidenta del Senado y cuenta con una bancada importante de legisladores, un sector de la dirigencia sindical dice simpatizar con su sector, ¡había que tomar medidas concretas para impedir el vaciamiento!
Desde el Gobierno pretenden presentar el pago en yuanes al FMI como un acto de independencia política, queriendo ocultar que el pago del vencimiento de la cuota de la deuda, que el FMI no refinanció por no cumplir las metas de su programa, es un acto de cobardía y sometimiento.
Los dólares imprescindibles para la producción, para la importación de partes, insumos y maquinarias, no están, se los llevaron. Y el país queda sometido a toda clase de chantajes y presiones porque no tiene un dólar. ¿Cuántas veces va a pasar lo mismo? La banca y el comercio exterior deben ser estatizados inmediatamente para impedir que se siga especulando contra el país, para terminar con el parasitismo.
(nota de MASAS nº439)