Bolivia: La ruptura del MAS deja descolocada a la burocracia
Las bases sienten indiferencia o hastío por la politiquería
Se ha vivido un largo tiempo de desmovilización de las masas sobre todo del proletariado minero, con la ilusión de que los gobiernos del MAS eran suyos y -frente al asedio de la derecha tradicional- creían que era su obligación defenderlos. El proletariado fabril. en sus sectores más afectados por la agudización de la miseria y la inestabilidad laboral debido a la crisis económica y sanitaria, se ha movilizado sectorialmente y ha sido empujado por la burocracia sindical a la ilusión de resolver sus problemas en los estrados judiciales, sin poder articular una movilización unitaria que les permita doblegar al gobierno y a los empresarios; el resto de los fabriles no ha podido secundar a los movilizados por temor a perder sus fuentes de trabajo, obstáculo que no se supera hasta ahora.
En este panorama de inacción social, la burocracia sindical de todos los sectores ha podido moverse libremente sin recibir presión alguna de las bases, reproduciendo la política del Estado burgués y de los patrones, hablando a nombre de los explotados y realizando las maniobras más vergonzosas con el gobierno y la patronal. Ha sido un instrumento útil para mantener a las bases sometidas al yugo de las camarillas oficialistas y al legalismo burgués.
Ahora, la ruptura oficial del MAS con todas sus consecuencias, como las expulsiones mutuas de los jerarcas oficialistas, la guerra sucia sin límites, los sabotajes en el parlamento, la fractura en los aparatos burocráticos de los sindicatos y de las organizaciones sociales, la guerra en torno a la legalidad y legitimidad de sus organizaciones, etc., muestran un aparato burocrático totalmente descolocado, debilitado y cuestionado desde las bases. Guarachi y su entorno están siendo duramente atacados por las bases por su oportunismo y su cínico servilismo a los gobiernos de turno y crece la tendencia en sentido de exigir la inmediata convocatoria al Congreso de la COB para renovar su Comité Ejecutivo.
Pero, si la ruptura del oficialismo es devastadora en las cúpulas burocráticas de las organizaciones sindicales, no ocurre lo mismo en las bases; lo que se siente en ellas es cansancio, hastío y repudio a las pugnas inter- politiqueras. Los trabajadores y la mayoría oprimida del país están interesadas en resolver sus problemas de subsistencia agravadas por la crisis económica y la incapacidad del gobierno para atender sus necesidades inmediatas.
En este panorama político, resultan significativos los pronunciamientos de la COD de Chuquisaca y de la Federación de Maestros Urbanos de La Paz llamando a los explotados y oprimidos a expulsar de sus organizaciones sindicales a sus dirigentes burocratizados que se han convertido en la correa de transmisión de la política burguesa, cuyas pugnas son ajenas a los verdaderos intereses de la gente que agoniza de hambre y los convoca a ejercitar una política independiente frente al Estado, al gobierno y a las expresiones política de la clase dominante.
Es preciso comprender que la política independiente de clase sólo puede materializarse si está presente el proletariado con su programa revolucionario como referencia directriz para las luchas de las demás clases oprimidas del país. Esta política apunta a derribar al Estado burgués para construir otro nuevo de obreros, campesinos y de la clase media empobrecida de las ciudades y del campo para acabar con el orden social capitalista. Hay que superar esa deformación reaccionaria de creer que la independencia política es tener sindicatos apolíticos que sólo se ocupen de resolver los problemas inmediatos de la clase. Este tipo de sindicatos apolíticos fatalmente terminan siendo atrapados por la política de la clase dominante y por el Estado burgués.
(POR Bolivia – Masas nº 2764)