Reaparece Cristina Kirchner y confirma el abandono de las banderas históricas del nacionalismo burgués
El documento de Cristina Kirchner elude lo esencial: el capitalismo está agotado, en descomposición y no hay cómo reformarlo. No es una cuestión de “modelo”. En su documento no hay mención a la extraordinaria concentración y centralización de los medios de producción en manos crecientemente multinacionales.
No menciona que las reformas neoliberales más importantes implantadas por la dictadura y especialmente por Menem siguen en pie.
El documento hace una buena reseña del endeudamiento externo, sus diferentes etapas y cómo condiciona el conjunto de la economía. Pero no se detiene a explicar cómo se pagó la extraordinaria deuda que se recibió en 2003, cuánto se pagó y qué consecuencias tuvo para el país haber destinado sumas extraordinarias a cancelar esa deuda. Según decía Cristina Kirchner “somos pagadores seriales… hemos pagado 192.000 millones de dólares de la deuda externa”, esta política tuvo consecuencias.
Ya nos referiremos más adelante sobre cada aspecto que toca el documento pero rechazamos cualquier idea de “actualización laboral” que no empiece por reclamar la formalización de todos los trabajadores en negro, terminar con el monotributo y los contratos, reponer las contribuciones patronales, cómo alcanzar el pleno empleo con puestos de trabajo genuino y garantizar que como mínimo se perciba lo que cuesta la canasta familiar.
Rechazamos toda apertura de las empresas del Estado al capital privado.
El documento confirma el abandono de las banderas históricas del nacionalismo burgués. No menciona el monopolio estatal del comercio exterior, ni la nacionalización de la banca ni terminar con la oligarquía terrateniente.
(Nota de Masas n°451)
