Frente al criminal plan de hambre impuesto por el gobierno títere del imperialismo yanqui: ¡Las organizaciones sociales salimos a dar pelea!
No hay campo de las conquistas obreras que deje sin pretender pisotear, con absoluto desprecio por las mayorías oprimidas y explotadas, el virrey J. Milei y sus nefastos colaboradores. Prueba de ello es el impresentable DNU, la Ley Ómnibus, sumado a la calamidad del progresivo y sostenido encarecimiento del costo de vida.
En la primera línea de los personajes más repudiados, entregados al total servicio de la colonización de la Argentina, se encuentra la «gerente» del llamado Ministerio de Capital Humano: Sandra Pettovello.
Semejante gestión, calco y copia de las monarquías de siglos pasados, niega rotundamente el abastecimiento necesario (y urgente) de las partidas alimentarias a los comedores tanto de las organizaciones sociales como asímismo de las bocas de asistencia encuadradas en parroquias, etc.
Desde hace ya cuatro meses que no se reciben mercaderías y, dado el marco de extrema y asesina tosudez del gobierno en funciones, con una inflación desbocada, con el Potenciar Trabajo congelado, ya no atado al ritmo del salario mínimo, y de no mediar un plan de lucha que contemple la restitución de lo conquistado, miles de familias están condenadas a sufrir, en el país, cuarto productor de alimentos a nivel mundial, hambruna, desnutrición y muerte prematuras.
El FMI delinea las políticas en materia social, exigiendo más y más asfixia para la clase obrera. Debemos impedir que se consume este modelo de entrega, de usurpación y despojo. Mientras millones de dólares van a parar a las arcas del organismo usurario por excelencia, el FMI, las políticas diseñadas por éste con el fin de garantizar este desfalco extraordinario redundan en mayor ajuste, empobrecimiento veloz y una despiadada explotación, con sueldos miserables, bajo la imposición de pésimas condiciones de trabajo.
La clase obrera organizada debe, tomando en sus manos la tarea de expresarse como la vanguardia, sitio que le corresponde por su rol histórico, acaudillar el proceso de liberación de la nación oprimida y explotada, llamando a la unidad en la acción, imponiendo a la burocracia sindical una huelga, con movilización y plan de lucha.
¡Si el hambre es ley, la rebelión es un deber!
(Nota de Masas n°451)