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El gobierno de Milei es expresión de la decadencia y barbarie capitalista

Solo el programa revolucionario de la clase obrera permitirá superar la crisis

La crisis se profundiza

La inflación sigue extraordinariamente alta pese a la caída muy brusca del consumo, a la licuación monetaria. Obliga al gobierno a intervenir en el mercado para convencer a los formadores de precios a que no remarquen, a que bajen algunos precios y abre las importaciones a productos de consumo para presionar a la baja de precios que son más elevados que en Europa.

La recesión provocada ya generó decenas de miles de puestos de trabajo perdidos y también la caída en la recaudación de impuestos, por lo tanto, se aleja la posibilidad del equilibrio fiscal y se necesitan nuevos ajustes para alcanzar el déficit cero. Una debilidad del gobierno es tener que mentir continuamente sobre los miles de dólares que vendrán del exterior o los éxitos en la compra de dólares o la recomposición de las reservas del Banco Central, lo que deja en evidencia la ausencia de un programa económico “sustentable” como le reclama el FMI. El gobierno sigue acumulando deuda en dólares.

Los exportadores presionan por una devaluación y que eliminen las retenciones argumentan que la inflación extraordinaria de los últimos meses ya dejó desactualizada la cotización del dólar y quieren que se recomponga. Esto significaría que se desate aun más la inflación y que se termine la bicicleta financiera que armó Caputo. Además los tarifazos de este mes impactarán fuertemente en los índices de inflación. El Gobierno necesita desesperadamente que los exportadores liquiden sus cosechas para hacerse de los dólares. No puede levantar el cepo y unificar los tipos de cambio porque sabe que los dólares se fugarán inmediatamente.

El ataque avanza

Aunque el gobierno fue derrotado con la Ley Ómnibus y parcialmente derrotado con el DNU en el Senado (Decreto de Necesidad y Urgencia), y ha debido preparar una Ley menor para enviar estos días al Congreso, los efectos de sus políticas son contundentes para los oprimidos, despedazado su poder adquisitivo más despidos y suspensiones por miles y presupuestos que se agotan rápidamente para salud y educación y toda clase de recortes a la asistencia de las familias, empezando por los comedores populares.

Lo único que puede detener este cuadro de degradación es con un ajuste urgente de salarios y jubilaciones, revirtiendo los despidos, controlando los precios y tarifas, reactivando y multiplicando la obra pública para generar puestos de trabajo. Para que sean posibles estas medidas limitadas no alcanza con torcerle el brazo a Milei-Caputo, hay que derribarlos.

Los empresarios más poderosos y EE.UU. están detrás del gobierno

No importan las locuras o disparates de Milei y sus funcionarios. Los grupos capitalistas más poderosos están viendo la oportunidad para multiplicar sus ganancias y operar rápidamente un mayor saqueo, aprovechando que el gobierno abrió la puerta para concederles todo lo que reclamaban y más. Lo mismo la Embajada que actúa como verdadero amo llevando de las narices al gobierno a que aplique sus políticas de guerra comercial contra China en contra del interés nacional.

Todos ellos operan sobre los gobernadores y sobre los legisladores para que aprueben sus leyes y apoyen sus medidas. Necesitan que el Congreso apruebe las políticas para que tengan cierta legitimidad. Las ideas de quemar el Banco Central y dolarizar han quedado a un lado. Pero también hay sectores empresarios que parecen no tan beneficiados y no acompañan todas las aventuras.

Toda la oposición política burguesa también está en crisis

Se rompió Juntos por el Cambio, la crisis obligó a Macri a negociar la conducción del PRO con Bullrich y Larreta parece alejado. La UCR aparece divida entre los gobernadores, los legisladores que los siguen y la conducción nacional de Losteau. Y también el PJ que realizó su Congreso y no pudo adoptar ninguna decisión frente al gobierno de Milei más que prepararse para las próximas elecciones.

Todos ellos están atados por su defensa de la gran propiedad, en garantizar la gobernabilidad, respetar los acuerdos con el capital financiero y apoyar las reformas. Algunos se escudan en rechazar la formas inconstitucionales, dictatoriales, extorsivas del Presidente, pero sin cuestionar las reformas que pretende.

Desde varios sectores burgueses y pequeñoburgueses se trabaja con la idea de unificar a la oposición en un frente antiMilei, como antes se lanzó un frente antiMacri y mucho antes un frente antiMenem, con un programa mínimo tendiente a amortiguar las contradicciones, sin cuestionar el programa general de la burguesía. Se centra en atenuar los tarifazos, mejorar las jubilaciones, alguna recomposición salarial, defender algunas empresas públicas, rechazar los métodos dictatoriales de Milei y restablecer algunas políticas estatales. Son políticas que ya han fracasado y que se montan en la idea de liberarnos del “mal peor”.

La disposición a la lucha de las masas

A diferencia de toda la oposición burguesa las masas han salido a dar respuesta en las calles desde el primer día. Todo el tiempo aparece la voluntad de resistir, de organizarse, de pelear, de derrotar esta política. El Protocolo represivo ya fue roto innumerables veces. La represión casi no logra intimidar al movimiento popular que se abre camino.

Los estatales han dado prueba de resistir la embestida del gobierno, lo mismo los trabajadores de la educación, los metalúrgicos anuncian que se profundiza su lucha por salario y en defensa de los puestos de trabajo, la UTA anuncia nuevas medidas de fuerza por salario, lo mismo camioneros, los movimientos de desocupados han protagonizado movilizaciones extraordinarias, como los sectores de la cultura y tantos otros sectores.

Todas las luchas en curso deben ser centralizadas con un paro activo de la CGT y las CTAs que debe ser organizado desde ya mismo, impulsando asambleas en los lugares de trabajo y estudio, en los barrios, en todas partes. Debatiendo cómo continúa el plan de lucha y cuál es el pliego de reclamos.

Claro que rechazamos el DNU y la nueva Ley que manda Milei al Congreso, rechazamos también el decreto con la reforma jubilatoria, y exigimos la reincorporación de todos los despedidos, la anulación de los tarifazos en curso, ajuste inmediato del 100% en salarios y jubilaciones y el rechazo al programa del FMI que es el corazón del programa de Milei, cumplir con el FMI y los acreedores externos, y pagar la deuda fraudulenta.

El problema de los problemas es de dirección

El referente que hace falta es la clase obrera, como clase, con su organización, con sus métodos de lucha y sobre todo con su perspectiva política.

No hay que buscarlo en los partidos patronales que se han mostrado incapaces e impotentes para resolver los problemas.

La clase obrera debe acaudillar a todos los oprimidos y para eso debe indendizarse políticamente, romper toda ilusión en los partidos que defienden el orden capitalista, asumir que es la única que puede resolver los principales tareas nacionales y democráticas, liberándose a sí misma y liberando a todos los oprimidos. No hay revolución posible sin esa alianza de la clase obrera y la mayoría oprimida, por eso es tan importante estructurar un frente único antiimperialista, con esa perspectiva. En verdad los frentes y unidades que se están planteando hoy en día son para tratar de evitar esa maduración política que necesitan las masas.

Cuál es la salida

No es por la vía electoral, no es en el Congreso, ni haciendo una Constituyente. El capitalismo no se puede reformar. El levantamiento de la nación oprimida debe coronar un gobierno obrero campesino, de la gran mayoría oprimida que conquistará por primera vez la democracia, gobernando a través de sus propios organismos construidos en la lucha.

(Nota de MASAS n°454)

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