Choque de trenes: la burguesía es responsable

¡Fuera las manos de los capitalistas de los trenes! ¡Imponer el control obrero colectivo! Presupuesto para reparar, para mantener y extender la red ferroviaria. Plan de fabricación nacional de locomotoras y vagones

Trenes Argentinos había alertado desde semanas antes del accidente a sus superiores sobre los problemas de la línea debido a las restricciones presupuestarias. Las transferencias del Tesoro a las empresas ferroviarias públicas se redujeron 60% en cuatro meses de 2024 respecto al año anterior.

El mayor ajuste de Milei fue en la Administración de Infraestructuras Ferroviarias, con un 92% de reducción. Su consigna “no hay plata” para los ferrocarriles, toda la plata es para pagar la deuda externa fraudulenta o la chatarra de los aviones F-16 por 300 millones de dólares.

El ajuste se expresará también en 6000 despidos. Se piden préstamos y presupuesto para pagar indemnizaciones a los trabajadores por despedir.

En abril, la Unión Ferroviaria y la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles y Puertos Argentinos (APDFA) denunciaron decenas de despidos en la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIFSE), encargada de dirigir las obras de infraestructura ferroviaria de Trenes Argentinos.

Han denunciado que el ahogo presupuestario ha llevado a la parálisis del mantenimiento regular del material rodante, la paralización de licitaciones para adquirir o recuperar material rodante, el acceso al combustible y al pago de gastos de electricidad para los distintos servicios, la adquisición de insumos básicos para el mantenimiento de vías, la contratación de servicios médicos de atención a los pasajeros y de servicios de seguridad en trenes y estaciones. No hay dudas sobre las decisiones del gobierno.

La destrucción del ferrocarril apunta a reducir su valor y privatizarlo por dos pesos. La burguesía, en un momento de expansión de la economía, desarrolló las líneas férreas, una de las redes más extensas del mundo. Desarrolló una industria de avanzada. Desde principios de los años 60 se lo viene desmantelando para favorecer el transporte de carga y de pasajeros en manos de las empresas automotrices, de neumáticos, consumiendo combustibles proveídos por las multinacionales (Plan Larkin, gobierno de Frondizi). Se levantaron decenas de miles de kilómetros de vías, sus estaciones, las fábricas de material rodante, particularmente con la dictadura de 1976 y el gobierno de Menem. El ferrocarril es el retrato de la decadencia y descomposición de la burguesía, de las consecuencias de su sometimiento al capital financiero.  

Los responsables deben pagar por las catástrofes de sus decisiones. Sean de la Secretaría de Transporte, de la Jefatura de Gabinete, Ministerio de Economía y también de la Empresa.

Dirigentes de gremios ferroviarios denunciaron que desde días anteriores reportaron el robo de cables de señalamiento en las vías que conectan el circuito que le da información a los motorman para circular o no por determinadas vías. Pero que no se hicieron las reparaciones. No se repusieron los cables ni se aseguró su protección para impedir que sean robados. La empresa decía que no había presupuesto para las reparaciones. 

Una vez más ha quedado en claro que los trabajadores ferroviarios organizados tienen plena consciencia de la situación grave del sector. Son ellos quienes deben asumir colectivamente la dirección del sistema elaborando un plan de reconstrucción y exigiendo todos los recursos necesarios para materializarlo, empezando por reparar todo el material rodante, las vías, la señalización, para restablecer completamente el servicio en condiciones de seguridad para los trabajadores y los pasajeros.

Son los compañeros ferroviarios los que venían denunciando fallas en el sistema: “se pararon todas las obras”, tienen “locomotoras paradas” y “vías que no se están reparando”. “No solamente no hay repuestos de señalamiento sino tampoco mantenimiento para locomotoras y coches”. La empresa respondía: “no hay presupuestos para los coches-locomotoras chinas que se compraron nuevas. Tenemos 60 paradas, además de 150 coches eléctricos degradados y desmantelados porque les sacan repuestos”.

Esta es la razón de la baja del servicio, los días de semana se redujo la frecuencia a un 70% y los sábados al 50% respecto de la capacidad operativa.

El ferrocarril debe ser 100% estatal, bajo control colectivo de los trabajadores. La intervención privada ya fracasó, degradaron más el sistema, los empresarios que se hicieron cargo se enriquecieron promoviendo otros negocios, vaciando el ferrocarril. El desarrollo ferroviario es vital para el desarrollo económico del país, para su industrialización. Se deben poner en pie nuevamente las fábricas de locomotoras y vagones, debemos extender la red a todo el país. Esto será obra de un gobierno de otra clase, la clase obrera. La burguesía abandonó la tarea de industrializar el país y en su descomposición destruye lo que había logrado, no hay vuelta atrás. 

(nota de MASAS n°457)

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