La OTAN avanza en su despliegue en el Atlántico sur
Fuera la OTAN de Argentina y de América Latina! ¡Recuperemos las Malvinas!
El 4 de abril Milei manifestó que la concreción de una base conjunta con los EEUU en Ushuaia sería “un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”.
No es un simple emprendimiento marítimo, sino que representa un posicionamiento geopolítico, es la presencia de EE.UU. orientado a convertirse en actor principal del Atlántico Sur. Ya no es solo la presencia de Inglaterra en nuestras Malvinas.
Desde esa fecha han arribado cinco buques de la OTAN. La Marina Nacional de Francia movilizó tres buques -el patrullero de ultramar (POM) “Teriieroo a Teriierooiterai”; el portahelicópteros Tonnerre y la fragata Guépratte-, (con los que se realizaron ejercicios combinados con la Armada); los EE.UU. el guardacostas Cutter James y el ya desplegado portaviones USS George Washington –con su grupo aéreo embarcado-.
El grupo naval francés, al finalizar el ejercicio conjunto, se dirigió al puerto de destino Ushuaia.
“El Comandante del ANAU, Comodoro Martí Garro, visitó el buque francés. Allí mantuvo una reunión con su Comandante para interiorizarse sobre el funcionamiento de la nave que tiene como misión combatir el narcotráfico y la pesca ilegal, entre otras tareas de seguridad”. Informe de la Armada que no aclara que las funciones de seguridad le están expresamente prohibidas.
Así como EE.UU. tuvo una intervención destacada en la Guerra de Malvinas apoyando a Inglaterra contra nuestro país, Francia aportó sus conocimientos en materia de seguridad instruyendo a militares argentinos. El Ejército Argentino incorporó la Doctrina de Guerra Revolucionaria (DGR) -aplicada en Argelia- a partir de la llegada al país de la primera misión militar francesa en 1957, que devino en la Doctrina de Seguridad Nacional que aplicó la última dictadura.
A su vez Milei recibió al buque Cutter James de la Guardia Costera de EE.UU. Es llamativo que el Presidente reciba a un barco patrullero de otra nación. La misión del guardacostas estuvo rodeada de hechos confusos en su admisión.
El 19 de enero de 2024 ingresó a Diputados el MENSAJE N° 4-2024 del Poder Ejecutivo el proyecto que contenía cuatro artículos, el segundo era el proyecto de Ley Bases y el tercero expresaba:
“Proyecto de Ley por el cual se autoriza la entrada de tropas extranjeras al territorio nacional para participar en el ejercicio “Adiestramiento Combinado para la Defensa de los Recursos Pesqueros Argentinos”, que se llevará a cabo entre la Prefectura Naval de la REPÚBLICA ARGENTINA y el guardacostas USCG James de la Guardia Costera de los ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA durante el mes de abril de 2024.”
Este proyecto de autorización nunca fue tratado, por cuanto el ingreso nunca fue autorizado, ni el egreso de la propia tropa para la realización del ejercicio más allá de la jurisdicción nacional.
El Ministerio de Seguridad el 9 de abril dictó una resolución autorizando el ingreso del buque James, fundando su argumento en la ley 25.880, en las excepciones válidas que no fueron tales.
Fue un ejercicio combinado y conjunto de la Prefectura Naval Argentina con la Guardia Costera de los Estados Unidos de control de actividades pesqueras, según publicó el Ministerio de Seguridad, violando las normas jurídicas que regulan los movimientos de personal y medios de la defensa nacional y seguridad interior.
En el último mes la Armada Argentina estuvo dialogando sobre tema de seguridad interior con autoridades militares de otro país, el Ministerio de Seguridad incumplió con lo estipulado en la Constitución Nacional y la ley 25.880 y el presidente encabezó un acto con militares de EE.UU. haciendo sonar su himno dentro de una unidad de la Armada Argentina.
El despliegue de unidades navales y el proyecto de Base Naval Conjunta manifiestan la concreta intención de la OTAN de asentarse en el territorio nacional con la promoción del Gobierno.
Esta actividad antinacional, violatoria de la soberanía, es el correlato del sometimiento en el terreno económico y diplomático. La clase obrera debe encabezar la rebelión nacional para terminar con esta opresión insoportable.
(Datos tomados del artículo publicado por el Dr. Roberto López, asesor parlamentario en la Comisión de Defensa Nacional en Diputados y en la Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso).
(nota de MASAS n°457)