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Es necesario y urgente un nuevo paro general

Se tensa el enfrentamiento en la dirección de la CGT como producto del acercamiento de un sector con el Gobierno en nombre del diálogo. Reuniones sobre las que no se informa ni siquiera al conjunto de la mesa directiva. El resultado de ese diálogo es el abandono del plan de lucha.

Mario Manrique, dirigente del SMATA, renunció el 14 de octubre a la secretaría gremial en disidencia por las negociaciones que entabló la dirección de la CGT con el Gobierno. Dijo: “Hoy tenemos una conducción en la CGT que no es clara en sus acciones. No tenemos claro qué se está discutiendo, con quién se está hablando y cuáles son los objetivos que se persiguen. Eso hace que algunos pensemos distinto, entendamos que las cosas se tienen que traccionar desde otro lugar, de otra manera y tomar decisiones de conjunto, cosa que no se está haciendo. Por eso decidí alejarme de la conducción de la CGT”.

“Es hora de que los dirigentes empecemos a tomar las decisiones y ocupar los lugares donde debemos estar. Lamentablemente no me identifico con la forma de conducir que tiene hoy la CGT. Volvieron otra vez a esa forma cerrada donde cuatro o cinco dirigentes definen por todo el grupo de organización”.

“No puedo compartir una conducción que se maneja de una forma totalmente contraria a lo que yo siento y considero”.

Pablo Moyano de Camioneros, co-secretario general de la CGT advirtió que podría renunciar al Consejo Directivo de la central obrera. También se pronunció: “Es momento de un paro general; dialogar no sirve para nada” es el momento de “confrontar con el Gobierno… No entiendo a los que van a hablar con funcionarios que les cagaron 10 mil pesos a los jubilados, que los cagaron a palos, les quieren sacar el presupuesto a las universidades, hay inflación…”.

Moyano criticó al Gobiernopor la política de ajuste y los despidos masivos, valoró el paro de transporte anunciado para el 30 de octubre y apuntó con críticas hacia un sector de la cúpula de la central obrera e incluso amenazó con una posible ruptura. “Hay que discutir muchas cosas y lamentablemente no está pasando” y reclamó un plan de lucha contra los recortes.

Moyano anticipó que trabajarán para que el paro del 30 de octubre convocado por la Mesa Nacional del Transporte sea contundente. “Después veremos qué medidas tomamos, si la continuidad en la CGT o no”.

Moyano no estuvo presente en aquella reunión con el Gobierno, de la que participaron una decena de dirigentes sindicales, y en conferencia de prensa junto a los gremios de la Mesa Nacional del Transporte afirmó que “dialogar con el gobierno no sirve para nada” pidió “confrontar”.  “Creo que es el momento de llamar a un paro general. Están cerrando hospitales, desfinancian el Garrahan, el presupuesto universitario, cagaron a palos a los jubilados. ¿Cuándo va a ser momento de un paro general?”.

“¿Qué te vas a sentar a charlar? Ponen el impuesto a las Ganancias, la reforma laboral, vetan el aumento a los jubilados, quieren vender Aerolíneas Argentinas y ahora vetan el financiamiento a las universidades por imposición del Fondo Monetario Internacional”.

La Mesa Nacional del Transporte resolvió un paro nacional de 24 horas para el 30 de octubre, en medio de los intentos del gobierno de Javier Milei por privatizar Aerolíneas Argentinas y de la inconclusa paritaria de los pilotos. Se decidió en un plenario realizado en el Complejo Deportivo de la Federación de Peones de Taxis. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), que lidera Roberto Fernández no estuvo en la reunión y comunicaron que no participarían de la medida de fuerza.

Tal ausencia de la UTA habría sido impulsada por el sector dialoguista de la CGT que está mediando con el gobierno para cerrar el acuerdo paritario a cambio de que desista de adherir al paro nacional del transporte. No solo no convoca a la lucha, sino que trabaja abiertamente para boicotearla. Semejante colaboración con el Gobierno seguramente no es gratuita.

Es importante conocer este grado de enfrentamiento en la burocracia y cómo se agudiza ante la creciente intervención de las masas y la desilusión en el Gobierno. Los sectores críticos a los que se suma también Furlán de la UOM tienen en común su ilusión en recuperar el Justicialismo e intervienen en su interna con el objetivo de restaurar las ilusiones perdidas. 

Esta fractura debe potenciar la lucha por la independencia de clase, de los partidos capitalistas y de las instituciones del Estado.

Somos partidarios de la ruptura con la burocracia, por su expulsión del movimiento obrero, pero no de la ruptura de la CGT. El camino para recuperarla es la realización de asambleas y plenarios en todos los sectores para discutir un programa y un plan de lucha para poder golpear de conjunto a este gobierno.

(Nota de MASAS n°467)

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