La cloaca del Parlamento: sobre los “Héroes” y “Patriotas”
Desde diciembre pasado observamos una re-agudización de las tendencias dictatoriales con un Gobierno que, en su debilidad, tiende a pisotear las propias instituciones del régimen democrático burgués, como el Parlamento y la Justicia Burguesa. El Protocolo Represivo, la prístina y fallida Ley Ómnibus, los DNU, la Ley Bases y los dos recientes vetos, son clara expresión de estos rasgos dictatoriales.
Nuestro maestro Guillermo Lora señalaba en su famoso texto “La inviabilidad de la democracia burguesa” que: “El Ejecutivo se ha hipertrofiado en perjuicio de los otros poderes. El ordenamiento jurídico consagra ilimitados privilegios en favor del Ejecutivo o bien éste se los toma simplemente porque concentra la capacidad compulsiva, lo que se traduce en métodos de gobierno marcadamente dictatoriales”. A esto asistimos actualmente.
La reciente ratificación del veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario nos ofrece valiosas lecciones. Si se le suma el veto a la Ley Jubilatoria tenemos que en menos de 1 mes el poder Ejecutivo logró destruir las iniciativas legislativas de un plumazo, contando con menos de un tercio de los votos de esas cámaras. Esto nos permite abordar la situación política nacional desde un nuevo ángulo y así extraer importantes conclusiones políticas.
Interesa detenerse en lo que allí sucede. El mayúsculo descontento despertado en la población por el asado a los “87 héroes” (denominados así por Javier Milei) el 17 de septiembre en la Quinta de Olivos resultó suficiente motivo para que no pudiesen repetirlo en ocasión al veto universitario. Las jugosas prebendas con las que compran y tuercen votos, las ausencias en el Parlamento y las abstenciones van quedando cada vez más expuestas.
Permite entender mejor la cuestión los antecedentes inmediatos previos al último veto. Casos como el de la neuquina Lucila Crexell resultan ejemplificadores por el nivel prebendario con el que se maneja la cueva de bandidos. Su voto a favor de la Ley bases fue inocultablemente obtenido a cambio de ser nombrada Embajadora de la UNESCO. También Pedro Galimberti de Entre Ríos ratificó el veto jubilatorio y fue inmediatamente premiado con el nombramiento como Delegado en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, con un suculento sueldo en dólares. A diferencia de la “Ley Banelco” de 2000 que intentó -inútilmente- quedar oculta, la putrefacción de las instituciones burguesas hoy día no guarda el menor reparo por mostrar su nivel de corrupción.
Crónica de la sesión del 9 de octubre
Para ratificar el veto presidencial se necesita el tercio de los votos de los presentes en la Cámara desde donde surge la Ley, por lo que siendo originalmente de Diputados se requerirían 86 votos. Las evidentes componendas entre LLA y el PRO no eran suficientes para ratificar el veto: sus 79 votos precisaban o muchísimas ausencias (lo que rebajaría la cantidad de votos necesarios) o lograr arrastrar a una parte del resto de los diputados para conseguir el famoso tercio. Tanto Eduardo Falcone como Ibáñez María Cecilia integran el bloque del ex presidente de la LLA en Diputados (Oscar Zago), por lo que ya se descontaba su voto a favor. 81 tampoco eran suficientes y tuvieron que apelar a los “Patriotas”: Elia Fernández, Agustín Fernández y Gladys Medina colaboraron en la embestida. 84 en total.
Pero aún no se alcanzaban los 86 necesarios, y ahí entran las ausencias y abstenciones. Sucede que el mecanismo parlamentario puede resultar en ocasiones escenario de meditados cálculos. Las abstenciones, por una parte, imponen la necesidad de juntar mayor cantidad de votos tanto para los que quieren ratificar el veto como para los que quieren rechazarlo. Las ausencias, por el otro, actúan en sentido inverso. Tienen en común que actuaron políticamente para convalidar el veto presidencial.
Cuatro de las cinco abstenciones vinieron del lado misionero. Lo curioso es el hecho que son todos diputados que accedieron a su banca acompañando la lista presidencial de Massa: Carlos Fernández, Yamila Ruiz, Daniel Vancsik y Alberto Arrúa (quien sostuvo hasta horas antes que rechazaría el veto), hoy todos integrantes de Innovación Federal. El quinto voto fue del radical Pablo Cervi de Neuquén. El grupo de los partícipes necesarios.
Como señalamos previamente también es importante el sector de los ausentes que facilitarían -en los hechos- juntar la cantidad de votos necesarios para sostener el veto ante la imposibilidad de conseguir los 86 “Héroes”. Tanto la cordobesa Alejandra Torres aliada al Gobernador, como Jorge “Loma” Ávila del sindicato petrolero chubutense, alegaron cuestiones de salud para justificar su ausencia. Ricardo López Murphy conscientemente se ausentó sabiendo que esto favorecía al Ejecutivo. También el ex presidente de la bancada de LLA Oscar Zago, ahora en su propio bloque Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), no compareció en el Congreso. Hasta allí 253 diputados, por lo que la ratificación del veto no estaba asegurada.
Entonces apareció la necesidad de meter mano en los aparentes “opositores” y “Patriotas” para asegurarse que no haya ningún contratiempo. El “opositor” Fernando Carbajal cínicamente lamentó que el Parlamento no respete el calendario y alegó la necesidad de tomarse licencia. Y finalmente se ausentaron las pretendidas “Patriotas” Fernanda Ávila de Unión x la Patria y otra ex compañera de bancada Yolanda Vega (ahora en Innovación Federal). Quedan 251 diputados en total en el recinto, logrando así que el número de diputados necesarios para ratificar el veto sea de 84. La estafa quedaba consumada.
Los “Patriotas” opositores
La conformación de este grupo fue celebrado con algarabía por un gran número de peronistas, entre ellos fundamentalmente el kirchnerismo. Veían en este “granítico” bloque la posibilidad de atar de pies y manos al Gobierno y consolidar el rechazo parlamentario a Milei. No es menor que estas expectativas se trasladaron a un sector importante de las masas confiadas en que la ultra minoría oficialista en las Cámaras no podría avanzar, garantizando detener el ataque a las masas desde el Congreso Nacional.
El Partido Obrero Revolucionario advirtió que esto conduciría a una vía de grandes frustraciones. El Parlamento no tiene ninguna posibilidad para jugar un rol determinante a la hora de defender las conquistas o avanzar en las reivindicaciones, lo máximo que puede hacer es actuar de caja de resonancia a lo que la lucha de clases decide en otros ámbitos: el de los oprimidos resulta ser siempre y en toda ocasión las calles, la acción directa, la movilización de masas. Pero alertábamos al mismo tiempo que no podía confiarse en ninguna suerte de “Patriotas” o bloques de izquierda.
Aquellos autodenominados “Patriotas” resultaban ser una reproducción de los que habían convalidado el brutal endeudamiento del macrismo con el FMI, o los que habían renegociado con los bonistas privados, rifando la independencia económica, enterrando la soberanía política y comprometiendo la justicia social. Estos enjuagues parlamentarios de auténticos vendepatrias obtuvieron la venia de todos los que hoy se visten de oposición, entre ellos indudablemente Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y Axel Kicillof. No es menor recordar las palabras de Hugo Yasky (del entonces Frente de Todos), quien reveló que al abstenerse o votar en contra estaba haciendo solo un acto de comedia ya que “si los números estaban ajustados íbamos a votar a favor”. Un sincericidio brutal.
La situación actual no cambió esencialmente. De los 105 “Patriotas” de diciembre de 2023 quedan en la actualidad 99 en Diputados. Como vimos, fueron claves las abstenciones, las ausencias y los votos a favor directamente de esos originales 105 “Patriotas”. Algo similar sucedió en la Cámara de Senadores donde fue clave que los “Patriotas” Edgardo Kueider y “Camau” Espínola se conviertan en “Héroes” al votar la Ley Bases, evidenciando que las fronteras que los separan no son ni serán muy estrictas.
Esa laxitud en la frontera entre “Patriotas” y “Héroes” está dada por el reconocimiento de la deuda externa, la necesidad de su pago y del sometimiento al FMI. Esas diferencias entre oficialistas y opositores se borran de un plumazo cuando coinciden en la necesidad de sacar a la gente de las calles, como confesó Máximo Kirchner recientemente. Finalmente, es la defensa de la propiedad privada, del régimen capitalista de explotación, el cordón umbilical que los une en resguardo del Estado burgués.
Los revolucionarios en la etapa actual
Existe un sector menor del Parlamento que se reivindica, erróneamente, del trotskismo, de la revolución, por lo que es preciso detenerse en este grupo unos instantes: hablamos del FIT-U, aunque pueda extrapolarse indistintamente al resto de las tiendas del centrismo que no están en el Congreso Nacional. Todas intervinieron en cada una de las campañas electorales alimentando las ilusiones democráticas. Cualquiera puede recordar su política de frenar el ajuste desde el Congreso o lo importante que podría llegar a ser un bloque de izquierda en el Parlamento. O bien la forma en la que señalan el papel de cada uno de los legisladores electos para la presentación de proyectos de ley o para llevar la voz de tal o cual sector al Congreso. Esto es conducir a las masas a una derrota, despolitizarlas, embrutecerlas en sus métodos y objetivos. El reciente boicot a repudiar a Milei es solo un botón de muestra más de su desorientación y la ignorancia respecto a la intervención de los revolucionarios en los parlamentos burgueses.
Muy distinto ha sido el papel y la claridad con la que el Partido Obrero Revolucionario lanzó sus pronósticos políticos viéndolos confirmados posteriormente. Es el carácter científico de su política, reconociendo el papel que los revolucionarios deben jugar buscando no engañar en torno a la lucha de clases y hablando con total honestidad, aunque esta sea difícilmente digerible. Rechazando, al tiempo, sembrar falsas expectativas que pudiesen conducir a un callejón sin salida. Este es el método del POR para construir pacientemente la vanguardia organizada.
Frente a los “Héroes”, los “Patriotas” y el conjunto del Congreso, oponemos nuestro estrategia revolucionaria, buscando entroncar con el instinto de las masas que comienza, aunque muy lentamente, a chocar con esas instituciones repodridas. Tomamos nuevamente la lucidez de Lora finalizar: “La lección de nuestra historia: el parlamento ha saltado, una vez y otra vez, hecho astillas y víctima de la lucha de clases. Se trata de una criatura deforme e incapaz de definir la suerte del gobierno y de la política. El propio régimen jurídico convierte al parlamento en caja de resonancia del hipertrofiado Poder Ejecutivo y la práctica se ha encargado de demostrar que no es imprescindible para el funcionamiento del aparato estatal”. Con esta claridad y determinación ponemos nuestras ideas a discusión buscando trocar en consciencia el instinto de las masas.
(Nota de MASAS n°467)