CERCI

Palestina: Desenvolvimiento del conflicto en Oriente Medio

La situación de guerra sigue sin perspectivas de solución rápida. Por el contrario, el Estado sionista ha avanzado posiciones en Líbano, además de mantener su avance sobre la Franja de Gaza y Cisjordania. Esta última ha experimentado la mayor pérdida de territorio de las últimas tres décadas. Según la ONU, la ocupación de territorios en Líbano con la expulsión de la población alcanza ya el 25% de la superficie del país. El objetivo anexionista y colonialista de Israel ya no puede ocultarse bajo ninguna justificación. El mapa con las nuevas fronteras de Israel, presentado por Netanyahu y ampliamente difundido por los medios de comunicación, indica que no hay objetivos ocultos en las acciones del sionismo. La división del mundo en la posguerra está agotada. Los cambios de fronteras y zonas de influencia sólo pueden producirse mediante guerras de dominación, como la que estamos viendo desarrollarse en Oriente Medio.

Soldados de la ONU han resultado heridos en los últimos días, el sur de Beirut ha quedado devastado, Israel ha ordenado la retirada inmediata de la población, lo que ha provocado el desplazamiento de hordas de personas sin ningún lugar adonde ir. Más de 1.000 personas han muerto ya en este flanco del conflicto. El 13 de octubre, tanques israelíes invadieron posiciones ocupadas por la Fuerza Provisional de la ONU en Líbano (FINUL), y dos días antes se disparó contra la base del organismo. La FINUL declaró que las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel constituían una «flagrante violación del derecho internacional y de la resolución 1701 (2006) del Consejo de Seguridad». Cabe recordar que hace menos de un mes la ONU permitió a Netanyahu hablar libremente en la organización y que, después de eso, António Guterres fue declarado «persona non grata» por Israel. Al menos 100 países, entre ellos Brasil, han firmado una carta de apoyo a Guterres.

Como puede verse, existe tensión entre Israel y la ONU, lo que expresa una división interburguesa sobre el conflicto de Oriente Medio. Sin embargo, el apoyo de estos países al Secretario General de la ONU no debe confundirse con un apoyo directo a los palestinos. La mayoría absoluta de estos países mantiene sus relaciones diplomáticas, militares y económicas con el Estado que promueve el genocidio. Un caso emblemático reciente es el de Brasil.

El día 9, el ministro de Defensa, José Múcio, hizo unas declaraciones de gran repercusión en las que afirmaba que cuestiones ideológicas del gobierno de Lula estaban frenando las relaciones con el Estado de Israel, especialmente con la compra de 36 vehículos blindados a la empresa israelí Elbit Systems, por valor de 1.000 millones de reales. Lula, sin embargo, salió en defensa de Múcio y dijo que sus declaraciones no habían afectado a su mandato. Este es un ejemplo de la hipocresía de Lula.

La situación contradictoria entre las fuerzas burguesas está dominada por EEUU, que sigue financiando y respaldando los ataques de Israel. El apoyo decisivo del imperialismo norteamericano y europeo es el cheque en blanco que Israel utiliza en sus acciones. Los gobiernos que exigen un alto el fuego inmediato y el fin de las hostilidades no pueden ni pretenden hacer frente a EEUU. Ante esta situación, la masacre de cientos de miles de palestinos y cientos de libaneses continúa, sin que la ONU y las fuerzas democráticas de la burguesía puedan detener al sionismo apoyado por el imperialismo.

El movimiento de masas internacional sigue yendo y viniendo. Tras la ofensiva sobre el Líbano y los ataques de Irán contra Israel, no ha habido ningún retorno del movimiento de masas, aparte de manifestaciones ocasionales. La responsabilidad recae enteramente en las direcciones políticas, como es el caso de Brasil, que apuestan por las instituciones de la burguesía para detener la guerra. En este sentido, el Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional (CERCI), a través de sus secciones nacionales, viene trabajando al máximo de sus posibilidades para que el movimiento de masas vuelva a las calles, con sus propios métodos, bajo la bandera táctica de un frente único antiimperialista, y estratégica de los Estados Socialistas Unidos de Oriente Medio y de la República Socialista de Palestina.

(POR Brasil – Massas n° 726)

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