Bolivia: Gobierno traicionado por sus amos agroindustriales
¡Nacionalización inmediata de las haciendas agrícolas ganaderas capitalistas del Oriente!
Desde Santa Cruz – Bolivia
Los buitres empresarios aceiteros del oriente frenéticamente se abocaron a exportar el aceite refinado sin atender la demanda interna lucrando sin límites hasta doblar sus ganancias. Ahora pegan el grito al cielo cuando el gobierno suspende por tres meses las exportaciones e interviene los ingenios del Norte Integrado de Santa Cruz confiscando el arroz por acciones especulativas, denunciándolo de “comunista” y de pretender quitarles sus propiedades “como en Cuba”.
¿Comunista Arce Catacora? Para nada. Bajo todo el ciclo masista en el poder, desde el 2006 hasta el 2024, la oligarquía terrateniente del oriente recibió un trato privilegiado del indigenismo posmoderno. En el 2006, el INRA informaba que existen propiedades de hasta 208.775,468 hectáreas y que “sobre 24 millones de hectáreas tituladas, 20 millones fueron entregadas a 3.700 familias de latifundistas y unos 4 millones de hectáreas a comunidades y pueblos indígenas”. La nueva ley INRA masista (Ley 3545 promulgada por Evo Morales en octubre del 2006), establece el respeto a todos los latifundios ya constituidos y permite nuevos con una extensión hasta 50.000 hectáreas, siempre y cuando cumplan y demuestren los propietarios una “función económica y social”. También mantuvieron vigente el RAU (Régimen Agropecuario Unificado) creado por Gonzalo Sánchez de Lozada en 1996, donde estos empresarios, hasta hoy en día, pagan un solo impuesto anual miserable de 34.4 bs. por hectárea cultivada y 2.7 bs. por hectárea de pastoreo.
El MAS no solamente convivió con el latifundio, sino que impulsó las actividades económicas de los terratenientes del oriente. No por nada, el 26/01/2019, la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) regaló al presidente Evo Morales un caballo valuado en 60.000 dólares como retribución a los favores recibidos. Y ahora, el presidente actual, Arce Catacora, aprobó decretos supremos y firmó varios acuerdos con las organizaciones empresariales del oriente (CAO, CAINCO, FEGASACRUZ) otorgándoles carta blanca para la libre exportación de soya, aceite, arroz, carne, etc. La respuesta de los agroindustriales, contrariamente a la colaboración que esperaba para estabilizar la economía, ha sido el desabastecimiento de estos productos.
El gobierno se entregó en alma y cuerpo a la oligarquía latifundista esperando que estos le retribuyan los favores trayendo dólares al país. Cosa que no ocurre. El presidente lamenta la traición de sus aliados afirmando que “los cambitas nos jugaron sucio”. ¿Qué otra respuesta esperaba de los capitalistas angurrientos de ganancia? El pecado del MAS, y sobre lo que tienen que dar explicaciones al pueblo trabajador, es ¿POR QUÉ ENTREGÓ EL CONTROL DE LA PRODUCCIÓN AGRICOLA Y GANADERA DEL PAÍS A MANOS DE ESTOS BUITRES? poniendo en peligro la alimentación de toda la población, siendo que el abastecimiento de los productos básicos de la canasta familiar es responsabilidad primordial de cualquier gobierno.
Claro está que no existe un enfrentamiento regional entre “cambitas vs. kollitas”, es lucha de intereses entre empresarios latifundistas vs. el pueblo hambriento. El pueblo cruceño también sufre del desabastecimiento y la subida generalizada de los precios de los alimentos que se produce en su región. Con la especulación de alimentos, los únicos que se benefician son las grandes empresas, que hoy en día quieren encubrir sus negociados azuzando un supuesto conflicto regional.
No basta con disposiciones timoratas y temporales. Corresponde orientarnos seriamente a recuperar la gran propiedad de la tierra de manos de estos terratenientes. Tarea que sólo puede ser materializada bajo la dirección ideológica y política de la clase revolucionaria, la proletaria. Sólo un Gobierno Obrero Campesino y Clases Medias Empobrecidas, puede enfrentar consecuentemente a los grandes propietarios extranjeros y nacionales.
(POR Bolivia – Masas No.2818)