Un año de Milei y el impacto en el sistema educativo público
En un país que tiene una caída de 12% de la actividad industrial y un 24,5% en la construcción, y donde más de la mitad de la población pasa hambre, es imposible que el sistema educativo esté bien. En el año 2024 se ha profundizado la situación de riesgo de los niños, sin embargo, vale la pena recordar que, en años anteriores, incluido del kirchnerismo, hablábamos de una pobreza del 40%, por lo tanto, estamos frente a un fenómeno estructural. La situación económica genera mayor violencia familiar, inestabilidad, y dificultades para aprender en ese contexto. A su vez, para la juventud la imposibilidad de conseguir un trabajo estable y bien remunerado tiene impacto en la motivación para estudiar.
El sistema educativo argentino se destaca por la extensión de su gratuidad, en Argentina 8 de cada 10 estudiantes universitarios cursa en la universidad pública mientras que en el resto de los países de Latinoamérica este porcentaje cae a 5 cada 10. El plan del gobierno de Milei es el de la privatización, por ello su primera medida fue cambiar el Ministerio de Educación a una secretaría y dejó sin efecto la Ley de Financiamiento Educativo que incluía un mínimo del PBI para educación, el incentivo docente y planes nacionales (recordemos que el 25% del presupuesto educativo depende de Nación).
A la dura situación que atravesamos en el año 2024 (una reducción presupuestaria del 40%), las perspectivas para el 2025 no son mejores. El presupuesto 2025 proyecta una caída del 50% para los programas educativos con respecto al año 2023 que impactan en: formación docente -63%, construcción de jardines de infantes -59%, becas estudiantiles – 64% y una baja de -69% en infraestructura y equipamiento. Para la educación terciaria donde se forman 8 de cada 10 docentes se buscará implementar el formato híbrido entre otras medidas.
Todo este ajuste no pasó sin que se oponga resistencia con la lucha universitaria a la cabeza. El mismo gobierno se vio obligado a cambiar el discurso de los vouchers y a declarar que no iban a privatizar el sistema educativo. El problema es que el ahogo económico redunda en privatización. Muchos rectores han declarado que van por más acuerdos con las empresas privadas. La dispersión del sistema educativo argentino, cuya peor etapa fue los años 90, hace que el 75% del presupuesto dependa de las provincias, por lo tanto, el ahogo presupuestario a las provincias tiene impacto en dinero para obra pública. La variable de ajuste en el presupuesto educativo es el salario docente, es evidente que todos sus informes hacen eje en este punto como si fuera un problema, justamente el objetivo de la esencialidad es atacar el derecho a huelga.
El año que viene tendremos que profundizar la lucha por presupuesto educativo, la defensa de la escuela pública es responsabilidad de todos los trabajadores y principalmente de las centrales sindicales, las burocracias deben romper la tregua. La CGT fundamentalmente por concentrar a la clase obrera debe convocar a parar y movilizar para frenar el plan de ajuste, su convocatoria tiene impacto político como se demostró en la lucha universitaria. Y, por su parte, la CTERA tiene que dejar de hacer comunicados y convocar a que todos los sindicatos provinciales realicen asambleas de trabajadores de la educación y con las comunidades educativas para preparar el plan de lucha y el no inicio en un año 2025 de ajuste para la educación.
(Nota de MASAS n°471)