El nuevo gobierno sirio comienza a ser reconocido por el imperialismo que le impone sus condiciones
Declaración del CERCI – Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional
- El 8 de diciembre pasado cayó el régimen en Siria Bashar al Assad. EE.UU. e Israel, aprovecharon para golpear duramente y destruir buena parte de su capacidad militar. Turquía apoyó abiertamente al HTS que tomó el gobierno y redobló sus ataques contra los kurdos. Festejan su caída los países árabes que se oponen a Irán y el Estado sionista de Israel. El nuevo gobierno ya se mostró incapaz de levantar al pueblo sirio por la independencia y la soberanía nacionales.
- Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Europea montaron un cerco para comprometer al gobierno de Abu Mohammed al-Jolani, líder del HTS, con los objetivos estratégicos del imperialismo para Oriente Medio. Los cancilleres de Francia y Alemania ya visitaron Siria y lo entrevistaron. También viajó un enviado especial de la ONU. Delegaciones del Reino Unido y de EE.UU. establecieron contactos diplomáticos con el HTS. Biden saludó la caída de Assad reclamando “que debían evitar el resurgimiento del Estado Islámico”. EE.UU. apoyó hasta 2020 el levantamiento insurgente contra Assad y nunca dejó de intervenir sobre Siria. La política de la Unión Europea es acercarse al “gobierno de transición”. Una delegación del gobierno Sirio viajó a Arabia Saudita. Turquía reabrió su embajada y ofrece ayuda económica y militar.
- Es un gobierno que nació dependiente de fuerzas externas. Esto muestra la falta de su propia capacidad para reorganizar el país sobre nuevas bases económicas y políticas decididas, apoyadas y defendidas por las masas sirias. El líder del frente HTS(Hayat Tahrir al Sham – Movimiento para la Liberación del Levante)es al-Jolani que proviene de un bastión que lograron conservar en Idlib. Fueron parte de Al Qaeda hasta 2016 cuando rompen con la organización.
- El imperialismo festeja la caída de al-Assad pero no confía plenamente en los vencedores a los que calificaba hasta ayer como terroristas y a los que busca condicionar. Los cancilleres europeos expresamente señalaron que no financiarán una nueva estructura islamita y “exigen que se respeten las minorías”. El canciller francés se reunió con los kurdos a quienes ve especialmente amenazados. Al imperialismo le preocupa la avanzada de las milicias turcas contra las SDF (Syrian Democratic Forces) que se multiplicaron desde 2016. Turquía acusa que el principal componente de las SDF son las Unidades de Protección Popular (YPG) que están afiliadas al PKK y “son terroristas” y exige que dejen las armas.
- En las últimas semanas las SNA (Syrian National Army) apoyado por Turquía avanzó sobre la población de Manbij en Aleppo bajo control kurdo. El ejército de EE.UU. estaría protegiendo a la población kurda con su base militar en la región y sobretodo sus propios intereses petroleros. En el pasado las SDF kurdas apoyadas por EE.UU. derrotaron al Estado Islámico. Aparece ahora como uno de los conflictos militares que más se potencia.
- El gobierno de Basher al Assad fue un gobierno sanguinariamente represor que había derrotado a los grupos insurgentes en la guerra civil iniciada en 2011 (Primavera Árabe). La familia Assad gobernó el país durante más de medio siglo oprimiendo a las masas sirias y las nacionalidades que componen el territorio. Hoy sus seguidores están siendo perseguidos y reprimidos y al mismo tiempo esos sectores organizan la resistencia al nuevo gobierno, sin creer en las promesas de pacificación y unidad nacional, no habrá ninguna “transición pacífica”.
- La sobrevivencia del gobierno de Bashar al Assad dependió del apoyo de Rusia y de Irán. Si bien expresaron contradicciones y conflictos con EE.UU. y aliados, se limitaron a defender sus propios intereses nacionales. En las nuevas condiciones de la crisis global, marcada por la guerra en Ucrania, la Franja de Gaza y el Líbano, quedaron al descubierto la descomposición e impotencia del gobierno de Bashar al Assad, así como la incapacidad de Rusia e Irán para reaccionar ante el levantamiento de la oposición yihadistas. Rusia busca ahora negociar con el nuevo gobierno los mismos intereses económicos y comerciales que se garantizaron a cambio de apoyo durante los años de confrontación con la yihad islámica. Irán, a su vez, se vio obligado a retroceder, debilitado por la ofensiva militar de Israel y Estados Unidos, apoyado por la connivencia de países árabes, como Arabia Saudita, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Egipto. Se abrió así el camino para el avance de la dominación estadounidense sobre Siria. Lo que seguramente dependerá de la lucha revolucionaria, anticapitalista y antiimperialista de las masas árabes y persas.
- Siria vive una tragedia. Los 13 años de guerra civil internacionalizada dejaron alrededor de 600 mil muertos, 6,8 millones de refugiados, 13 millones de desplazados y el 90% de la población arrojada al precipicio de la miseria. La caída de Assad reabre en otras proporciones la guerra civil internacionalizada por el control del país. En esas condiciones el nuevo gobierno no podrá garantizar la paz cuando recrudece la intervención imperialista en la región y la ofensiva anexionista del Estado sionista de Israel.
- Se agrava el proceso de balcanización de Siria, de fragmentación y disgregación. Las intervenciones militares de EE.UU. e Israel están destrozando aun más el país, ya destruyeron buena parte de su capacidad militar disputando por tomar su control y limitar lo máximo posible el poder del HTS, evitando su rearme y potenciamiento.
- Es necesario recordar que Siria ocupó un papel muy importante en Oriente Medio en el último siglo, que fue una fuerte referencia de resistencia al colonialismo, de rechazo a la creación del Estado de Israel, que rechazó las intervenciones militares norteamericanas y promovió la unidad de las naciones árabes. Siria facilitó la intervención de Hezbollah desde Líbano. Por esos motivos fue sancionada económicamente por el imperialismo.
- En este reconocimiento de la tragedia siria no perder de vista el carácter capitalista y de clase del Estado y su expresión gubernamental encarnada por la dinastía Assad. Siria sufrió por las condiciones económicas dictadas por las potencias imperialistas, comenzando con la ocupación francesa en 1920. La rebelión siria contra la opresión nacional, a mediados de esa década, a pesar de ser aplastada por Francia, fue la base del movimiento nacionalista que en 1958 levantaría la bandera de la unificación territorial constituyendo una “República Árabe Unida”. Con la idea de que una Siria y un Egipto unificados estarían en mejor posición para garantizar la independencia frente a las fuerzas del imperialismo. Aunque la experiencia fue breve, de solo 3 años, dejaron plantada la bandera de la necesidad de una “Federación de Repúblicas Árabes”. Fue en este marco que Siria luchó por la reunificación con el Líbano, chocando con la oposición francesa.
- La trayectoria política de Siria, desde la Primera Guerra Mundial, con el acuerdo de partición Sykes-Picot de 1916 -por el colapso del Imperio Otomano- ha sido la de buscar la unificación como forma de afrontar la nueva dominación encarnada por Inglaterra y Francia.
- Al final de la Segunda Guerra Mundial, con la nueva partición, Siria que proclamó su independencia en 1941, se opuso categóricamente a la decisión de la ONU de establecer el Estado sionista de Israel en Palestina. Esta determinación colocó a Siria en una posición destacada en la resistencia nacionalista a la ofensiva norteamericana en Oriente Medio.
- La creación del Partido Árabe Socialista Baath en 1947 fue importante. El general Rafez al-Assad comenzó a dirigirlo tras tomar el poder a finales de 1970. Mantuvo la línea nacionalista de unificación de los países árabes.
- La guerra entre Irak e Irán, en 1980, socavó las tendencias unificadoras, que ya se habían debilitado con el fracaso del nacionalismo asumido por Egipto, bajo dirección de Gamal Abdel Nasser. En su base está la creciente divergencia en torno a la dominación de Israel sobre Palestina y la creciente influencia de EE.UU. sobre los Estados y gobiernos árabes, dada la creciente importancia estratégica de la economía petrolera y la ruta comercial marítima. Los enfrentamientos de Siria con Israel en suelo libanés aumentaron.
- Cuando Bashar al-Assad, en junio de 2000, ocupó el lugar de su padre en el gobierno, la situación en Oriente Medio era explosiva. Siria se había negado a participar en los acuerdos de Oslo de 1993, oponiéndose así a la OLP, y condenó la creación de la Autoridad Palestina en 1994. El conflicto de Siria con Israel había adquirido una proporción importante con la guerra de 1967 y la anexión de los Altos del Golán por Israel en 1981.
- La invasión estadounidense de Irak en abril de 2003 fue rechazada por Siria. Estados Unidos le impuso sanciones económicas. En 2011, la llamada “Primavera Árabe” sacudió a una serie de gobiernos en el norte de África y Oriente Medio. En las condiciones de la guerra que arruinó a Irak y los movimientos para desafiar las dictaduras, estallaron antagonismos nacionales y religiosos.
- La proyección del movimiento nacionalista-religioso del Estado Islámico, cuya organización se vio impulsada por la intervención de EE.UU. en Irak, tuvo amplio reflejo en el proceso de crisis económica y política en Siria.
- La guerra civil iniciada en 2011 dejó al descubierto varias facciones vinculadas o no a la yihad islámica. Se desencadenó la campaña global del imperialismo norteamericano y sus aliados contra lo que describieron como organizaciones terroristas. No fue precisamente una guerra civil, ya que fuerzas exteriores a Siria ya estaban presentes. Incluso hubo una grotesca alianza entre Rusia, Estados Unidos y Turquía contra el Estado Islámico y Al-Qaeda. El aplastamiento de la yihad en Irak y Siria permitió un acuerdo de alto el fuego provisional. El gobierno de Assad, sin embargo, se convirtió en rehén del apoyo de Rusia, mientras que Turquía, Qatar y Estados Unidos apoyaron a facciones organizadas que finalmente derrocarían al gobierno el 8 de diciembre de 2024.
- El ataque de la Organización del Levantamiento para la Liberación de Siria (Hayat Tahir al-Sham/HTS) se produjo en el marco de la intervención del Estado sionista en la Franja de Gaza y el Líbano. Los ataques de Israel contra territorio sirio pusieron de relieve la impotencia del gobierno de Assad. Así, Turquía y sus aliados en este objetivo prepararon el terreno para su derrocamiento. En este marco Rusia e Irán y el pueblo palestino son los grandes perdedores.
- La autodeterminación de Siria depende de acabar con la opresión de las multiples nacionalidades, constituyendo un Estado Federativo Socialista. Ese objetivo se extiende a toda la región de Oriente Medio, como ha evidenciado la guerra de Israel en la Franja de Gaza y en el Líbano. Concretamente, se trata de organizar un movimiento revolucionario para derrotar y expulsar al imperialismo norteamericano y aliados.
- Es imperativo construir un frente único antiimperialista, bajo la dirección del proletariado. Solamente la revolución social puede romper la cadena de opresión del capital imperialista y conquistar el derecho a la autoterminación de las nacioes oprimidas.
- La guerra iniciada en octubre de 2023 de Israel contra el pueblo palestino expuso las profundas contradiccionees que vienen sacudiendo el Oriente Medio en los marcos de la descomposición del capitalismo mundial. Es por eso que no habrá pacificación en Siria con la caida de la dictadura de Bashar al Assad. Están a la vista los ataques de Israel y de los Estados Unidos para destruir cualquier capacidad de resistencia siria a los objetivos anexionistas que están en la base de las guerras en curso.
- La emancipación de todos los pueblos oprimidos de Siria y de toda la región sólo será alcanzada poniendo en pie una República Socialista de Oriente Medio que garantice la autodeterminación de cada nacionalidad, expulsando al imperialismo, recuperando todos los recursos.
- El camino de la revolución social está abierto, depende de la construcción de las dirección revolucionaria del proletariado.
- Estamos viviendo una etapa de profundas convulsiones en todo el mundo producto de la acelerada descomposición capitalista que abriga en sus entrañas las tendencias bélicas, las crisis políticas y el agravamiento de la lucha de clases. Acontecimientos que revelan el agotamiento del orden internacional pactado después de la Segunda Guerra Mundial y la lucha por imponer un nuevo orden. Es cada vez más evidente que EE.UU. avanza en los preparativos de su guerra contra China.
- El Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional ha demostrado que objetivamente emerge de las tendencias desintegradoras del capitalismo el programa de la revolución social. Se trata de que la vanguardia con conciencia de clase lo encarne y traduzca en el interior de las luchas, vinculando las reivindicaciones más elementales a la estrategia de la revolución socialista.
¡Organizar el frente único antiimperialista por la autodeterminación de Siria!
¡Expulsar todas las fuerzas económicas, políticas y militares que ejercen la opresión nacional!
¡Unir a las masas explotadas de Siria con la de todos los paises de Oriente Medio!
¡Por el fin inmediato de la guerra en la Franja de Gaza y en el Líbano, con la retirada de las fuerzas de ocupación israelí!
¡Impulsar la lucha unitaria de las naciones oprimidas contra la dominación imperialista, bajo el programa de la revolución social y la estrategia de los Estados Unidos Socialistas de Oriente Medio!
9 de enero de 2025