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La crisis política se profundizará: Debemos combatir toda ilusión de que se puede derrotar la política de Milei con las elecciones

Estamos viviendo una catástrofe social de magnitud igual o superior a la que vivimos en 2001. Milei puede sostenerse y seguir adelante con su política porque está respaldado por poderosas corporaciones, porque buena parte de ellos están metidos en la timba financiera haciendo grandes diferencias. Se sostiene porque la oposición burguesa no tiene ningún plan alternativo, que se oponga a las políticas del Gobierno, qué medidas tomarían para revertir la situación actual. Se sostiene porque la dirección de la CGT resolvió borrarse otra vez. A su vez las referencias de combate, de resistencia, independientes, aun son muy débiles.

El Gobierno no consiguió todos los objetivos que se planteó en su inicio, pero logró un gran retroceso de salarios y jubilaciones, frenó completamente la obra pública, redujo las transferencias a las provincias, produjo despidos masivos, liberó precios, eliminó subsidios y controles. Arrancó una cantidad de derechos conquistados en décadas de lucha y amenaza con terminar con todo lo que pueda.

En este cuadro de agudización profunda de la lucha de clases, donde los grandes capitalistas van por todo, los principales partidos de la burguesía están embarcados desde hace semanas en la lucha electoral de este año, arrastrando a los distintos sectores de la burocracia sindical. En plena rosca se dividen y pelean por cuestiones absolutamente miserables, por los cargos en las listas, por el adelantamiento o no de las elecciones en cada provincia, si tiene que haber PASO o no.

El radicalismo ya se dividió el año pasado, una parte de su bancada en el Congreso se alineó con el Gobierno. Con el PRO pasa lo mismo, el partido de Milei en construcción (LLA) trata de absorber la mayor cantidad de dirigentes para su espacio acorralando a Macri. El peronismo también tuvo sus migraciones hacia el oficialismo y está tratando de alinear sus fuerzas con la presidencia del partido en manos de Cristina Kirchner, pero con poco entusiasmo y una disputa con Kicillof. Otros partidos menores que son satélites de los principales esperan a que se definan las internas. En ningún caso aparece el debate de ideas o programas de gobierno.

Las masas se encuentran totalmente ajenas a esta rosca electoral, preocupadas con sus padecimientos permanentes. No aparecen propuestas de qué medidas tomarían para salir de este desastre. El peronismo que se postula como opositor todavía está lamiéndose las heridas de la última derrota electoral y el fracaso de su último gobierno. Sólo se limita a hacer diagnósticos y quejarse sobre la situación.

Las elecciones no resolverán nada de nada, solamente cómo se repartirán las bancas en el Congreso. El Gobierno, en absoluta minoría en ambas cámaras, pudo llevar adelante un furioso ataque contra la Nación y los trabajadores. Debemos combatir toda ilusión de que se puede derrotar la política de Milei votando. Quienes se entusiasman con frentes electorales antiMilei muestran toda su impotencia e incapacidad para enfrentar su política.

Es necesario promover el debate desde las bases sobre cuál es la respuesta política a la crisis, cuáles las medidas, qué métodos para imponerlas.

La prioridad es la lucha por el salario y las jubilaciones, por parar los despidos y suspensiones, por la reincorporación de los trabajadores despedidos, por terminar con la precarización laboral, por un plan inmediato de obras públicas para resolver las necesidades más urgentes, por presupuesto para salud y educación, por dar marcha atrás con los tarifazos en todos los servicios. Estos reclamos mínimos y urgentes dependen de desconocer el programa con el FMI, desconocer la deuda, de imponer una política proteccionista de la producción nacional, de estatizar el comercio exterior y la banca, terminar con los monopolios que controlan sectores vitales de la economía, recuperar todos los recursos para ponerlos al servicio de la industrialización del país.

Estas medidas elementales de defensa de los intereses inmediatos de los trabajadores y lucha contra el sometimiento y entrega del país, sólo pueden ser impuestas por la acción directa de masas. Deben ser impuestas por la clase obrera acaudillando a la mayoría oprimida. Ningún sector de la burguesía o pequeñoburguesía tiene un programa para salir de la crisis, todos han fracasado y nos han llevado a la ruina. No hay salidas intermedias. O la mayoría oprimida se pone de pie y termina con esta catástrofe o conocerá los rasgos más atroces de la barbarie capitalista que ya se empiezan a ver.

(Nota de MASAS n°472)

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