Por un 8M antifascista, antirracista y antiimperialista
Las mujeres revolucionarias reivindicamos el carácter internacionalista y la lucha contra la clase burguesa que nos hunde en la barbarie a las mujeres trabajadoras.
Este 8 de Marzo nos movilizamos por trabajo, vivienda, salud, educación, por la jubilación, por la socialización del trabajo doméstico y en defensa de los derechos democráticos conquistados con métodos de acción directa. Nos encontramos nuevamente en las calles para dar continuidad a la movilización del 1 de Febrero.
Reivindicamos el 8M como el día internacional de la mujer trabajadora, que fuera impulsado por las mujeres revolucionarias, internacionalistas, organizadas en el Partido Socialista en el año 1910. Reivindicamos el carácter internacional de la fecha y de clase. La doble opresión que padecemos las mujeres bajo el sistema capitalista hunde sus raíces en la explotación por parte de la burguesía a la clase obrera, junto a la opresión que significa el peso del trabajo doméstico. La burguesía imperialista mediante la ONU ha intentado quitar el contenido de clase y de lucha de este día para transformarlo en una fecha comercial.
La asunción de Trump en la presidencia de EE. UU, su política expansionista, las deportaciones masivas junto a las medidas proteccionistas de suba de aranceles y su postura de emperador del mundo agravan el sometimiento de las semicolonias. El Gobierno de Milei cuenta con el reino de la impunidad con la estafa de las crypto. Todos los politiqueros que piden su cabeza, avanzan por las vías institucionales sabiendo que son una vía muerta que termina garantizando la impunidad. La verdadera estafa de Milei está contenida en su programa de gobierno, con la utilización de millones de dólares del Anses.
Este 8M nos movilizamos en forma unitaria, instando a que las centrales sindicales convoquen a parar, se tienen que poner a la cabeza de esta lucha, en defensa de nuestras condiciones de vida. No podemos esperar a la renovación de diputados, debemos tomar la lucha en nuestras manos y avanzar en la más amplia unidad con los métodos de acción directa. La lucha de las mujeres trabajadoras es parte de la lucha de toda la clase obrera, de todos los oprimidos. La liberación de las mujeres trabajadoras es posible por medio de la revolución social, dirigida por la clase obrera, única vía para terminar de una vez por todas con la servidumbre de la mujer en la familia y con todas las formas de opresión.
Por la socialización de las tareas domésticas
Por salario y jubilaciones que cubran como mínimo el costo de la canasta familiar
Derrotemos el plan de Milei
(Nota de MASAS n°475)