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¡Viva la toma de Morvillo!

El pasado martes 25 de febrero, luego del último turno de producción, los más de 200 trabajadores fueron informados del cese de actividades de la fábrica gráfica Morvillo de Avellaneda, con más de 50 años de antigüedad.

Como no podía ser de otra manera, la empresa busca descargar la crisis sobre la espalda de los trabajadores, alegando una caída en la producción y la consiguiente imposibilidad de continuar con el funcionamiento. La conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense fue incumplida por la empresa, que se niega a contestar y comparecer en las audiencias a tal efecto. Así queda expuesto con brutal crudeza, el desinterés patronal para con los “queridos compañeros”, como los describió en su cínico comunicado.

A su turno, la dirección burocrática de la Federación Gráfica Bonaerense, que a pesar de convocar a un plenario de delegados por presión de las bases, especula con el aplacamiento del conflicto como ya hemos visto en otras oportunidades (AGR-Clarín en 2016, por ejemplo).

El conjunto de los trabajadores y su Comisión Interna, encabezada por la Lista Naranja (PO), no han perdido tiempo ni entrado en el juego de las dilaciones por parte de la patronal, ministerio de trabajo o sindicato, y rápidamente mostraron la guardia en alto, impulsando la toma indefinida y la permanencia en la puerta del establecimiento. A su turno han estado convocando a la solidaridad activa del resto de los trabajadores a través de reuniones abiertas y fondos de huelga.

Indudablemente estamos frente a una situación que requiere superar el carácter atomizado y disperso de las respuestas. Si bien hoy es Morvillo, se va generalizando a lo largo y ancho del país, el ataque a la clase obrera y al resto de los oprimidos.

Por esto mismo, hay que buscar la más amplia unidad no solo de los sectores que sufren despidos o suspensiones, sino del conjunto que más temprano que tarde va siendo golpeada por la política bestial de la burguesía, amparada en un Gobierno dispuesto a hacernos retroceder en todas nuestras conquistas y derechos. Únicamente la clase obrera levanta un programa antagónico capaz de detener la brutal embestida burguesa contra las condiciones de vida y fuentes laborales.

La lucha de los trabajadores de Morvillo, con su heroica toma, se erige como una guía para enfrentar la política del capital con los métodos históricos de la clase obrera. ¡Viva la toma de los trabajadores! ¡Rodearla de la más amplia solidaridad hasta alcanzar la victoria!

(Nota de MASAS n°475)