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¡Fuera toda la burocracia! La CGT debe ser recuperada para los trabajadores

En pocos meses se renovará la dirección de la CGT y sectores opositores dentro de la burocracia plantean apenas un cambio de estatutos para la elección de su dirección, dejando a un lado la cantidad de afiliados de cada gremio.

Es necesario una dirección completamente independiente del Estado, de las patronales y sus partidos. En la sociedad dividida en clases antagónicas e irreconciliables la política conciliadora con las patronales y el Estado es una traición a los intereses de la clase obrera. Los dirigentes sindicales deben representar exclusivamente el interés de sus representados y obedecer al mandato de sus bases.

El proceso de selección de la nueva dirección debe empezar desde las bases, en cada lugar de trabajo, donde todos los trabajadores, afiliados o no al sindicato, con empleo registrado o no, debatan quiénes serán sus representantes en los plenarios de sus gremios para elegir la nueva dirección. Debatir cuál es el pliego de reivindicaciones, el programa de la CGT y el plan de lucha para imponerlo. Este es el único camino democrático para recuperar la dirección de los sindicatos y la CGT, con un Congreso de delegados de base que decida elegir una nueva dirección.

No hay ninguna posibilidad que en las mesas de negociación con las patronales y el Gobierno se puedan resolver nuestros reclamos. Estamos frente a una política de guerra contra nuestros derechos, quieren arrancarnos todos los derechos, todas las conquistas de décadas de lucha, quieren atomizarnos, destruir nuestras organizaciones, reducirnos a una suma de individuos para quitar toda la fuerza de nuestra organización. Las políticas de reformas del capitalismo están agotadas.

Detrás o por encima del Gobierno de Milei están las grandes corporaciones nacionales y extranjeras que le dictan sus políticas, y el FMI. Exigen que avance con más reforma laboral para terminar con lo que queda de estabilidad laboral, terminar con el aguinaldo, las vacaciones, las licencias, los convenios colectivos, ilegalizar los métodos de lucha y bloquear la organización desde la base.

¿Qué hace un representante de la CGT, Gerardo Martínez, sentado a la mesa del “Consejo de Mayo” de Milei? ¿Para discutir qué reforma laboral? No hay nada que pactar con los empresarios y el Gobierno. Su presencia en el Consejo es una traición al interés de la clase obrera, de Martínez y la cúpula de la CGT que lo mandató.

Estos dirigentes se niegan a coordinar todas las luchas que recorren el país, a defender los puestos de trabajo que son amenazados todos los días. Las centrales sindicales sirven para actuar colectivamente, como un solo puño, para aplicar toda la fuerza contra el poder económico. Los conflictos por sector nos debilitan y facilitan el trabajo de los empresarios y el Gobierno.

La actitud cómplice de la burocracia es lo que explica que el salario y la jubilación sean los más bajos de la historia, con el poder adquisitivo por el piso. Ni siquiera fueron capaces de lanzar una lucha por el salario mínimo que dicen que reclaman, apenas se limitaron a sacar comunicados y declaraciones. Un abandono completo de los trabajadores.

Los sindicatos no deben reclamar cargos en las listas de candidatos de los partidos patronales, no deben reclamar cargos en el Estado ni participación en las empresas o negocios para su propio interés. Los sindicatos y la CGT deben ser completamente independientes de los partidos patronales y del Estado.

Esto no quiere decir que deba ser apolítica. Todo lo contrario. Debe levantar la política de la clase obrera, su interés inmediato y también su interés histórico, irreconciliable con el interés capitalista. La clase obrera tiene también la responsabilidad de defender la soberanía nacional, de encabezar la resistencia antiimperialista, porque ninguna otra clase social puede encabezar consecuentemente esta lucha, como ha quedado demostrado.

La CTA unificada debe plantear su reincorporación a la CGT para fortalecer la unidad de todos los trabajadores.

¡Por una dirección clasista de la CGT!

(Articulo de MASAS n°484)