Más despidos en la industria: Textilana Mar del Plata despidió 150 trabajadores
Cierra parte de la histórica fábrica de la marca Mauro Sergio, redujo un 20% su producción en medio del derrumbe del consumo y las importaciones crecientes. En 2025 ya cerraron 68 pymes textiles, más de 4.000 despedidos, el uso de la capacidad instalada cayó al 40% (datos de la Asociación Obrera Textil de la República Argentina).
Una marca ya tradicional, Mauro Sergio, producida por Textilana, por más de 5 décadas y que es símbolo de la producción textil nacional, enfrenta su peor crisis. Había integrado su producción, pasando del hilado para terceros a la fabricación completa de indumentaria.
El desplome del sector no es un hecho aislado: más del 70% del consumo de ropa es de productos importados. Entre enero y mayo las compras de indumentaria al exterior crecieron un 136%, con un valor histórico de US$ 1.572 millones. Los empresarios denuncian que las importaciones textiles aumentaron un 93%, muchas veces con precios de dumping: el valor promedio por kilo fue de apenas 5,67 dólares. Se bajaron los aranceles a las importaciones y se mantiene artificialmente una cotización baja del dólar. Resultado: la industria local se paraliza.
El gremio denuncia y alerta por despidos sin indemnización y renuncias forzadas por bajos salarios y falta de pagos.
A su vez la multinacional Dass fabricante de Adidas y Nike despidió a 100 trabajadores y temen el cierre de su planta de Misiones.
La industria textil emplea a 530.000 personas, el 69% de ellas mujeres, en 24.000 empresas, en 17 provincias. Es uno de los pilares productivos de las economías regionales.
Defender la industria local es defender la soberanía nacional. Es urgente imponer el monopolio estatal del comercio exterior impidiendo el ingreso de productos que se producen o pueden producirse en el país, destruyendo la industria y dilapidando divisas. La tarea de defender la industria e industrializar el país debe estar en manos de la clase obrera, la única interesada. Es fundamental la intervención de la CGT y los sindicatos para impedir los cierres, los despidos y las suspensiones, para poder responder de conjunto al industricidio, con huelga, ocupaciones y movilizaciones. Con una política independiente. El capitalismo en su agotamiento y descomposición destruye fuerzas productivas. Sólo la clase obrera puede terminar con esta política, conquistando el poder. La agonía capitalista nos lleva a la barbarie.
(Artículo de MASAS n°485)