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Rechazar todas las exigencias de la AmCham

La Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) presiona al Gobierno para imponer sus objetivos. Actúa en conjunto con el FMI, la Embajada y el Gobierno de EE.UU. para colonizar completamente el país.

Cuando dice “nuestro país” debe entenderse literalmente, ellos se creen los dueños de Argentina. Dice la AmCham “nuestro país se enfrenta al desafío estratégico de captar inversiones, rediseñar esquemas productivos y aprovechar las distorsiones comerciales para ganar presencia en mercados hoy abastecidos por economías afectadas por los aranceles”.

Cuando hablan “que el verdadero salto estructural dependerá del desarrollo de ecosistemas exportadores dinámicos, capaces de transformar el perfil productivo del país”. Quieren decir terminar de destruir su industria y reprimarizar completamente la economía con el objetivo de incrementar las exportaciones.

Explican que para 2033 las exportaciones deagroindustria, del sector de petróleo y gas, la transformación digital y la innovación, y la minería pueden sumar más de 128.000 millones de dólares, “lo que puede implicar un cambio profundo en la matriz económica argentina”.

“La estabilidad macroeconómica del país dependerá en gran parte del desarrollo sostenido de estos sectores. En efecto, los demás sectores deberán reinventarse mediante una profunda transformación de su modelo de negocio para integrarse de forma competitiva al nuevo orden internacional… Argentina tiene las condiciones para ser protagonista. Pero eso exige reglas claras, seguridad jurídica y un avance sostenido hacia mayores niveles de competitividad”.

“Reinventarse”, ya sabemos de qué se trata, que millones de trabajadores hagan Uber, Rapi, entregas a domicilio, cartoneros, reventa de baratijas, o lo que sea, porque no habrá trabajo formal. Discurso que conocemos desde hace varias décadas con resultados desastrosos para la mayoría.

La “reconfiguración del comercio global y el surgimiento de nuevas oportunidades para países proveedores de materias primas, servicios y tecnología imponen a Argentina un desafío estructural: construir un entorno competitivo que permita captar inversiones productivas, con reglas claras y marcos regulatorios alineados a estándares internacionales”.

En ese sentido, dicen que hay 5 pilares fundamentales: Estabilidad macroeconómica / Institucionalidad / Seguridad jurídica / Acceso fluido al mercado de capitales / Reducción del riesgo país.

Sin estos atributos, incluso sectores con alto potencial -como la agroindustria, minería, energía o servicios basados en conocimiento- enfrentarán restricciones concretas para escalar en su capacidad exportadora”.

Para contar con esos atributos, la AmCham reclama avanzar en las siguientes medidas y desafíos:

Libre acceso al mercado de cambios para el giro de dividendos, regalías o la cancelación de deudas comerciales o financieras.

• La elevada presión tributaria, mediante una reforma integral que simplifique, modernice y reduzca sensiblemente la misma.

• La inestabilidad regulatoria generada por el efecto péndulo (los actores políticos, sindicales, empresariales y la sociedad en su conjunto deben acordar un modelo de país y, a partir de ello, el establecimiento de políticas de largo plazo).

El escaso desarrollo en infraestructura que afecta sensiblemente los costos vinculados a la logística, transporte, etc.

• Implementar un sistema laboral que sea adecuado a las actuales o futuras relaciones del trabajo.

“Superar estas barreras exigirá una agenda proactiva de reformas. Esto incluye la modernización del régimen laboral -para promover la formalización y reducir la litigiosidad-, un plan integral de infraestructura logística y digital, y un esquema de incentivos a la inversión privada, que garantice beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios con horizonte de largo plazo”.

Utilizan la extorsión de los aranceles para lograr sus exigencias: “En esa línea, la negociación de acuerdos bilaterales que contemplen aranceles cero bajo reciprocidad en materia tributaria, protección robusta de la propiedad intelectual y procesos regulatorios ágiles y equitativos, será clave para facilitar la inserción de Argentina como un actor principal en el mercado global”.

Todas estas pretensiones imperiales deben ser rechazadas y combatidas sin vacilar. Las organizaciones políticas, sindicales y sociales que no se pronuncien expresamente en este sentido, defendiendo el interés nacional, son cómplices de las políticas de dominación y sometimiento. No hay terreno neutral.

Queremos otro país, un país industrializado que garantice trabajo para todos con salarios y jubilaciones que alcancen como mínimo para vivir como personas. Con presupuesto para vivienda, salud y educación públicas. Para que sea posible tenemos que recuperar todos los recursos y los sectores económicos vitales de manos de los monopolios nacionales e internacionales.

(Artículo de MASAS n°485)