El peronismo y la campaña electoral
Milei nacionalizó la campaña interviniendo él mismo en los actos y en los medios. Polarizó fuertemente con el peronismo y lanzó una campaña agresiva con la consigna “kirchnerismo Nunca Más” una verdadera provocación contra el peronismo y contra las históricas luchas de derechos humanos.
Anunció, en la misma línea, que “pondría el último clavo al ataúd del kirchnerismo”. Lo mismo cuando se había anunciado que Cristina Kirchner sería candidata y luego revindicando su detención y proscripción.
Esa es la línea de Clarín y de los grandes medios auspiciada por las grandes corporaciones nacionales y extranjeras. Clarín había anticipado que “no salió la bala, pero saldrá la sentencia” operada por sus jueces.
Milei reproduce esa línea que impulsa EE.UU. desde hace varios años (que denunciamos en Masas 485), que pide sanciones contra Cristina Kirchner y su familia, llegando a reclamar, el futuro embajador, que no debía estar en cárcel domiciliaria. Prohibieron su ingreso a EE.UU.
Semejante injerencia norteamericana en la política nacional, impulsando castigos y proscripciones, reproducida por la Justicia, el Gobierno y los medios, no hace sino revivir electoralmente al peronismo, unir lo que está fraccionado. Y se potencia porque un importante sector de la población lo vota como castigo al gobierno nacional.
Esa agresiva intervención imperialista hace la mejor campaña que necesita el peronismo para que quede rápidamente en el olvido el desastroso gobierno de Fernández y que hace mucho tiempo que han enterrado las banderas de defensa de la nación. Ya conocemos esta historia, el Golpe de la Libertadora hace 70 años, en septiembre de 1955, impidió que las masas completaran su experiencia con Perón y el peronismo, y durante 18 años se pudo construir un mito de su figura, la experiencia que se recorría con el peronismo en el gobierno en los años ´70 con la clase obrera enfrentando a su gobierno tampoco pudo ser completada por el Golpe genocida de marzo del ´76.
Varias veces dieron por muerto y enterrado al peronismo, desde la derecha y también desde la izquierda, pero solo será realidad cuando la clase obrera se independice políticamente construyendo su partido revolucionario, el que encarne su estrategia histórica, haciendo consciente el inconsciente proceso histórico.
El nacionalismo burgués no puede defender el interés de la Nación, no tiene base en qué apoyarse. La burguesía nacional es una clase antinacional, que no resolvió y no podrá resolver las tareas nacionales que ya ni siquiera se anima a pronunciar, se ha entrelazado con el capital financiero, con el imperialismo. Es irreversible. El kirchnerismo alguna vez soñó con recrear a esa burguesía nacional pero inevitablemente fracasó, lo único que hizo fue enriquecer a algunos vivillos que se aprovecharon del aparato del Estado.
Nuestro trabajo es ayudar a lo mejor de la clase obrera y los oprimidos, a sus mejores elementos, a politizar en términos de clase los fenómenos que viven, combatiendo las ilusiones que los llevan a una frustración tras otra.
(Artículo de Masas n°488)