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El régimen de dictadura civil acusa de golpistas y desestabilizadores a todos sus opositores

Al igual que con Macri, hoy gobiernan los mismos sectores que han encabezado los golpes militares de 1930, 1955, 1966, 1976. El de Milei es un Gobierno que reivindica la dictadura militar, que busca cerrar toda investigación sobre el genocidio, que busca perdonar a los responsables y destruir la documentación que queda. Niega los 30.000 desaparecidos y ha nombrado personajes nefastos en su Gobierno. Su vicepresidenta hace campaña abiertamente por la libertad de los genocidas.

Cómo puede hablar de golpismo o desestabilizadores cuando proclaman que quieren destruir el Estado desde adentro (terminar con todos los derechos conquistados), que gobiernan por Decreto, que desconocen la Constitución, que reprimen violentamente la protesta, que multiplicaron los recursos para inteligencia para vigilar a los opositores, sin rendir cuentas de su presupuesto. Un Gobierno que no solo desconoce las leyes del Congreso sino que las veta y cuando el Congreso las ratifica decide desconocerlas.

Su régimen de dictadura civil es la mejor continuidad de las dictaduras militares que se implantaron para beneficiar secamente a los sectores más concentrados del poder económico.

¿De qué hablan el Gobierno y sus sirvientes periodísticos? Buscan confundir, mintiendo y desviando la atención, para mostrarse como víctimas de alguna conspiración cuando son víctimas de su propia impericia, de su incapacidad para gobernar, su desconocimiento de las leyes más elementales de la economía. Vinieron a realizar un experimento brutal, motosierra en mano, pensando que no encontrarían resistencia.

“Hay que dejar terminar los gobiernos” gritan los secuaces del Gobierno. Rechazamos esta cantinela desde el primer día. Este gobierno representa a una ínfima minoría, no le reconocemos ninguna legitimidad. Engañó a sus votantes haciéndoles creer que combatiría a la casta que está sirviendo, que terminaría con la inflación y que la economía crecería fuertemente. También hizo creer que dolarizaría y que de un día para otro los pesos se transformarían en dólares. No hay que garantizarle la gobernabilidad, porque desde antes que asumiera ya sabíamos que atentaría contra los trabajadores y la Nación. El resultado catastrófico está a la vista. No debe seguir un día más.

Nelson Castro en Perfil insiste: “Cuando ese gobierno tiene tan poco poder como el actual, las cosas se hacen aún más difíciles. Y, cuando enfrente se tiene como oposición al kirchnerismo, que no duda en agitar banderas destituyentes –es decir, golpistas– las complicaciones se multiplican sin cesar. El fantasma del helicóptero es un deseo para muchos que no sienten el más mínimo respeto por las instituciones y la democracia toda”. ¿De qué habla este tipo? ¿No es visible el ataque de este Gobierno a las instituciones, a las libertades democráticas, a los derechos? Para él la única institución es el voto aunque haya sido violado su contenido desde el primer día. Esa es una idea de democracia, aunque se haya montado sobre la estafa y el engaño. Desde el peronismo también se acuñó la idea de “dejar gobernar”, que “complete su mandato”, “que se caiga solo”, etc. Y peor, Nelson Castro es portavoz directo de la política de EE.UU. que acusa al kirchnerismo de todos los males y oculta el desastre del experimento político de Milei en todos los terrenos. El “periodista”, como tantos que aparecen en todos los medios, reproduce la línea de los poderosos dueños de los medios de comunicación.

La realidad es más fuerte. Ni sus votantes acompañan a Milei. Nunca pudo hacer un acto o una manifestación respetable. Y tampoco puede retener a sus votantes.  

(Artículo de Masas n°489)