(Bolivia) Unidad revolucionaria para defender el derecho al trabajo, a las conquistas sociales, a la salud y a la educación!

 

 

No a las maniobras de la burocracia sindical corrompida y de los operadores masistas que pretenden revivir la conalcam con la pretensión de catapultar nuevamente al poder a las hordas del M.A.S. Para que sigan robando y destruyendo al país.

 

Junto a la pandemia del COVID -19 que ha colapsado el servicio de salud y está provocando miles de muertos, está la crisis económica que está provocando el cierre de fuentes de trabajo y una masiva desocupación, la reducción de los sueldos y salarios, la destrucción de los beneficios sociales hasta ahora ganados en duras jornadas de lucha; está reduciendo aún más los ya miserables ingresos de millones de cuentapropistas que viven del trabajo diario, sin seguro social ni derecho a la salud gratuita; está obligando a los campesinos pequeños productores a subvencionar la crisis vendiendo a precios miserables su productos logrados con trabajo bestial enfrentando los frecuentes desastres naturales; está hundiendo en la desgracia a las pequeñas unidades productivas (casi artesanales) que ya sobrevivían penosamente antes de la crisis; está afectando a miles de empleados dependientes del Estado que viven con el corazón en la boca esperando que los despidan toda vez que hay una crisis política y se ven obligados a convertirse en colchón social de gobiernos corruptos y abusivos; está condenando a los profesionales de la salud a enfrentarse, todos los días, con la muerte sin la protección que les brinde el gobierno incapaz; está obligando a miles de trabajadores de la educación a desarrollar una educación virtual que está condenada al fracaso y con el peligro de la reducción o supresión de sus sueldos; en fin, todos los sectores más pobres de la población están cargando con las calamidades de esta crisis económica que se muestra mucho más profunda que la que vivimos en la década del 90 del siglo pasado.

 

Ahora, cuando en la conciencia de la gente están enfrentados el hambre y el terror a morar con el corona virus, los empresarios -seguros de que los trabajadores encontrarán dificultades para movilizarse y defender sus derechos- pretenden resguardar sus ganancias y sus bienes cerrando sus fábricas y estafando, en muchos casos, los sueldos impagos desde el principio de la pandemia.

Todos están convencidos de que, una vez sea mitigada la pandemia, el fantasma de la crisis golpeará más duramente obligando a la gente a agonizar de hambre e imponer la bárbara ley del “sálvese como pueda” orillándola a enfrentar individualmente los tormentos de la crisis. Eso no debemos permitir, la desorganización y el aislamiento que nos han impuesto las cuarentenas y los encapsulamientos no deben convertirse en armas en manos de los empresarios y del gobierno burgués para condenarnos al hambre y la desesperación. La lucha de clases encuentra mil caminos para enrumbar a los oprimidos y explotados para defenderse del sistema social que agoniza; si en el pasado resistimos desde la clandestinidad a los gobiernos gorilas y neoliberales, ahora aprendamos a burlar la pandemia para organizarnos y luchar; defendamos la valiosa vida de los combatientes, tanto del maldito virus como de la fuerzas represivas que el Estado burgués se verá obligado a echar mano para defender los intereses de los empresarios y de las transnacionales imperialistas. Los trabajadores y todos los oprimidos deben desarrollar su capacidad para crear las condiciones de bioseguridad con la finalidad de no mermar la acción directa que es la única arma efectiva para defenderse del Estado opresor. Los compañeros fabriles deben abandonar la ilusión de que los estrados judiciales van a defender sus derechos. No olviden que la ley y los jueces son armas de la clase dominante para perpetuar la opresión y la explotación de los trabajadores y del pueblo.

 

Debido a que las organizaciones sindicales matrices como la COB y la mayoría de las confederaciones y federaciones nacionales se encuentran controladas por burócratas oportunistas al servicio del derechista MAS y mientras no se los logre expulsar de esos puestos que usan para comprometer la independencia política de los trabajadores, es preciso que todos los sectores se organicen férreamente en torno a comités por la defensa del trabajo, de los sueldos y salarios, de la salud, de la educación, de los ingresos de los cuentapropistas, de la sobrevivencia de las pequeñas unidades productivas, de los derechos de los campesinos pequeños productores, etc. Los sectores marginales de las grandes ciudades deben participar de estos comités de defensa para luchar por la gratuidad de los servicios básicos (agua, alumbrado público, alcantarillado, etc.) durante la pandemia y la crisis económica.

 

Los electoreros de derecha en carrera desenfrenada por capturar el poder para seguir robando durante la crisis económica y la pandemia deben ser echados de los comités de defensa. GENERALIZAR LA CONSIGNA DE QUE LAS ELECCIONES NO RESOLVERÁN LOS PROBLEMAS DE LOS POBRES.

 

NI MASISTAS, NI MESISTAS, NI AÑISTAS, NI CAMACHISTAS. TODOS ELLOS SON SIRVIENTES DE LA CLASE DOMINANTE Y DE LAS TRANSNACIONALES IMPERIALISTAS.

 


 

La burguesía no conoce otro camino que la masacre blanca para salir de la crisis

 

Ya suman miles los trabajadores despedidos. Fabriles en apronte para frenar la ola de despidos y conculcación de sus derechos laborales, ganaron las calles en la paz y cochabamba. El camino es la acción directa, ninguna esperanza en las vías legales. ¡Fábrica cerrada debe ser tomada por los trabajadores y estatizada para hacerla funcionar bajo control obrero colectivo!

 

Los múltiples despidos, recortes y no pago de salarios, que acontecen a diario en las fábricas paceñas, terminaron presionando a la federación de fabriles a convocar a una marcha de protesta.

 

Los trabajadores ganaron masivamente las calles rompiendo la prohibición de hacer este tipo de protestas físicas y colectivas en tiempos de cuarentena.

 

En un ambiente de bronca y lucha se expresó la decisión del movimiento proletario de exigir al gobierno y el Ministerio de Trabajo haga respetar la estabilidad laboral y los derechos laborales establecidos en la Constitución Política del Estado y la Ley General del Trabajo. Lo mismo ha ocurrido en Cochabamba.

 

Prevalece la idea de unidad entre los trabajadores, la idea de sumar fuerzas para acciones más contundentes que puedan frenar en seco las medidas patronales. Se está por buen camino, pero es importante recalcar que las medidas legales y conciliatorias no obtienen resultados concretos. Hay que asumir la acción directa, la movilización y la toma de las fábricas donde los empresarios decidan cerrar.

 

Altfi vers es la prueba de que las resoluciones del Ministerio del Trabajo son una farsa. El empresario simplemente ha cerrado la fábrica y no permite que los trabajadores ni el representante del Ministerio del Trabajo puedan entrar a pesar de la orden de reapertura de la fábrica.

 

Este gobierno transitorio, como el anterior de los falsos socialistas, son aliados de la patronal, por lo que estamos obligados a confi ar sólo en nuestras propias fuerzas para enfrentar la arremetida de los capitalistas.

 

Mueran burócratas sindicales malnacidos, agentes de los impostores masistas.

 

¡Váyanse al demonio junto con los politiqueros de la burguesía con sus afanes electoreros! ¡CÓMO SI LAS ELECCIONES BURGUESAS RESOLVIERAN ALGO!.