Lora y la defensa de la URSS

En conmemoración del 87º aniversario de la fundación del Partido Obrero Revolucionario de Bolivia, buscamos pronunciamientos antiguos del POR sobre el revisionismo estalinista y las posiciones programáticas elaboradas por Trotsky. La más antigua que hemos encontrado es la que se transcribe a continuación, de 1942, por tanto, seis meses antes de que Stalin ordenara la disolución de la III Internacional.

En 1960, Lora publicó el artículo «Defensa incondicional de la URSS», escrito cuando la URSS tenía 43 años. He aquí el primer párrafo: «Los 43 años de la URSS constituyen una prueba irrefutable de la viabilidad del socialismo. Los avances y retrocesos en la lucha por la construcción del comunismo no desvirtúan esta conclusión». En los párrafos cuarto y quinto, afirma: «León Trotsky, uno de los artífices de la victoria de octubre de 1917, enseñó a los revolucionarios de todos los países a defender y fortalecer la revolución rusa, para que se convierta realmente en el prólogo de la revolución mundial, del comunismo. (…) Las conquistas fundamentales de la revolución bolchevique, que se incorporan al arsenal de la revolución de todas las latitudes, están constituidas por la estatización de los medios de producción, la planificación de la economía y el control estatal del comercio exterior; estas conquistas constituyen la base material sobre la que se levantará la futura sociedad sin clases sociales».

En febrero de 1990, Lora respondió a la ofensiva restauradora del gobierno de Gorbachov con el libro «La perestroika contrarrevolucionaria». En medio de la crisis del estalinismo en Europa del Este, que venía desde los años 50 y se profundizaría en los 70, Lora aplicaría la orientación de Trotsky, de que sólo una revolución política podría liquidar el poder de la burocracia restauracionista, y defender las conquistas de la Revolución de Octubre. Hemos seleccionado el siguiente pasaje: «Las grandes convulsiones sociales que se producen en los países de los estados obreros degenerados son levantamientos de masas poco comunes, en medio de los cuales la lucha de clases sigue manifestándose, aunque sea por unos momentos de forma encubierta. El proletariado marcha a veces disuelto en medio de otros sectores sociales y casi siempre -al menos de momento- dominan las tendencias democratizantes. Se trata de reivindicaciones democráticas difusas, sin precisión, como respuesta a las brutales dictaduras estalinistas, en las que sin duda está presente la presión y la influencia de la burguesía internacional, del imperialismo. Se paga un alto precio por la presencia persistente de ilusiones democráticas. Por lo tanto, es un deber esencial levantar la bandera de la revolución política y de la dictadura del proletariado auténtica».

El conjunto de formulaciones del POR boliviano desde la década de 1940 en relación con el revisionismo estalinista expresó la lucha de Trotsky contra la teoría de Stalin del socialismo en un solo país, contraria a las directrices leninistas de la revolución mundial.

Publicamos a continuación el artículo de 1942


DEFENDAMOS LA UNION SOVIETICA (Guillermo Lora, diciembre de 1942)

«La oligarquía de Moscú, en todo caso, no sobrevivirá a la guerra que tanto le asusta.» León Trotsky – «José Stalin visto por mí».

El proletariado que no sabe defender las conquistas ganadas no podrá conseguir otras mayores. Los medios de producción estatizados y la economía planificada, son portentosos cimientos (conquistados por la revolución proletaria de noviembre) que pueden servir para la edificación de la sociedad comunista. La presión de las fuerzas reaccionarias tanto desde el interior de Rusia como el de la burguesía internacional, por una parte, y por otra, el retardo de la revolución proletaria internacional, traducido en las más grandes derrotas que la historia conoce, han degenerado al Estado obrero (aunque es cierto que esta degeneración no destruye el carácter obrero del Estado soviético) y ha permitido el encumbramiento de la burocracia bonapartista de Stalin. Stalin es la creación de las fuerzas reaccionarias.

La enorme vitalidad de las conquistas de la revolución rusa, les permite resistir a todos los ataques de Stalin, el verdugo de la revolución.

Al Estado obrero le ha nacido un tumor: la burocracia stalinista. Si queremos salvar el organismo todo amenazado seriamente de muerte, tenemos que extirpar el tumor. Tenemos que destrozar la burocracia bonapartista para salvar al primer Estado obrero del mundo.

La pésima posición internacional que hoy ocupa la Unión Soviética, es obra exclusiva de la política stalinista. La burocracia del Kremiln temerosa de una próxima guerra hecho enormes e increíbles concesiones a los bandos democráticos, concesiones que no han hecho más que apresurar la entrada de Rusia en la segunda guerra mundial.

¿Por qué teme tanto Stalina a la guerra? Fundamentalmente  porque sabe que no  sobrevivirá a ningún profundo sacudimiento. La política internacional del Kremlin no está dictada por los intereses del proletariado, sino por los intereses exclusivos de la burocracia. Su propia conservación es la suprema ley que rige las actividades de la casta despótica de Moscú.

El grupo democrático (Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra) están utilizando a los valerosos trabajadores de la Unión Soviética en la defensa de su sistema esclavista. Las «democracias» se han impuesto la misión de destruir la obra del odiado Lenin por el agotamiento. Stalin ha empujado a la URSS a que se desangre en beneficio de los explotadores de la mayor parte del mundo. Del pacto democracias-Stalin, Rusia es carne de cañón y las democracias el lobo.

El proletariado de América Latina, como el de todo el mundo, defiende a la URSS, pero no a su camarilla parásita. Defiende las conquistas de la revolución de octubre/noviembre, pero no los intereses de sus propios explotadores, el imperialismo Anglo-Yanqui. No puede defender a los que chupan la sangre. El pacto democracias-Stalin es solo un pacto accidental y pasajero, que de ningún modo puede hacer olvidar los antagonismos entre explotados y explotadores.

La Tercera Internacional, servil instrumento de la burocracia de Stalin, hace mucho tiempo que ha olvidado la lucha de clases. Para ella todo pacto de Stalin con los países capitalistas significa el apoyo de la Internacional (y así se olvida de que “la Internaiconal Comunista” no es otra cosa que la expresión revolucionaria del “factor internacional”) a los explotadores.

Ayer fue Alemania hoy es Estados Unidos e Inglaterra la aliada de la Tercera Internacional. La historia se repite y la Internacional es un juguete de Stalin.

Defendemos la Rusia soviética, pero lo hacemos de un modo marxista, pro métodos revolucionarios. No olvidamos la lucha de clases, porque ello significa traicionar al marxismo, sino que más bien la agudizamos para defender mejor a la Rusia soviética atacando al imperialismo yanqui. No olvidamos que el peor enemigo es el que más directamente nos explota. Ayudamos a Rusia preparándonos para la revolución proletaria y no por intermedio del gobierno de Washington como lo hacen los traidores de la Tercera. La revoluciona proletaria internacional será la encargada de salvar a Rusia de su degeneraci6n y será también la mejor defensa del socialismo mundial. La tesis leninista de que la suerte de la URSS esta ligada a la marcha de la revolución proletaria en escala internacional, no ha perdido su valor, sino que más bien ha cobrado un mayor vigor.

Los agentes de la GPU sostienen que hay que atacar al fascismo ayudando a las democracias. La guerra actual para ellos es la palestra donde se juega la democracia y el fascismo. No se puede olvidar que todos nuestros países «democráticos» a medida que las exigencias bélicas lo determinan dan al traste con las garantías democráticas y recurren a medidas totalitarias.

Los esclavos de América solo tienen un camino para ayudar a la URSS y salvarse del fascismo: destrozar las democracias Imperialistas. Ellos no pueden olvidar que el camino más corto hacia el fascismo es, precisamente, la democracia imperialista. Tampoco se debe olvidar que los «demócratas» han llevado al poder a Hitler, para que este destruya el comunismo. Apoyar a las democracias es atacar al Estado obrero ruso y trabajar por el advenimiento del fascismo.

Desde ya la guerra ha planteado a la humanidad dos caminos: o la dictadura revolucionaria del proletariado o bien, la dictadura militar, burocrática, fascista. A l dictadura del proletariado solo se puede llegar destruyendo at imperialismo que nos explota, para los explotados de América ese imperialismo es el anglo yanqui.

Ayudemos a la Rusia de los soviets preparándonos para aprovechar la próxima situación revolucionaria que nacerá como consecuencia de esta guerra entre esclavizadores.

Si olvidamos la lucha de clases, es decir, si olvidamos que el imperialismo yanqui es nuestro explotador. Wall Street nos enviará un pequeño Hitler encargado de disciplinar a sus esclavos que en la guerra le ayudar a defender sus depósitos de materias primas y sus inmejorables mercados.

Si procedemos a colaborar con los imperialistas yanquies e ingleses, estos oportunamente reducirían a la Rusia comunista a una semicolonia.

Luchar por la revolución proletaria internacional es luchar contra la burocracia bonapartista de Stalin.

¡POR EL APLASTAMIENTO DE LA BUROCRACIA DE STALIN!

¡DEFNDAMOS A LA URSS POR METODOS REVOLUCIONARIOS!

¡LUCHEMOS CONTRA EL FASCISMO DESTRUYENDO A LAS DEMOCRACIAS IMPERIALISTAS!

(Extraído de las Obras Completas, Guillermo Lora, tomo I, 1942-1947, Ediciones Masas)

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