Milei-Caputo quieren aplicar a fondo el programa del FMI, multiplicando la inflación, la pobreza y el saqueo del país

Caputo, uno de los responsables de la catástrofe de Macri, es uno de los responsables de la próxima catástrofe, que anunció el paquete criminal de ajuste contra la mayoría.

Para beneficio del capital financiero, de las grandes empresas vinculadas a la exportación y de los capitalistas en general. El sometimiento a los planes del FMI es una de las causas del desastre del gobierno de Fernández. Y este nuevo gobierno quiere ir más a fondo con esas exigencias, esperando que haciendo bien los deberes le prestarán más dólares (en principio el FMI saludó las medidas y acordó el pago del próximo vencimiento).

Tengamos presente el descalabro económico que produjo aplicar un 20% de devaluación en agosto, después de las PASO, ¡ahora aplican 112%! Ese era el porcentaje que exigía el FMI desde hace muchos meses.

Caputo, como Milei, se encargó de exagerar los riesgos de una hiperinflación del 15.000% anual, sin ninguna fundamentación seria, echando toda la leña posible al fuego para promover la mayor inflación: anunció que liberaba precios, que eliminaba los controles y regulaciones; devaluó 112% el peso impulsando una nueva suba de precios y especialmente de las tarifas de transporte y energía. Los exportadores no tendrán que garantizar una cantidad de toneladas para abastecer el mercado interno a un precio pagable, podrán exportar todo lo que quieran, sea carne, arroz, aceite o lo que sea.

La contrapartida de la inflación desbocada, infernal, que se retroalimenta, es eliminar el reajuste automático de las jubilaciones, no ajustar salarios de trabajadores estatales, dar marcha atrás con la eliminación del impuesto a las ganacias sobre los salarios; eliminar la devolución del IVA; combinado con un fuerte encarecimiento de las importaciones de partes y componentes para la industria nacional, la apertura de las importaciones y con la eliminación de la obra pública provocando el despido de decenas de miles de trabajadores.

El objetivo buscado es aplastar lo máximo posible los salarios y las jubilaciones, provocar una recesión destruyendo masivamente puestos de trabajo, prometiendo que después de esta violenta destrucción de fuerzas productivas, después de haber empobrecido al máximo, podrá haber una recuperación. Los capitalistas tienen asegurada una porción mayor en la distribución del ingreso, que fugarán en cuanto haya dólares disponibles. Estas políticas producen una mayor concentración del capital, liquidando a los sectores más débiles.

El déficit fiscal se puede eliminar terminando con el contrabando, tomando el control del comercio exterior, haciendo pagar a los capitalistas los impuestos, evitando toda forma de evasión, dejando de pagar la deuda externa fraudulenta. El régimen de la dictadura del capital siempre busca descargar sus crisis sobre los oprimidos elevando su sufrimiento. El Gobierno debe recaudar toda la plata necesaria para atender todos los problemas y todas las necesidades de la población, esa es su responsabilidad, no pueden decir alegremente “No hay plata”.

El gobierno quiere hacernos creer que la raíz de los problemas está en el déficit fiscal y hace comparaciones infantiles con la economía familiar. Dice Caputo “El origen del problema es siempre fiscal”. Es falso. La raíz de la crisis está en el parasistismo bancario, financiero, que endeuda al país y luego condiciona la economía para cobrarse los préstamos; la raíz está en el poder preponderante de ese sector parasitario sobre la economía; está en la alta monopolización y centralización de la economía que se agravó por la reforma del Estado de Menem; en la reprimarización de la economía; en la fuga permanente de divisas. En la raíz de la crisis esta el agotamiento y pudrición del capitalismo, de la que no tiene retorno.

Todo el tiempo insisten en que los precios estaban reprimidos, pero sin embargo no estamos en presencia de una quiebra masiva de empresas en los útimos años, (las empresas cubrían sus costos, y en algunos sectores con altísima rentabilidad). Esto quiere decir que la monumental remarcación de precios de las últimas semanas genera una ganancia extraordinaria, una transferencia de ingresos inaudita al sector empresario, vaciando nuestros bolsillos. Muchos productos como ya sucedió en el pasado buscarán alcanzar su precio internacional en dólares, aunque nuestros ingresos estén pulverizados, y su límite será el que le imponga el precio de importación de esos productos. 

La burguesía local y extranjera reclama que los precios en dólares de las tarifas son baratos y quiere ajustarlos a precio internacional. A eso se refiere Caputo cuando dice que “los precios están a la mitad o a la quinta parte de su valor real”. Pero Argentina produce gas y petróleo, produce trigo y maíz, produce las vacas y los cerdos, la leche y el vino, no los importa, los produce con insumos locales, con precios en pesos, con fuerza de trabajo pagada en pesos. Esta pretensión debe ser rechazada. Su objetivo es exportar todo, lo más que puedan y nos pondrán precios internacionales que no podremos pagar. Ya era insoportable el hambre e indigencia en el país, produciendo alimentos para 500 millones de personas en el mundo, ahora puede ser peor. Deprimiendo las importaciones y aumentando las exportaciones quedarán más dólares para pagar la deuda externa.

En todos los anuncios no encontramos ninguna mención a la deuda externa fraudulenta, a los intereses usurarios que aplica el FMI y al programa económico que le imponen a los gobiernos. Esa corrupción gigantesca no se toca, no se investiga.

Caputo miente cuando dice que se tomó deuda externa para cubrir el déficit fiscal (en pesos). Se tomó deuda para especular financieramente, para fugar divisas.

Para simular que se meten con lo que llaman la casta van a suspender la pauta en los medios y reducen la cantidad de ministerios. Es tan mínima esa cifra, que no llega a un décimo de punto del PBI, ni siquiera figura en las planillas de los recortes.

Vuelven a reformar el método de ajuste de las jubilaciones. Como ya lo hizo Macri y luego Fernández es para reducir el pago de las jubilaciones. Es mentira que cambiarán la forma para mejorar los ingresos, en su propia planilla para anunciar los recortes figura un 0,4% de reducción del gasto en jubilaciones.

La suspensión de la obra pública provocará un daño enorme, dejando decenas de miles de trabajadores en la calle. La excusa es la corrupción. Otra mentira. Si tiene alguna denuncia de corrupción que la haga en su Justicia. En todo caso la obra pública debe hacerse sin las empresas privadas, fuente de toda corrupción, debe ser estatal y bajo control obrero. El sector privado no hará ninguna obra de importancia.

Confirmó que van a reducir subsidios a la energía y al transporte, como reclama el FMI. Caputo dice que el Estado sostiene precios bajísimos. El subsidio al transporte es un salario indirecto que se ahorran los patrones y no quieren pagarlo. Si quitan este subsidio se termina el gobierno, por eso van a medir muy bien cuándo y cómo hacerlo efectivo.

No hay nada que esperar de este Gobierno que competirá para ver cuál es el peor de la historia. Que ya provoca sufrimientos insoportables multiplicando la inflación imparable y provocando una profunda recesión. Solo las masas con su lucha podrán derrotar este ataque terrible.

(Nota de MASAS n°447)

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