Bolivia: Contra todas las predicciones: Los impostores masistas ganan las elecciones en primera vuelta

¿Qué ha pasado?

La rebelión popular en octubre-noviembre de 2019 echó del poder al déspota endiosado Evo Morales y toda la cáfila de “izquierdistas” e indigenistas ladrones, sirvientes de los agroindustriales del Oriente, de los banqueros, de los empresarios privados y de las “socias” transnacionales. Fue un movimiento fundamentalmente pequeño-burgués citadino que capitalizó el hastío generalizado ante las torpes y descaradas maniobras del gobierno masista para perpetuar en el poder a Evo Morales. Encontró a un MAS desgastado, casi huérfano de apoyo y políticamente en franca decadencia, al punto que no pudo contener la “rebelión de las pititas”.

El gobierno de transición de la vieja derecha debutó exsudando racismo, poniendo en evidencia la podredumbre e incapacidad de la burguesía y sus políticos. No esperaron nada para comenzar a robar, a hacer negociados con el pretexto de la pandemia, a asaltar los cargos públicos para colocar a parientes y a personajes de la ultraderecha racista, a dar carta blanca a la brutal arremetida de los empresarios contra los trabajadores, etc.

La alternativa de un próximo gobierno de esta vieja derecha racista ha hecho reverdecer en sectores laborales y populares, la idea de que, pese a todo, el MAS es más próximo a los intereses de los trabajadores, de todos los pobres de este país y particularmente de las nacionalidades originarias pese a la experiencia de que Evo Morales y su pandilla desarrollaron una política abiertamente propatronal y proimperialista.

Los poristas combatimos al MAS desde el comienzo, señalando que la política que desarrollaría el MAS sería proburguesa y proimperialista por su declarado respeto a la gran propiedad privada de los medios de producción. Esto cuando todos embobados creían que un indígena campesino en el poder era sinónimo de gobierno revolucionario. Estuvimos en el combate buscando disputar la dirección a las corrientes conservadoras que, a título de unidad para derrocar al gobierno, le abrieron las puertas a la vieja derecha cuya expresión más repugnante es el facho Camacho.

Ahora como ayer, seguiremos combatiendo la impostura masista en la perspectiva de organizar a los hambrientos para independizarse de la burguesía y sus partidos y luchar por el gobierno obrero, campesino y de todos los oprimidos, que echará del poder a la caduca e incapaz burguesía e instaurará las bases de la nueva sociedad asentada en la propiedad social de los grandes medios de producción.

Dejamos bien plantadas las banderas de la lucha futura: independencia política y sindical de los explotados y oprimidos frente a la política burguesa sobre la base de una plataforma de reivindicaciones generales, regionales y sociales para enfrentar al gobierno que salga de las futuras elecciones.

Desafiamos a los impostores a que, por ejemplo, obliguen a los empresarios a restituir en sus fuentes de trabajo a todos los despedidos, a que respeten los derechos laborales y el fuero sindical, a que atiendan la demanda del 10% del presupuesto nacional para salud e igualmente incrementen el presupuesto para educación. ¡NO lo harán!

Los trabajadores, los campesinos, los oprimidos no debemos tolerar que ahora los impostores a título de la unidad de todos los bolivianos para salir de la crisis siembren nabos sobre nuestras espaldas pidiéndonos sacrificio mientras desvíen los escasos recursos nacionales en favor de la burguesía y favorezcan a los inversores extranjeros, a título de reactivar la economía.

(nota de MASAS – Extra – 20-10-2020 POR Bolivia)

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