Salario mínimo: el gobierno decide aplastar a los más pobres  

 

La determinación del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) tiene importancia para millones de trabajadores activos y pasivos, ya que impacta directamente sobre sus ingresos.

La gran mayoría de los trabajadores registrados tienen convenios que superan ese mínimo, el SMVM actúa como un piso. El sueldo mínimo de los trabajadores de la educación es un 20% por encima de ese salario mínimo. El salario social complementario es el 50% del salario mínimo; y las jubilaciones mínimas, que cobran la gran mayoría de los jubilados, tienen un piso del 82% de ese salario. El programa ATP aplicado por el gobierno bajo la pandemia se basa en ese importe. El seguro de desempleo también tiene como referencia este valor.

La suma que establece el salario mínimo vital y móvil (SMVM) no es una formalidad estadística. Tiene gran importancia para millones de trabajadores y jubilados.

El programa Potenciar Trabajo, que tiene una carga horaria de media jornada (4 hs) por un monto igual al 50% del SMVM. El REPRO, que es un programa de asistencia a las empresas “que no pueden abonar los salarios”, de hasta 12 meses, tiene de tope 1 SMVM.

Desde 2011 el SMVM no deja de caer en términos reales. Pierde poder adquisitivo frente a la inflación.

La muletilla del gobierno que repite insistentemente de que “los últimos serán los primeros”, o “empezaremos por los últimos”, es falsa. No solo no se recupera el SMVM sino que sigue cayendo, al igual que bajo el gobierno de Macri.

El ajuste resuelto ni siquiera va a recuperar el retroceso de este año.

El ajuste se hará en tres tramos: 12% este mes a $18.900, 10% en diciembre a $20.587,50 y un 6% en marzo para llegar a $21.600.

La inflación oficial acumulada hasta septiembre es 22,3% o sea que el poder adquisitivo retrocede más de 10% en los ingresos que perciben los sectores más pobres y miserables de la sociedad. La inflación es varios puntos superior en el rubro alimentos.

¿Cuál debe ser el ingreso mínimo de un trabajador? Debe alcanzar para garantizar alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informa un valor de la canasta familiar de $69.371 al 31 de Agosto, que si le sumamos la inflación de septiembre llegaría a $71.000, muy superior en zonas patagónicas, con mayor carestía. El gremio de aceiteros, que desde hace años ha impuesto con su lucha una escala salarial cuyo piso es la canasta familiar, ya exigía en agosto un piso de $81.670, basado en los propios datos que actualiza el sindicato. Ese y no otro es el valor de la fuerza de trabajo.

No hay ninguna razón para reclamar menos que lo que nos corresponde. ¿Por qué hacerle una rebaja a las patronales y el gobierno?

Algunos dirigentes sindicales habían dicho antes de la reunión con el Gobierno y las cámaras patronales que el salario mínimo debía elevarse por lo menos a $45.000 que era el valor de la llamada canasta básica, que no cubre todos los bienes vitales que establece la ley. Sin embargo todos aceptaron el acuerdo de CGT y CTAs con la decisión del gobierno de seguir enterrando en la pobreza a la mayoría de los trabajadores.

Es una comprobación más de cómo el gobierno se subordina a las instrucciones del FMI, del capital financiero, para hacer pagar la crisis a los trabajadores y entre ellos a los más pobres de los pobres. ¿Pensarán que la economía se puede reactivar con este nivel de ingresos? Históricamente el motor de la economía en Argentina ha sido el consumo interno. Sin mayores ingresos para los trabajadores y los jubilados, que recuperen todo lo perdido, no hay forma de que pueda recuperarse la economía que está en recesión desde hace mucho tiempo y ha caído brutalmente en este último año.

Es urgente organizar la lucha contra los empresarios y el gobierno, que defiende los intereses del gran capital, y los burócratas de todas las centrales que aceptan mansamente esta decisión y al día siguiente llaman a festejar el 17 de Octubre en la CGT con el presidente como orador.

La lucha por el salario es la lucha por la apropiación de la plusvalía, es la lucha por defender el valor de nuestra fuerza de trabajo, para impedir que nos sigan empujando a la barbarie. Ese salario mínimo que debe ajustarse mensualmente debe equivaler a lo que cuesta la canasta familiar, ni un peso menos. Si la burguesía no puede garantizar ni los puestos de trabajo ni un ingreso para vivir como personas no debe seguir en el poder. Debe ser expulsada

Por eso es fundamental recuperar nuestras organizaciones sindicales y de desocupados, expulsando a todos los burócratas. Necesitamos una lucha de conjunto de todos los trabajadores para imponer el salario mínimo igual a la canasta familiar. Impulsemos este debate en todos los lugares de trabajo, en los barrios, en los sindicatos. La letra de la Constitución y las leyes que defienden el salario son letra muerta. En los escritorios nunca vamos a poder defender nuestros derechos y conquistas. Sólo pueden ser arrancadas por la fuerza, con los métodos de lucha de la clase obrera.

 

(nota de MASAS nº 380)

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