La lucha por el derecho al aborto no le debe nada al Gobierno ni al Congreso

La histórica lucha de décadas por el derecho al aborto, cuyas masivas movilizaciones tuvieron su punto más alto en 2018 con jornadas de más de un millón de personas movilizadas, lograron arrancar una primera votación favorable a fuerza de organización, presencia en las calles y métodos de acción directa. Esa es una victoria contundente del movimiento de mujeres.

Sin embargo no podemos dejar de mencionar que el gobierno agregó al proyecto la objeción de conciencia individual e institucional, que representa una clara concesión a las instituciones privadas de salud, sobre todo a las controladas por la Iglesia que abundan en el sistema de salud nacional.

Otro gran retroceso representa la obligación de las menores de entre 13 y 16 años a ser acompañadas por sus representantes legales, limitando el ejercicio de sus derechos básicos consagrados incluso en el Código Civil y Comercial. En Argentina se produce cada 3 horas un parto de niñas entre 10 y 14 años, de los cuales el 80% de los embarazos son producto de abusos sexuales intrafamiliares

 

El aborto y las instituciones burguesas

El aborto es el derecho es el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo, a decidir sobre nuestro futuro, a decidir cómo va a seguir nuestra vida. Es el derecho a evitar las frustraciones que implica cargar con las consecuencias de una maternidad no deseada. En síntesis, el aborto constituye un elemental derecho democrático

La demagógica utilización por parte del Gobierno de este derecho es por un lado una imposición del movimiento de mujeres, pero también un serio intento por despertar ilusiones en la democracia burguesa y sus instituciones.

El Congreso no debatió absolutamente nada. Ni ahora ni en el 2018. La cámara de Senadores no debatirá absolutamente nada El verdadero debate se dio en los Encuentros de Mujeres, en el movimiento Ni Una Menos, en los miles de pañuelazos a lo largo y ancho del país. El debate ya lo ha ganado el movimiento de mujeres al lograr que el grito de “aborto legal, seguro y gratuito” haya penetrado en cada sindicato, en cada barrio, en cada escuela o universidad. Este debate desnudó completamente el papel de las iglesias, de los partidos patronales y de las repodridas instituciones del Estado Burgués.

Por más que el Proyecto se apruebe en Senadores la lucha no termina allí, sino que recién empieza, ya que habrá que exigirle constantemente al Estado que haga cumplir sus propias leyes que suele pisotear constantemente. La única forma de garantizar esto es y ha sido en las calles.

 

A regañadientes o derrotados

Que este Gobierno se convierta en el portavoz de la presentación es una hipocresía mayúscula habiendo tenido cajoneado el proyecto durante tantos años teniendo mayoría en ambas cámaras durante el gobierno kirchnerista. La media sanción de este proyecto ya es una derrota de la burocracia sindical que no solo renunció a ponerse al frente de este derecho democrático, sino que tomó una posición favorable al aborto clandestino. También representa la derrota al oscurantismo religioso y a la Iglesia católica que pretenden catalogar el aborto como un atentado a la vida en abstracto, ocultando que el verdadero atentado contra la vida lo realiza día a día el capitalismo con toda su barbarie

Es necesario extraer las conclusiones políticas de estos posicionamientos. Recuperar nuestras organizaciones sindicales de la burocracia repodrida para incorporar las reivindicaciones de las mujeres y lograr la efectiva separación de la Iglesia del Estado expropiando sin indemnización todas las clínicas y escuelas privadas.

 

Terminar con el capitalismo para acabar con la opresión sobre la mujer

Los despidos y suspensiones que están a la orden del día, la carestía de los artículos de primera necesidad, la confiscación a los jubilados, los tarifazos que se preparan, empeoran día a día la penosa situación de las mujeres en la sociedad capitalista, no hay cómo desligar estas cuestiones. Las mujeres somos las primeras en perder los puestos de trabajo, en ser precarizadas… somos las mujeres las que debemos renunciar a nuestra independencia económica cargando todo el peso de las tareas domésticas.

El derecho al aborto representará una importante conquista, sin embargo, la opresión sobre la mujer sigue presente en la medida en que la sociedad capitalista impone sobre las mujeres todo el peso de las tareas domésticas. Las mujeres obreras y otras asalariadas somos doblemente oprimidas en la medida en que, al finalizar la jornada laboral, llegamos al hogar a cubrir con las tareas domésticas necesarias para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo. El capitalismo no es capaz de reconocer de manera consecuente la función social de la maternidad.

Mediante la ley de los “1000 días” el gobierno busca mostrar un acompañamiento a la maternidad, sin embargo esta ley es pura demagogia y en los hechos no representa un cambio real a las condiciones en que se desarrolla la maternidad; apenas representa un ingreso anual que quizás compense el retroceso del poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo, pero no garantiza condiciones reales para su desarrollo.

A esta política demagógica contraponemos la lucha por las condiciones de vida en general: salarios y jubilaciones que nos alcancen para vivir (como mínimo la canasta familiar) y se ajusten mes a mes según la inflación, terminar con la desocupación repartiendo las horas de trabajo, terminar con toda forma de trabajo precario, en negro, un sistema único, público, laico y gratuito de educación y salud, planes de vivienda para resolver la crisis habitacional. Planteamos la lucha por guarderías en todos nuestros lugares de trabajo, comedores y jardines maternales, centros de atención y protección de las mujeres y niños con mayor vulnerabilidad, lavanderías populares en cada barrio, en cada manzana. Planteamos esta lucha, en la medida que queremos dejar de cargar sobre nuestras espaldas con todo el peso de las tareas domésticas. Es decir, queremos terminar con este régimen completamente incapaz de satisfacer nuestras reivindicaciones.

La transformación de la propiedad privada de los medios de producción en propiedad social es la condición para que haya igualdad real entre mujeres y hombres. La liberación de las mujeres y la de toda la sociedad solo puede ser resultado de la revolución socialista, que terminará con toda forma de opresión.

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Nueva reforma jubilatoria: es ajuste, estafa y engaño a los jubilados

La promesa de campaña de recomponer los ingresos en un 20% quedó en el olvido. No hubo ninguna medida de recuperación del 19,5% del poder adquisitivo perdido en 2018 y 2019, lo que hubiera elevado la base sobre la que se practiquen los futuros ajustes.

Los ajustes por decreto de la jubilación mínima en 2020 no alcanzan a cubrir la inflación del año, mucho menos la inflación de los productos más indispensables. El 5% en diciembre por el último trimestre del año no cubre siquiera el incremento de los alimentos registrado en el mes de octubre.

Tomando en cuenta el ajuste del 5% en diciembre el ajuste total en 2020 será entre 24,3% y 35%. Si se hubiera mantenido la fórmula de Macri, hubiera sido del 42%. Si efectivamente se hubiera querido beneficiar a los jubilados se podría haber mantenido vigente la fórmula anterior y empalmarla cuando bajan los índices de inflación. ¿No lo sabían? Lo sabían perfectamente. Querían impedir que la jubilación recupere parte del poder adquisitivo perdido. Alberto Fernández hizo lo mismo que Macri, recortar la aplicación del mecanismo de ajuste anterior cuando esa fórmula hubiera podido superar la inflación.

El objetivo no es mejorar la situación de los jubilados sino asegurar la “sustentabilidad del sistema”, es decir, mantener la reducción de las cargas patronales que realizó Menem y mantener a millones de trabajadores en la informalidad y en la desocupación.

Lo que corresponde es que se establezca la jubilación mínima equivalente al costo de la canasta familiar y que el Estado consiga los recursos de donde sea para poder pagarlo. La lógica monetarista del FMI es contraria, exige que no se pague más que lo que recauda el Anses y que no aumenten sus ingresos aumentando lo que pagan los patrones.

La Ley no garantiza que mínimamente se cubrirá la inflación pero pone un techo al ajuste. En el año el haber jubilatorio no podrá superar el 3% de los recursos totales de Anses. Se niegan a establecer la jubilación mínima que corresponde y a restituir todo lo perdido en los últimos años.

¿Dónde están los sindicatos, las CTAs, la CGT, para defender los derechos de los trabajadores jubilados y los que se jubilen en el futuro? Su adhesión al peronismo se traduce en el apoyo a las patronales y al gobierno y su política de acuerdo con el FMI por sobre el interés de los trabajadores. Debemos exigir a las direcciones que tomen esta lucha en sus manos.

Es necesario debatir y preparar la lucha de todos los trabajadores, activos y pasivos, para rechazar este nuevo ajuste contra las jubilaciones presentes y futuras.

 


 

Más de 20 días en huelga por que el salario mínimo cubra el costo de la canasta familiar

Una vez más aceiteros marca una referencia para la clase obrera impulsando nuevamente la lucha porque su salario cubra el costo de la canasta familiar. Así lo afirman en el comunicado publicado el 14 de diciembre:

Compañeras y compañeros: una vez más estamos dando ejemplo de conciencia y unidad obrera en estas jornadas que ya son históricas. La gran Huelga Nacional es la respuesta de los trabajadores ante la prepotencia de las patronales para quienes fuimos esenciales a la hora de mantener la producción desde el primer momento de la pandemia, pero dejamos de serlo a la hora de reclamar el salario que nos corresponde para una vida digna.

Ante una nueva provocación, continuamos con firmeza nuestra lucha y reafirmamos nuestra defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo -esto es, que asegure “alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”- al que tiene derecho toda la clase trabajadora argentina.

 

Apoyemos la lucha unificada de aceiteros y recibidores de granos Impulsemos en todos los sectores la lucha por que el salario mínimo cubra el costo de vida

HOY LA CANASTA FAMILIAR ESTA EN 93 MIL PESOS

 

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