2020: Un año de ataques contra la clase obrera y el resto de los oprimidos

El 2021 inicia con una perspectiva muy dura para todos los trabajadores. Según los últimos datos del INDEC, la Canasta Básica Total, que no contabiliza el costo del alquiler, se encuentra en $ 54.208. La inflación anual presentó un aumento general del 39,1%. Sin embargo, rubros como alimentos y bebidas aumentaron un 42,1%, y la vestimenta aumentó un 60%

El Salario Mínimo Vital y Móvil decretado por el Gobierno Nacional hoy se encuentra en $ 20.587,50, es decir, un insulto que ni siquiera llega a ser la mitad de lo que cuesta la Canasta Básica Total presentada por el mismo gobierno. Es importante comprender que el SMVyM no es más que el límite que impone el gobierno para marcarle a las patronales que por debajo de eso se encuentra la “indigencia”, pero no las obliga a que paguen lo que cuesta vivir. ¿Y eso por qué? Porque el Estado burgués no es más que el administrador de los intereses generales de la burguesía.

La mayoría de los salarios durante el 2020 han perdido poder adquisitivo frente a la inflación. El único caso que rompió los parámetros fue la paritaria de los Aceiteros, que cerró por $93.647 para el trabajador de la categoría más baja. Este número sí presenta el costo real de la Canasta Familiar, y por eso no dejamos de señalar que es una victoria para toda la clase obrera y el ejemplo a seguir. Los patrones se hacen rogar para aumentar los salarios alegando que generan pérdidas a las empresas y las hace inviables, pero los trabajadores somos ajenos a los libros contables de las empresas, y no sabemos cuánto ganan en realidad. La apertura de los libros contables es una tarea que no puede estar desligada del reclamo salarial.

 

Desocupación, un peligro para los salarios

El año pasado terminó con millones de desocupados lo que significa una pérdida de decenas de miles de millones de horas de trabajo productivo. Otro dato a tener en cuenta también, es el número de trabajadores no-asalariados es decir, que no perciben un salario fijo y que se encuentran fuera de la negociación colectiva. Este es un verdadero problema para el conjunto de la clase obrera y el resto de los trabajadores. La desocupación no sólo desemboca en flagelos sociales tales como la delincuencia y el narcotráfico, elementos que afectan a la vida de los trabajadores, sino que también es utilizada por los patrones para empujar los salarios a la baja o para amenazar con despidos bajo el viejo argumento: “detrás tuyo hay una fila de miles que se mueren por un trabajo”. La burguesía como clase históricamente en decadencia ya ni siquiera es capaz de emplear a toda esa fuerza de trabajo disponible. Para terminar con la desocupación, es necesario el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados sin afectar el salario.

Desde el Partido Obrero Revolucionario señalamos que el camino a seguir es la acción directa de masas tal y como lo demostraron los Aceiteros, el Movimiento de Mujeres y otros sectores. La clase obrera es la única clase que puede hacer avanzar la rueda de la historia, acaudillando al resto de los oprimidos, erigiendo su propio Estado, la Dictadura del Proletariado, expropiando los medios de producción en manos de la burguesía.

 

(Editorial MASAS nº 386)

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