Brasil: Cómo se ha respondido y cómo se debe responder al negacionismo

 

La segunda ola de Covid-19 ha puesto definitivamente de manifiesto la incapacidad de la burguesía y sus gobernantes para controlar la pandemia y proteger a la población. A principios de mayo están previstas 400.000 muertes. Las previsiones para finales de año son mucho más sombrías. La avalancha de contagios desde enero deja al descubierto las contradicciones de la primera ola, que duró aproximadamente un año. Las medidas de aislamiento social, en gran medida, han fracasado. El desmantelamiento de la estructura hospitalaria de emergencias mostró la irresponsabilidad de los gobiernos. La falta de previsión en el suministro de medicamentos y oxígeno indicó el disparate en las medidas elementales de ayuda a las víctimas. Y, considerando el sistema general de salud, se constataron las precarias condiciones materiales y humanas del sistema público, en contraste con el poderoso sistema privado. Agrava este cuadro el tardío y lento proceso de vacunación.

Desde el principio, estaba claro que el virus se esparciría entre las masas, la mayoría de las cuales eran pobres y miserables. Los infectólogos anunciaron rápidamente el peligro de que los contagios penetraran en los barrios populares y en las favelas. Instalados entre los pobres y miserables, llevarían a la quiebra al sistema de salud pública y causaría muertes a una escala cada vez mayor.

En la primera etapa de la lucha contra el agente de la naturaleza, era indispensable un amplio y riguroso distanciamiento social, acompañado de recursos subsidiarios de protección, como el uso de mascarillas y otros elementos. Y recurrir al aparto de emergencia del SUS. El aislamiento social fue la columna vertebral de las directrices de la OMS hasta que la vacuna estuviese lista.

Este plan general provocó desacuerdos y duros conflictos en el seno de la burguesía y, por tanto, de sus gobernantes. Se dividieron en dos bandos: por un lado, el «negacionismo» y, por otro, el «afirmacionismo» (término no utilizado). El primero negaba la ciencia y el segundo la afirmaba. La consecuencia práctica fue oponerse a la aplicación general del aislacionismo social, o utilizarlo de forma planeada. Los notorios negadores fueron Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil. No por casualidad, el gobierno brasileño mantuvo el compromiso de seguir al jefe del imperialismo. Trump suavizó su negacionismo ante los intereses de los laboratorios estadounidenses, que se armaron para la carrera de las vacunas. Y Bolsonaro siguió siendo un radical adversario del aislamiento social, y de una respuesta inmunológica rápida.

La estupidez de esta posición reaccionaria llevó al jefe de Estado brasileño a decir que el país sólo se enfrentaba a una «gripezinha». El concepto de «negacionismo», que tiene el sentido práctico de negar la gravedad de la pandemia y, por tanto, las medidas de aislamiento social y vacunación masiva, acabó reduciéndose a ideología religiosa, a oscurantismo sectario, que sirvió de cortina de humo a las implicaciones económicas y sociales.

El gobernador Doria encabezó una alianza de gobernadores de distinto signo político, opuestos al «negacionismo», limitándose a atacarlo como una negación de la ciencia y, por tanto, de la vida. Se esfumó así, el factor determinante de la resistencia de Bolsonaro, que era y es, sobre todo, el factor económico-financiero. Sectores del gran capital, y también de medianos y pequeños empresarios, alimentaron el negacionismo. Principalmente, estos últimos siguen siendo fervientes opositores al aislamiento social, pero no de la vacunación. El negacionismo de Bolsonaro persiste, pero derrotado políticamente. Sucede que el «afirmacionismo» de los doristas y aliados se mostró incapaz de controlar la pandemia, y de garantizar plenas condiciones hospitalarias. Esto se debe a que también estaba limitado por el poder económico, que podía ceder, hasta cierto punto, a la caída de los negocios. Es en este marco de contradicciones que la política burguesa de aislamiento social fracasó, atrasó la vacunación y extendió el camino de las muertes.

Sin embargo, hay otras formas de negacionismo, que han quedado ocultas bajo los escombros de este enfrentamiento. El control monopólico de las vacunas, y la guerra comercial desatada por el preciado producto, retrasan la inmunización mundial y niegan el acceso a ellas a la mayoría de las naciones atrasadas y semi-coloniales. La escasa bandera de ruptura de patentes indica que el mundo se enfrenta a uno de los peores negacionismos. Sin embargo, los afirmacionistas brasileños de la ciencia y de la vida siguen de rodillas ante los monopolios, y el nuevo jefe del imperialismo, Biden, que defendió el afirmacionismo ante Trump.

Hay otro negacionismo oculto, que es el de las direcciones sindicales y los partidos reformistas y centristas. Estos afirmacionistas han desarmado ideológica, política y organizativamente a la clase obrera frente al negacionismo de Bolsonaro y el afirmacionismo de Doria. En nombre del aislamiento social, comenzaron a negar la necesidad objetiva de movilizar a los explotados por una respuesta propia. Y a colaborar con la burguesía, negándose a organizar la lucha contra los cierres de fábricas, los despidos, los recortes salariales y la pérdida de derechos.

Los tres negacionismos son variantes del mismo problema: la incapacidad de la burguesía para proteger a los explotados frente a la pandemia. Sólo con el programa, la política y los métodos de lucha de la clase obrera es posible enfrentar el negacionismo de la burguesía y el negacionismo anti-obrero de la burocracia sindical.

Luchemos por la recuperación de las fuerzas sociales de la clase obrera y de los demás trabajadores con un programa propio de emergencia, y con la movilización de las masas. El Partido Obrero Revolucionario llama a la vanguardia con conciencia de clase a luchar por la realización del Primero de Mayo presencial, clasista e internacionalista. Que el día mundial de los trabajadores sirva para rechazar el negacionismo burgués y antiobrero, y para afirmar la organización independiente de los explotados, basada en sus reivindicaciones, y en la estrategia de la revolución y la dictadura proletaria.

 

(nota de MASSAS nº 634 – POR Brasil)

En portugués http://www.pormassas.org/2021/04/17/como-se-tem-respondido-e-como-se-deve-responder-ao-negacionismo/

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