En memoria de Cesar Lora e Isaac Camacho máximos líderes mineros militantes del POR.
El 29 de julio de 1965 Cesar Lora e Isaac Camacho fueron detenidos en las proximidades de Sacana a tres leguas de San Pedro de Buena Vista a donde se dirigían en la clandestinidad desde Sucre donde habían estado ocultos por algún tiempo, por agentes civiles de la DIC dirigidos por Próspero Rojas. Enrique Mareño que les había alquilado una mula, había sido interceptado por los agentes del gobierno y él los delató.
Mientras eran conducidos a San Pedro de Buena Vista comenza-
ron a golpear brutalmente a Cesar y finalmente lo ejecutaron con un disparo en la cabeza. Era claro que habían recibido al orden de asesinar a Cesar únicamente. Isaac Camacho ,penas llegaron a San Pedro de Buena Vista, logró escapar de sus captores y trasladarse hasta La Paz para informar de la infausta noticia a Guillermo Lora.
Desde la muerte de Cesar, Isaac Camacho recorrió los vericuetos de la vida clandestina, de la cárcel y del confinamiento. Se trasladaba frecuentemente a Siglo XX para dirigir asambleas en interior mina como dirigente del sindicato clandestino. En septiembre de 1965 fue apresado en las afueras de Llallagua y confinado a Alto Madidi y luego encerrado en el penal de San Pedro de La Paz. Fue liberado por exigencia de los trabajadores. En vísperas de la masacre de San Juan, fue designado Secretario de Relaciones de la Federación, sobrevivió a la masacre de San Juan pero, buscado hasta bajo tierra por los agentes del gobierno, finalmente el 29 de julio de 1967, exactamente dos años después del asesinato de Cesar, fue detenido y desaparecido hasta el día de hoy.
“Cesar Lora e Isaac Camacho nos enseñaron a estructurar un granítico sindicato, que no por ser sindicato es ya revolucionario, sólo será tal si tiene dirección revolucionaria, si sigue la lucha de clases, si sigue la estrategia del proletariado. … Esos dos gigantes de la lucha proletaria fijaron, con sus vidas y con sus cuerpos sangrantes, esos hitos de la actuación de los explotados; nos enseñaron que la clase obrera independiente es aquella que sabe usar sus propios métodos de lucha, es aquella que es capaz de tomar en sus manos todos los problemas sociales y nacionales para resolverlos por sí mismos y para imponerlos con su acción, con la acción directa de masas…”(G. Lora, discurso en Siglo XX, 29 de julio de 1979)
(POR Bolivia – masas nº2709)
LA CONDICIÓN PARA LA EFECTIVIZACIÓN DE LA INDEPENDENCIA POLÍTICA EN LOS SINDICATOS PROLETARIOS ES LA RECUPERACIÓN DE LA CONCIENCIA DE CLASE CONQUISTADA HASTA 1971
La lucha de clases es un proceso que pasa por diferentes etapas de trasformación de la conciencia de clase del proletariado y de su capacidad de ganar en favor de su política a las otras clases oprimidas de la sociedad (campesinos y clase media empobrecida). En el presente caso boliviano, el proletariado no logra superar plenamente las consecuencias de su retroceso político que inicia después del golpe de estado de Banzer y se profundiza en 1985 cuando el Estado burgués busca la solución a la crisis estructural del capitalismo por la vía del desastre. Aplica el D.S. 21060 privatizando todas las empresas del Estado, aplica una rigurosa flexibilización laboral que favorece al empresariado boliviano y a las transnacionales imperialistas, cierra las minas estatales y despide a miles de obreros (la llamada relocalización) asestando un duro golpe sobre la vanguardia del proletariado boliviano. El minero cae luchando desesperadamente por preservar sus derechos y sus conquistas políticas, económicas y sociales.
Con la reapertura de las minas del Estado (Huanuni y Colquiri) y del sector privado con la recuperación de los precios de los minerales en el mercado mundial, los jóvenes proletarios, ya no son los mismos que aquellos otros imbuidos por la Tesis de Pulacayo en la lucha anterior. Estos nuevos aparecen en el escenario casi sin ningún contacto con la tradición revolucionaria de su clase y se produce el retroceso lamentable en su conciencia de clase; éstos realizan ahora una franca política colaboracionista con el Estado burgués en la creencia de que por éste camino van a resolver los problemas de su sector; de la misma manera, el nuevo proletariado fabril, víctima de la flexibilización laboral, también diezmado en la crisis del 85y ahora en la pandemia, no logra recuperarse como clase para defender sus derechos hoy afectados por la nueva crisis del capitalismo y vienen recorriendo caminos extraviados confiados en el legalismo burgués, abandonando su propios métodos de lucha (la acción directa).
Es en este contexto de grave retroceso de la lucha de clases que surge como una necesidad imperiosa la consigna de la independencia política de las organizaciones sindicales frente al Estado burgués, a sus gobiernos y a las expresiones política de la clase dominante. Consigna que tiene la finalidad de acelerar el proceso del reencuentro del proletariado con la conciencia de la clase ganada en el gran proceso de ascenso que empieza en la década del 40 del siglo pasado y se extiende hasta 1971; este período de grandes saltos en la conquista de la conciencia de clase nos deja documentos de gran importancia como la Tesis de Pulacayo, la tesis socialista del IV Congreso de la COB, las Bases Constitutivas de la Asamblea Popular de 1971. Estos documentos y otros son la herencia que el proletariado actual tiene que reasimilar para dar saltos en el desarrollo de su conciencia; así llegamos a la conclusión de que la conciencia de clase nunca se pierde, aunque puede retroceder para luego dar saltos en el proceso de su recuperación.
De lo dicho anteriormente sacamos la conclusión de que los sindicatos obreros sólo pueden llevar a la práctica la independencia política de sus organizaciones sindicales frente a la política de la clase dominante si y sólo sí, parte del desarrollo de su propia conciencia de clase, o sea, cuando el proletariado está en el tránsito de su transformación de clase en si en clase para sí, en el camino de la organización en su propio partido político, el POR. Entendida de esta manera, esta consigna juega el papel de gran palanca que impulsa a que la clase dé saltos en su reencuentro con la conciencia anteriormente ya ganada.
(POR Bolivia – masas nº2709)