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Crecen las movilizaciones y huelgas en Europa

Los sindicatos se unen para salir a la calle en toda Europa contra la “crisis salarial”. Está planteado que los sindicatos de los diferentes estados coordinen movilizaciones en defensa del aumento de salarios y de apoyo a la población con menos recursos durante dos semanas, entre “el 5 y el 19 de octubre”, antes de la reunión del Consejo Europeo del 20 a 21 del próximo mes.

Decenas de miles se movilizan en Bélgica contra el costo de vida, convocadas por los 3 principales sindicatos, que  anuncian convocatoria a huelga general para noviembre en reclamo por la carestía

En Grecia estudiantes, profesores y otros trabajadores universitarios realizaron una manifestación masiva en la Plaza de la Constitución de Atenas en protesta por el despliegue de la policía en los campus.

Gran movilización en República Checa contra “la sumisión política” a la UE. Salieron a las calles y llenaron la Plaza de Wenceslao manifestantes exigiendo la renuncia del gobierno de Petr Fiala. Reclaman neutralidad en la guerra entre Ucrania y Rusia, reducción de las tarifas del gas y retirada del control de las empresas rusas. Pidieron a los líderes de la República Checa que dejen de suministrar armas a Ucrania. “Esta no es nuestra guerra”.

En Austria decenas de miles de personas salieron a las calles de Viena y otras ocho importantes ciudades austriacas furiosos por el aumento descontrolado de los precios para reclamar medidas eficaces contra la subida de los precios de los combustibles, la energía y los alimentos. Las protestas fueron organizadas por varios grupos políticos y sindicales diferentes, pero el más grande fue la Federación Sindical de Austria OeGB.

Las protestas contra la creciente carestía tiene lugar en el inicio de las negociaciones entre sindicatos y empresarios para subir los salarios. Para amortiguar el impacto de la inflación, el ÖGB exige elevar hasta 2.000 euros brutos el sueldo mínimo.

En Alemania, la ministra del Interior, Nancy Faeser, ya había pronosticado en julio pasado las movilizaciones, al igual que la titular de Exteriores Annalena Baerbock, quien se refirió a posibles “levantamientos populares”. El gobierno del canciller Olaf Scholz anunció un paquete de 65.000 millones de euros de cara al invierno para atenuar los reclamos. La inflación trajo de vuelta las “protestas de los lunes” en Alemania contra el aumento de precios de productos básicos. En Leipzig se movilizaron bajo el lema “Abajo los precios – La energía y la comida se deben poder pagar”.

En Francia hubo protestas contra el presidente Emmanuel Macron y la OTAN. Se movilizaron contra los que ‘prepararon un desastre’, y contra la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reclamando “que dimitan” y también para pedir la salida de la OTAN, la negativa a los racionamientos y sanciones y la defensa de “la libertad, la paz y la soberanía”.

En España no han dejado de sucederse las alertas y avisos de los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), ante lo que han calificado como un ‘otoño caliente’ con amenaza de movilizaciones en la calle. Empujados por una inflación que ha superado la barrera de los dos dígitos y una crisis energética que convirtió agosto en el mes con el precio de la electricidad más cara de la historia. Los sindicatos están preparando el terreno para un otoño caliente a causa de la negociación salarial bloqueada.

Casi cada día Reino Unido se está enfrentando a una nueva ola de protestas de trabajadores. El «verano del descontento», como se le calificó hace unos meses, empezó en junio y está agravándose, con el país afrontado ya la mayor ola de huelgas en 30 años.

Fuertes protestas de miles de estibadores en Felixstowe, el mayor puerto de mercancías del país, puerto de contenedores (el sindicato ha rechazado un aumento del 7% del sueldo), en el sureste de Inglaterra, que iniciaron una huelga sin precedentes de ocho días. El sector no había organizado una acción de esta magnitud desde 1989. Así como en el sector ferroviario y el metro de Londres, para avisar de que “son un preludio de lo que va a ocurrir en el conjunto del continente europeo”.

Desde el 18 de agosto, Edimburgo vivió la huelga de los trabajadores de limpieza urbanos, recogida de basuras. Desde el 6 de septiembre la huelga en Escocia se amplía a trabajadores de basura de unas 20 localidades, trabajadores de escuelas en Glasgow, East Renfrewshire, Inverclyde, Angus, Dundee City, Tayside, North Lanarkshire y South Lanarkshire. Personal sanitario plantea unirse. Se espera que 13.000 personas se unan a la huelga de basuras y escuelas en Escocia. La empresa responsable ha pasado de ofrecer un aumento salarial del 2% a uno del 5% pero los sindicatos ni siquiera van a consultarlo con sus miembros hasta que no llegue una «oferta decente».

80.000 trabajadores de correos votaron con un 99% a favor de la huelga. La oferta de la empresa Royal Mail es de un aumento salarial del 2% más un 1.5% si se renuncia a otras condiciones, lo cual el sindicato considera inaceptable. También hay huelga de correos en las sucursales de Post Office. El sindicato dice que los empleados no recibieron ningún ajuste salarial en 2021/22.

El personal examinador del AQA inició su segunda huelga. Este organismo sirve para la obtención del Certificado General de Educación Secundaria en centros privados. Consideran el aumento salarial «miserable». La Unión Nacional de Periodistas pospuso su huelga para entrar en negociaciones con la empresa de medios Reach, propietaria de más de 240 periódicos.

En Newham, este de Londres, se inició una huelga de recogida de basuras. Desde el 1 de septiembre volvieron las huelgas a Armagh City, Craigavon y Banbridge (Irlanda del Norte) entre los trabajadores municipales, con especial foco en las basuras y limpieza de vías públicas.

También 1.600 conductores de autobuses en Londres anunciaron la huelga tras rechazar subidas salariales por estar por debajo de la inflación. Coincidiendo con la huelga parcial de autobuses, también ha habido nuevos paros entre los trabajadores del Metro de Londres (el 19 de agosto por quinta vez este año), así como en 40.000 trabajadores ferroviarios especialmente en julio.

La huelga de abogados ha interrumpido los tribunales y 6.235 casos y 1.415 juicios. Los abogados criminalistas piden un aumento salarial del 25% por asistencia legal ya que aseguran haber perdido un 30% desde 2006 y rechazaron la oferta del 15% anterior. 30.000 trabajadores de la empresa de telecomunicaciones Openreach votaron por acciones sindicales el 30 de agosto. 10.300 trabajadores de BT se unieron a la huelga.

En septiembre comenzó la votación de 465.000 trabajadores sobre acciones sindicales en el Real Colegio de Enfermería para todo el país. Si sale adelante sería su primera huelga en Inglaterra, Escocia y Gales. En septiembre se concretó el inicio de una huelga por los trabajadores de la planta química Venator en Hartlepool tras rechazar un ajuste salarial por debajo de la inflación.  Los trabajadores ferroviarios protagonizan la mayor huelga hasta el momento: Avanti West Coast, Chiltern Railways, CrossCountry, Greater Anglia, Great Western Railway, Hull Trains, LNER, London Overground, Northern Trains, Southeastern, TransPennine Express y West Midlands Trains. La huelga coincidiría con otra de 40.000 trabajadores de 15 empresas ferroviarias organizadas bajo el sindicato RMT, especialmente en Network Rail.

Esta acción social histórica se suma al descontento social que se está produciendo desde hace dos meses en el corazón del Reino Unido. Los británicos, arrastrados a la precariedad por un costo de vida insostenible, manifiestan su bronca.

Por quinta vez desde junio, el Reino Unido quedó paralizado. Más de 50.000 trabajadores ferroviarios volvieron a unirse a los piquetes para exigir mayores salarios y mejores condiciones de trabajo. Es la primera vez que el país asiste a una huelga en treinta años, y continuará hasta que «consigamos un acuerdo», dijo un dirigente del sindicato de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte (RMT).

El RMT, representa a 14 operadores ferroviarios y cuenta con el apoyo de la Transport Salaried Staffs Association (TSSA) y de Unite, pide que se abandone el plan de modernización ferroviaria que incluye 2.500 despidos.

Los desplazamientos del otro lado del Canal de la Mancha fueron un verdadero dolor de cabeza. En medio de las vacaciones escolares, sólo el 20% de los trenes circularon y en franjas horarias reducidas.

En el caso de los trabajadores ferroviarios, la pugna con Network Rail, que gestiona la mayoría de los ferrocarriles, e indirectamente con el gobierno británico, no es nueva.

El descontento producido por la creciente crisis del costo de vida ha motivado una oleada de huelgas no vista desde los años 70. El sector del transporte capitaneó la mayoría de las primeras acciones sindicales llegando a cerrar completamente la red ferroviaria de todo el país.

En el sector energía, destacan las huelgas que se han dado en los trabajadores del gas del mar del norte. Hasta el 10 de septiembre, la página web StrikeMap recoge hasta 2400 piquetes convocados en todo el país.

La primera gran concentración, “We Demand Better march” fue organizada el 18 de junio por el TUC (Trades Union Congress, la federación de sindicatos en el Reino Unido) y reunió a más de 40 mil personas en Londres. El bloque marchó con pancartas llamando a la nacionalización de los servicios de energía, agua, ferrovías y de correos, medidas que cuentan con un gran apoyo popular.

Finalmente, el próximo 5 de Noviembre, People’s Assembly (Asamblea Popular), movimiento anti-austeridad de amplia presencia nacional, ha convocado una manifestación nacional en Londres. Su programa exige la subida de salarios, subida de impuestos a las rentas altas, la resolución de la crisis de la vivienda, y la reversión a la privatización del servicio nacional de salud.

El sometimiento de Europa a la agresión militar de EE.UU. y la OTAN sobre Rusia agravó la situación económica ya golpeada por la pandemia, encareciendo los alimentos y la energía, anunciando un durísimo invierno. La clase obrera se empieza a poner de pie con sus propios métodos de lucha, arrastrando a los sectores medios. Muestran cuál es la vía para enfrentar la crisis y la descomposición capitalista. Pone a la orden del día la importancia de resolver la construcción de su dirección revolucionaria que oriente todas esas luchas hasta el final, hasta el derrocamiento de los gobiernos burgueses, sean de derecha, conservadores, socialdemócratas, centroizquierda o como se llamen.

(nota de MASAS nº422)

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