Los movimientos de desocupados frente a los cambios en el Gabinete

El anuncio por parte de Alberto Fernández de los cambios en el Gabinete son tan solo un botón de muestra de la crisis por las que atraviesan los diferentes ministerios, y con ellos el propio Gobierno. Desarrollo Social no es la “excepción que confirma la regla” sino todo lo contrario. Victoria Tolosa Paz sucederá a Juan Zabaleta (que había reemplazado a su vez a Daniel Arroyo) al frente de la cartera.

Zabaleta había asumido en agosto de 2021 con un rimbombante compromiso: de allí en más el Ministerio tendría la puerta abierta de par en par para sentarse a charlar con todas las organizaciones de desocupados. “Ya no hará falta cortar las calles para poder dialogar” fue su latiguillo inaugural que quedó rápidamente desmentido por los hechos. Contrariamente el ex Intendente de Hurlingham – que ahora regresa – se caracterizó por un año lleno de obstáculos para “dialogar”, y muchos más para cumplir con las reivindicaciones más sentidas.

Bajo su mandato se dieron las principales acciones de lucha de las organizaciones de desocupados en los últimos años. Las partidas presupuestarias se vieron fuertemente limitadas; el giro de alimentos reducido en cantidad y calidad; los planes asistenciales restringidos. Las últimas jornadas de lucha de la Unidad Piquetera del 27 al 29 de septiembre por mercadería adeudada para los comedores es ejemplificadora. La respuesta de Zabaleta fue, como siempre, dilatoria, evasiva y finalmente represiva.

Vale la pena detenerse sobre los planes asistenciales para pintar de cuerpo entero la política de Gobierno. Fue bajo la gestión de Juan Zabaleta que la tan propagada idea de los sectores más reaccionarios tomó forma y se convirtió en una auditoría general sobre los movimientos de desocupados, ya de por sí duramente golpeados. La vana ilusión de transformar los planes sociales en empleos bajo convenio (como prometió en más de una ocasión) se transformó rápidamente en una serie de medidas a fin de recortar todo el gasto social posible.

Esta derechización del Gobierno se materializa en el propio Proyecto de Presupuesto 2023 presentado por Massa donde se refleja la disminución como % del PBI del gasto social (del 3.6% en 2022 al 2.9% del PBI en 2023). Y también en aspectos que hasta referentes de movimientos ligados al Gobierno se ven obligados a admitir: “la política alimentaria ha sido deficiente durante estos 3 años”.

Sin embargo, los fuertes cuestionamientos de entre sus propias filas (organizaciones cooptadas por el Gobierno que integran el Ministerio de Desarrollo Social como la CTEP) flotan en el aire al felicitar tempranamente el arribo de Tolosa Paz y generar falsas expectativas en los barrios. Resulta evidente que los oprimidos solo podemos esperar de Victoria Tolosa Paz una política destinada a justificar la aplicación rigurosa de los planes fondomonetaristas, lo que implica en los hechos descargar aún más sobre nuestras espaldas el recorte de gastos.

La unidad de los movimientos de desocupados con el movimiento obrero ocupado es la necesidad de primer orden para que triunfen todas y cada una de nuestras demandas. El debate colectivo y en unidad; el fortalecimiento de los lazos de amplia solidaridad; los métodos históricos de la clase obrera; y el preciso convencimiento de no confiar en ninguna de las diferentes expresiones de la política burguesa, son las condiciones para llevar nuestras luchas a la victoria.

 

(nota de MASAS nº423)

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