Bolivia: Cívicos retroceden, ante la debilidad del paro y el fracaso de proyectarse a nivel nacional

GOBIERNO TAMBIÉN FRACASA EN SU INTENTO DE MOVILIZAR A AMPLIOS SECTORES A SU FAVOR Y REPRIMIR PARA IMPONERSE

El Comité Cívico retrocedió y aceptó que el CENSO se realice el 2024. Hacen esto debido a que han fracasado en su intento de sumar a la lucha a amplios sectores del resto del país y proyectar su lucha a nivel nacional. También al ver que el paro en Santa Cruz nació débil y cada día lo era más (se reducía a bloqueos de las rotondas principalmente dentro del cuarto anillo de la ciudad y de 2 de la tarde a 11 de la noche).

Fueron las acciones represivas y abusivas del gobierno las que oxigenaron a los cívicos en diversas ocasiones pues la población lo veía como abuso e invasión. La amplia asistencia de la población cruceña al cabildo es parte de ese descontento contra el Gobierno. Un gobierno que también fracasó en su intento de lograr volcar a la población a su favor, tanto en el país como en Santa Cruz.

¡Ambos han fracasado en sus pretensiones, pero han jodido la economía popular y utilizado como carne de cañón a una parte de la población!

Se debe señalar además que este retroceso de los cívicos de la vieja derecha se hace acompañado del planteamiento de conformar una comisión constitucional para replantear la relación con el Estado boliviano. Esto significa que iniciarían la elaboración de los argumentos legales para exigir el cambio de la Constitución para incluir el federalismo, tal como lo hicieron con las autonomías que no resolvieron la miseria de los cruceños, sino que agravaron los problemas en salud, seguridad, corrupción, etc. Así los cívicos, si bien han retrocedido en el tema del CENSO y muchos consideren a Calvo y Camacho como traidores, en general las logias y la clase dominante cruceña ha mantenido y hasta fortalecido sus posiciones ideológicas regionalistas en Santa Cruz, lo cual es lo más importante para ellos al permitirles continuar el dominio político en este departamento.

Con el planteamiento de iniciar el proceso legal para renovar la Constitución e incluir el federalismo, pretenden llevarnos nuevamente a la dinámica de referéndums y constituyentes, a discutir el cambio de la forma de administración del Estado, obviamente en el marco de la vigencia plena del respeto a la gran propiedad privada de la patronal y las trasnacionales y dejando a un lado el problema del hambre, el desempleo, la pobreza y el atraso. Nos quieren llevar a un falso debate tal como fue con Costas y Evo en su primera gestión de gobierno y así distraernos de los problemas centrales de la economía.

Los trabajadores desde ahora debemos saber que ni la autonomía, ni el federalismo, ni la independencia acabarán con la explotación y miseria de la mayoría en Santa Cruz ni en el país, porque la clase que gobernará será el empresariado superexplotador, vende-región, sirviente de las trasnacionales y de los grandes terratenientes nativos y extranjeros, además de logiero y fascista, agravando las condiciones de la explotación burguesa porque son liberales confesos.

PRIMERO DEBEMOS HACER LA REVOLUCIÓN PROLETARIA, expulsar a los masistas impostores del poder estatal, aplastar a los mentirosos, manipuladores y falsos cívicos logieros de la gobernación y del Comité Cívico. Los trabajadores debemos tomar el poder junto a los sectores más pobres y luego cada departamento puede ser federal o no, porque lo importante no es cómo se administra el Estado, sino la clase social que lo maneje y la política que desarrolle. Necesitamos una revolución proletaria y un gobierno obrero-campesino que priorice trabajo estable, buenos salarios, salud y educación a partir de la industrialización de nuestros recursos naturales, de la expulsión de trasnacionales saqueadoras, de la nacionalización de la banca, de la agroindustria.

(POR Bolivia – Masas nº2723)


Reportaje desde Santa Cruz:

UN PARO CÍVICO QUE LANGUIDECE, SE OXIGENA CADA VEZ QUE EL GOBIERNO REPRIME.

El 11 de noviembre, a los 21 días del paro, el vocero Richter pedía temprano, de forma enérgica, el levantamiento del paro cívico, eso cuando ya parecía languidecer y lentamente se iba levantando. Pero más tarde, de forma sorpresiva, la situación política se agravó al producirse una acción preparada por los masistas; una marcha, a la cabeza de transportistas, gremialistas del Plan 3000 y gente hastiada del paro, a la que se sumaron empleados públicos y grupos de choque que en su recorrido chocaron los grupos opuestos que militan en el civismo y son convencidos de la maravilla que es luchar por el censo 2023.

La agresión contra los bloqueos cívicos más bien despertó el malestar contra la marcha y contra la policía. Los radicales de uno y otro bando agredieron incluso a periodistas. Los ánimos se caldearon, grupos de jóvenes de la Unión Juvenil Cruceñista, motoqueros y lumpen, persiguieron a la gente de la marcha hasta la Federación de Campesinos de la Av. Irala que acabó saqueada e incendiada, similar suerte le tocó a la COD aunque no terminó incendiada. La infraestructura de los trabajadores está condenada a esa suerte porque los dirigentes serviles al MAS se fueron al redil masista en vez de mantener la independencia sindical.

Ante estos sucesos, sectores masistas piden que se meta presos a todos, se implante el “estado de excepción” en Santa Cruz, y a eso se suma la COB, las federaciones cocaleras del Chapare. El fracaso de las “mesas técnicas” en el Beni sirve a los cívicos y sus seguidores para alimentar la frustración y la furia que induce a su violencia más el sentimiento que domina en Santa Cruz de estar siendo invadida y que contra ello es moral que se levante la gente. «Los policías vienen a agredir al pueblo no a defenderlo» es la frase que va como reguero de pólvora. El discurso identitario cultivado tanto tiempo ahora halla canal para efectivizarse. Las consignas de federalismo o independencia cobran vigencia.

En cualquier momento más choques pueden desatarse, los cívicos pidiendo objetivos más allá del censo, con sus grupos fascistas, y por otro lado los masistas convertidos en gobernantes usando instrumentos legales para desatar represión frente a una rebelión que resiste una invasión abusiva. Así se expresa el malestar social contra el régimen masista. Un malestar principalmente de clase media, extraviada por su dirección conservadora de cívicos y logieros. Los burócratas de la COB seguro estarán para justificar la represión aduciendo que es la defensa del proceso de cambio ante el fascismo y la contrarrevolución.

En la noche Arce quiso apaciguar haciendo conocer que el censo será el 23 de marzo del 2024. Pero esto acelera los ánimos de los ultras unionistas que plantean que en el cabildo señorial del domingo se apruebe continuar el paro atacando a los que no lo acepten como “traidores” y que tendrán «muerte civil». Contra ello surgen voces más conciliadoras que aseguran que Santa Cruz ya venció porque logró grandes concesiones del Gobierno y que hay que levantar el paro. Un paro débil que en realidad es bloqueo de rotondas después de las 2 de la tarde. Débil, pero que igual afecta la economía, sobre todo la de los más pobres. Paro que el gobierno oxigena cada que reprime.

La única respuesta que queda es promover la organización y lucha popular detrás de la defensa de mejores condiciones de vida y no por espejismos como el censo o la defensa del terruño para beneficio de los poderosos. De igual manera los campesinos, transportistas y gremialistas no deben dejarse arrastrar por el gobierno impostor, falso defensor de los pobres. Ambos, tanto el gobierno como los cívicos son politiqueros sirvientes de las trasnacionales, banqueros, terratenientes y empresarios superexplotadores.

(POR Bolivia – Masas nº2723)


SOBRE LA “INDEPENDENCIA POLÍTICA” EN LA CLASE MEDIA FRENTE LA CLASE DOMINANTE

Durante el paro del Comité Cívico cruceño y la torpe intervención represiva del gobierno con la intención de sofocarla desde fuera con la acción de sectores sociales afines y la policía, pese a la convocatoria de los cívicos cruceños para que el conflicto se generalice a nivel nacional, las grandes mayorías oprimidas de la población se han mantenido al margen de la racista derecha cruceña como del resistido y corrupto gobierno del MAS, y los intentos del CONADE y los políticos de la vieja derecha, colas del Facho Camacho, por plegarse al paro cruceño, han fracasado.

Las movilizaciones de sectores afectados por el conflicto, han tenido un claro contenido sectorial exigiendo que cese la confrontación entre los contendientes sobre un problema que no tiene significación directa como respuesta a sus necesidades concretas, confrontación que está provocando un grave deterioro en la ya maltrecha economía del país. Exigen crear las condiciones que les permita trabajar y resolver sus problemas de subsistencia. Comerciantes minoristas, transportistas, productores independientes (lecheros, agricultores que acuden con sus productos a los grandes mercados urbanos, etc.) han recalcado que no tienen que ver con ninguno de los extremos del conflicto.

Para muchos, este fenómeno que es producto de la gran miseria reinante en sectores mayoritarios del país y que ha impedido la polarización política en torno al problema de la fecha del censo, ha sido interpretado como el ejercicio de una “política independiente” nada menos que de sectores radicalizados de la clase media frente al Gobierno y a la reaccionaria derecha tradicional racista.

El problema planteado: ¿puede la clase media, en toda esa su complicada gama de sectores, desarrollar una política independiente de clase? O sea, ¿puede plantearse una forma propia de Estado diferente a la burguesía y al proletariado? No. Por ser pequeño propietaria, en condiciones de estabilidad social que le ofrecen posibilidades de prosperidad, desarrolla una política francamente proburguesa como una forma de defensa de su pequeña propiedad y, en períodos revolucionarios de grandes convulsiones sociales, debido a su condición de clase oprimida por el sistema social capitalista, puede marchar detrás de la política revolucionaria del proletariado.

Por tanto, ¿en qué condiciones las capas empobrecidas de la clase media pueden desarrollar una política independiente de la burguesía y sus gobiernos? Sólo si está presente en el escenario político el proletariado como un claro referente revolucionario arrastrando detrás de sí al conjunto de las otras clases oprimidas del país (a esa gran mayoría de la clase media de las ciudades y al movimiento campesino que hoy se encuentra en proceso de emancipación del MAS).

En el actual conflicto en torno al censo está ausente el proletariado como referente revolucionario; por tanto, es imposible que las diferentes capas radicalizadas de la clase media puedan marchar detrás de sus propias banderas ni acogerse al programa proletario. Entonces, ¿cómo es que ocupan las calles sin dejarse arrastrar por los cívicos cruceños y por el MAS? Lo hacen empujadas por sus necesidades inmediatas insatisfechas que, día a día, se van agravando debido a las consecuencias de la crisis económica. Se trata no de una acción política consciente sino de una instintiva que está buscando la satisfacción de sus necesidades.

Un error de interpretación del proceso social que estamos viviendo puede conducir a una equivocada táctica en la tarea del Partido revolucionario de ayudar a las masas a aproximarse a la perspectiva de la revolución social. El problema del rol, las posibilidades y limitaciones de las clases sociales está claramente delimitado en el programa del POR y en los documentos fundamentales del movimiento obrero boliviano. Corresponde a los militantes revolucionarios aplicar a cabalidad este programa en todas las variantes y contradicciones de la lucha de clases.

(POR Bolivia – Masas nº2723)

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