La manifiesta incapacidad del Estado burgués y sus politiqueros para resolver la miseria que aqueja a más del 50% de la población
Este 22 de diciembre, una vez más, queda expuesto que el agónico gobierno en funciones (FdT) viene a ratificar su carácter servil y descompuesto en esto de romper acuerdos, hacer oídos sordos al reclamo popular, a cambio de prestar obediente servicio al imperialismo pagando, peso sobre peso (o mejor dicho dólar sobre dólar), la fraudulenta deuda externa dándole la espalda, sin dobleces, a las mayorías oprimidas que exigen urgente solución para la calamitosa situación.
Con una inflación del 101,8% interanual en la canasta alimentaria, con salarios de hambre (la canasta familiar se ubica en torno a los $320.000) el súper Ministro S. Massa, hombre de la Embajada yanqui en Argentina, y la titular de Desarrollo Social, V. Tolosa Paz, apuestan al desgaste y la deslegitimación del Movimiento piquetero. Justo en momentos en que, a días de fin de este 2022, el país tiene vencimientos de deuda por 1.900 millones de US$. A las claras se evidencia que priorizan la estafa que consumó el macrismo con la banca parasitaria, frente a los derechos y conquistas negadas a las masas, tales como el pleno empleo, salarios acordes al costo de vida, la educación, la salud…
A días de Navidad, la Unidad Piquetera nuevamente se organiza para torcer la maniobra descarada del FdT, que hace “campaña”, pagando un miserable bono en cuotas (menos de $14.000, $6.740 en diciembre e idéntica cifra para enero) mermando, alevosa y paralelamente, la cantidad y calidad la mercadería esencial para los comedores (productos pagados por el gobierno a niveles de sobrefacturación) amenazando con bajas masivas en los Potenciar Trabajo, desfinanciando los proyectos de cientos de cooperativas.
Terminado el Mundial: ¿de qué se van a disfrazar?
La movilización de todos los trabajadores desempleados, independientemente de la agrupación en la que se encuentren, es el único camino para derrotar este plan hambreador. Pero solamente podremos triunfar con la necesaria y urgente unión con el movimiento obrero ocupado, con el sindicalismo clasista y con los elementos más activos del conjunto de los trabajadores. Juntos, como un sólo puño.
Debemos pasar de este momento de repliegue en el que solo salimos a defendernos frente al avance sobre los planes o el recorte alimentario, al contragolpe organizado para imponer la resolución de nuestras más sentidas reivindicaciones. La lucha por decidir nuestro destino es ¡ahora! frente a las ilusiones democráticas que ya empiezan a fabricar tanto los mismos que prometen “asado para todos y heladeras llenas” -FdT- (mientras cumplen el mandato imperial a rajatabla), como los que aplican el modelo del ajuste descarnado sin anestesia -Cambiemos-. Gane quien gane en las elecciones de este año, se someterá a la política del FMI y gobernará contra los oprimidos.
Resistir y vencer, transformar la bronca organizada en conciencia política y organización debe ser nuestro único norte pues de ello depende nuestra supervivencia como clase y como humanidad.