A 20 años de la invasión sangrienta de los Estados Unidos a Irak (marzo de 2003 – marzo de 2023)

En las condiciones de la guerra en Ucrania, destaca la importancia histórica de la intervención estadounidense en Irak. No cabe duda de que existen vínculos que ponen de manifiesto las profundas tendencias belicistas encarnadas por el imperialismo. La posición del Partido Obrero Revolucionario (POR) está marcada a fuego como la respuesta proletaria a la guerra de dominación. Una respuesta que corresponde al programa de la revolución y del internacionalismo desarrollado por el marxismo-leninismo-trotskismo. En estos 20 años de guerra de EEUU contra Irak, es importante que la vanguardia con conciencia de clase asimile sus lecciones, para afrontar la dura y difícil tarea de luchar por el fin de la guerra en Ucrania. Este es el sentido de que el POR revise sus escritos de entonces y los vuelva a poner a la luz de los nuevos acontecimientos.

El Partido Obrero Revolucionario publicó en enero de 2003, dos meses antes de la guerra, en el periódico Massas un artículo «La guerra de EEUU contra Irak- Trabajar por la derrota del imperialismo», en el que denunciaba que «el juego de las potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU ante los preparativos de guerra de EEUU contra Irak está llegando a su fin. El objetivo bélico de la administración Bush debe cumplirse. La ocupación de Irak forma parte de una estrategia más general de Estados Unidos para extender su dominio mundial. El expansionismo territorial sobre diversos puntos de Asia es una condición para que la mayor potencia se enfrente a la crisis de sobreproducción, al estrechamiento de los mercados, a la agudización de la guerra comercial y, sobre todo, a la dependencia exterior del petróleo. El imperialismo en crisis no puede tolerar gobiernos nacionalistas que tengan en sus manos fuentes de materias primas. (…) Los explotados de todo el mundo tienen que combatir la ofensiva económica y militar del imperialismo yanqui y sus aliados. (…) La autodeterminación de los pueblos se levanta como una lucha antiimperialista, que sólo la clase obrera y las masas oprimidas pueden librar. (…) Defender Irak contra la guerra imperialista”

A principios de marzo, el diario Massas publicó otro artículo que mostraba la ofensiva estadounidense. Bajo el título «Las maniobras del imperialismo para imponer la guerra contra Irak», el POR denuncia la acción de los EE.UU. con el objetivo de romper la unidad de Francia y Alemania, a partir de los «votos en la OTAN para apoyar a Turquía en caso de guerra contra Irak, estableciendo un acuerdo separado con Alemania y aislando a Francia». A pesar de conseguir la aprobación de esta Resolución, en el Consejo de Seguridad se produjo el movimiento contrario, con más países anunciando su oposición a la Resolución de guerra propuesta por Estados Unidos. Y Turquía, que es un punto estratégico para las operaciones militares yanquis, ha utilizado el regateo para obtener ayuda económica yanqui a cambio del uso de su territorio. La resistencia de Francia y Alemania a la acción unilateral de Estados Unidos corresponde a sus necesidades de pugna en la disputa por el poder político y económico mundial y a sus intereses en controlar las mayores reservas de petróleo del mundo (…) Estamos del lado de Irak contra la agresión yanqui. La victoria del imperialismo es la victoria de la burguesía internacional y refuerza la ofensiva y la opresión imperialistas en todo el mundo. No importa que Irak esté gobernado por un dictador criminal. El problema de derrocar a Saddan Hussein es una cuestión que concierne a los iraquíes explotados. La autodeterminación también corresponde a esta cuestión. La conquista de la soberanía de Irak depende de armar a la población para que sea capaz de expulsar a los invasores yanquis y resolver el problema de la dictadura de Saddan, y por sí sola es incapaz de defender plenamente la autodeterminación (…) Apoyar la línea de la ONU, como ha hecho el gobierno de Lula, es colocarse del lado de la intervención imperialista sobre Irak. Cabe la exigencia de que el gobierno de Lula se ponga del lado de Irak contra Estados Unidos y rompa con las resoluciones de la ONU «.

Cuando empezó la guerra, el POR publicó una Declaración impresa en la portada del periódico Massas 257 del 3 de abril. 2003. Reproducimos aquí:


Detener la invasión de Iraq y la carnicería

La resistencia militar en Irak, con el apoyo de la población, en los primeros días de la invasión estadounidense, indicó que el imperialismo tendrá que imponerse mediante la carnicería. Tendrá que matar a miles de soldados y civiles iraquíes. Tendrá que devastar la capital del país.

El alto mando ha reelaborado sus cálculos de guerra. La orden es matar indiscriminadamente. El bombardeo de mercados, escuelas, hospitales e instituciones, golpeando puntos de concentración, forma parte de la táctica de los invasores.

Aplastar para ganar. El imperialismo está utilizando un gigantesco poderío bélico contra un Irak sin recursos militares. La capacidad de resistencia está en el suelo patrio. Está en la heroica defensa del pueblo de su derecho a la autodeterminación y a la soberanía nacional.

Aplastar para ganar. El imperialismo necesita el petróleo. No importa cuánta sangre tenga que derramar. El pueblo iraquí defiende las riquezas naturales de su atrasado país, que pague entonces con la vida de mujeres, hombres, ancianos y niños.

Las potencias que enarbolaron la bandera blanca del desarme en Irak ya las tienen empapadas de sangre.

Los gobiernos que siguen la hipocresía de la paz imperialista se tapan los ojos con vendas ante la masacre.

Los monarcas árabes pisotean los cadáveres de los iraquíes que se acogen a la bandera de un Iraq para los iraquíes.

Pero en todo el mundo se levanta un movimiento de masas contra la guerra imperialista y el genocidio de un pueblo. La bandera de la paz fue pisoteada por la burguesía de Estados Unidos, Inglaterra, Italia y España.

Enseñan que bajo el capitalismo no puede haber paz. Que bajo el imperialismo no puede haber armonía entre los pueblos.

Enseñan que los trabajadores y los pueblos oprimidos deben rebelarse y luchar para derrotar al gran capital en el campo de batalla.

Enseñan que el pueblo iraquí está en guerra contra la invasión imperialista.

Estas lecciones nos dicen que la victoria de Irak contra los invasores genocidas exige que los trabajadores y los pueblos de todo el mundo estén en el campo de batalla junto al pueblo iraquí.

¡Que viva el Iraq oprimido!

En diciembre de 2006, Sadam Husein fue condenado a morir en la horca tras ser declarado culpable y condenado por crímenes contra la humanidad, por un tribunal armado por Estados Unidos.

(nota del POR Brasil – Masas nº685)

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