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Lula: “Vamos a ayudar a sacarle el cuchillo del cuello a la Argentina”

Con esta frase rimbombante el actual presidente de Brasil, Lula Da Silva, expresó su apoyo a la Argentina en su desesperada carrera de pagarle al FMI. Durante la visita del presidente Fernández al país vecino, durante más de cuatro horas, del mandatario brasilero se escucharon frases de pirotecnia. “Voy a hacer todo y cualquier sacrificio para que podamos ayudar a Argentina en este difícil momento. Ya charlamos con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y vamos a seguir charlando para ver cómo podemos ayudar”, además agregó: “El FMI sabe cómo se endeudó y a quién le prestó el dinero”, por lo que “no puede seguir presionando a un país que solo quiere crecer, generar empleos y mejorar la vida del pueblo”. Nuevamente los gobiernos nacional reformistas latinoamericanos apelan a la “buena” voluntad del FMI para evitar una devaluación abrupta o un default en el caso argentino.

Uno de los problemas centrales actuales del país radica en la presión por el enésimo AJUSTE que exige el FMI para otorgar un nuevo endeudamiento de unos USD$10.600 millones, entre junio y diciembre próximos, según el Acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en marzo del año pasado entre el Fondo y el Gobierno. Recordando que esta usura tiene un desembolso de casi USD$29.000 millones dentro del actual programa nombrado para ser aplicados a los pagos de los vencimientos de las cuotas del préstamo. Pero como nada es gratis en la vida, las metas fiscales son el “problema” para un gobierno nacional con elecciones presidenciales, donde nuevamente “la manta corta” entra en escena, dado que el máximo de déficit fiscal en relación al PBI no puede ser más del 1.9% para este año y 0.9% para el próximo. En sentido la disciplina fiscal es totalmente obsecuente con el Fondo ya que solo es 1%, el déficit fiscal “permitido” con índices de pobreza del 40% en adultos y el 55% en las infancias. En un contexto donde la inflación de abril fue superior al 8%, lo cual agudiza la crisis social.

Sin embargo, a pesar de la disciplina fiscal, la cuestión radica en que el FMI pretende una devaluación del peso argentino a cambio de dólares (10.600 millones). Esta exigencia es parte de “evitar” la fuga de la divisa producto de la “brecha” cambiaria que oscila el 120%. En este juego el gobierno busca no devaluar porque la misma se traduce directamente a “precios”. Pero por otra parte, vista la vinculación de Massa con los EEUU, las empresas imperialistas y locales “presionan” con la devaluación, con la unificación de los  mercados cambiarios.

Otro de los elementos que “afecta” la corrida del dólar es la falta de liquidez por retenciones de la denominada cosecha GRUESA que este año no “aporta” entre 13 y 15 mil millones de dólares, si bien deberíamos detenernos en las causas de la SEQUIA y las políticas extractivistas, ello será para otro momento.

Por otro lado, la actual vicepresidenta, en su rol de “comentarista” de la realidad, discutía en la red social twiter con el exfuncionario del fondo Claudio Loser, señalando que el PAGO al FMI debía estar atado al crecimiento del PBI, y que antes vivíamos mejor sin el Fondo.

Finalmente vemos que las condiciones internas y externas son derivadas de las medidas económicas-políticas de conciliación de clases que los llamadas gobiernos progresistas, buscan presentarnos como de “izquierdas” para congraciarse con el pueblo trabajador. Aunque rápidamente encuentran su límite al decirnos hay que PAGARLE al FMI, con sus acuerdos parlamentarios burgueses. Ante todo ello la lucha de clases es la única forma real transformación social y que parafraseando a LULA, nos puede quitar el “cuchillo del cuello”.

 

(Nota de MASAS nº435)

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