El comercio exterior no puede estar en manos privadas, debe ser estatizado
En numerosos artículos hemos mostrado las denuncias de contrabando, de inflar las importaciones para obtener dólares baratos o subfacturar las exportaciones dejando la diferencia en el exterior, reportando menos ganancias, pagando menos impuestos.
Un ejemplo escandaloso reciente fue el caso Vicentin y todos sus fraudes. Si una actividad debía ser controlada de cerca era la vinculada a esa empresa. Sin embargo, volvió a ocurrir:
Díaz y Forti SA, que operaba las plantas procesadoras y puertos de Vicentin en 2020/21, exportó durante un año sin liquidar las divisas, que ingresaban por vía paralela, para hacerse de un ingreso extra del 100%. Muy probablemente esa empresa era una máscara de Vicentin.
Fue condenada por el Juzgado Federal de Rosario, con una multa mínima de 2 millones de dólares por evadir 700 millones de exportaciones no liquidadas al Banco Central, el fallo no obliga a Díaz y Forti a cumplir con la obligación de ingresar los dólares de sus exportaciones al Banco Central, que descubrió la maniobra y suspendió su inscripción como exportador y pidió su inhibición a la Aduana para que no le autoricen nuevas solicitudes de embarque. El desvío de sus normas es considerado un delito ante la ley penal cambiara, que equivale a contrabando.
El juez Vera Barros redujo a lo ínfimo la multa. La pena que hubiera correspondido es hasta diez veces la suma de las operaciones en infracción, 6900 millones de dólares.
El abogado defensor del presidente de esa empresa fue Mariano Cúneo Libarona, que renunció a la defensa el 11 de diciembre de 2023, el día que asumió como ministro de Justicia de Javier Milei.
Esta operatoria demuestra que hay dólares, que la economía genera dólares, que no ingresan al Banco Central por fraudes de las empresas, o por diversas formas de fuga. Por eso no puede quedar en manos privadas. Todas las divisas deben ser controladas por el Estado para promover la industrialización del país o la compra de insumos imprescindibles que no se producen localmente.
Milei por contrario, promueve liberar todos los controles y regulaciones para que las empresas hagan lo que les venga en gana para multiplicar sus ganancias.
(Nota de Masas n°451)