La lucha estratégica de la UOM

Desde hace algunas semanas se vienen desarrollando importantes acciones de lucha acompañadas de enormes movilizaciones en las principales concentraciones obreras de metalúrgicos. Los paros escalonados de 24, 48 y 72 horas desarrollados a principios de marzo continuaron con multitudinarias marchas ante la falta de respuesta patronal.

Así ocurrieron las movilizaciones del 27 de marzo en Campana donde se encuentra Tenaris-Siderca (del grupo Techint de Paolo Rocca); su continuidad en la movilización del 4 de abril en Ternium de San Nicolás (también de Techint); y el próximo 11 de abril será el turno de la emblemática Acindar (de la principal productora mundial de acero, Arcelor Mittal) de Villa Constitución. El acatamiento por ahora ha sido altísimo, mostrando la predisposición a la lucha de las bases obreras.

El motivo de estas luchas, como en otros sectores, es el techo salarial fijado por Caputo desde el Gobierno Nacional que repercute en la UOM, donde los salarios de las dos principales ramas (la 17 metalúrgicos y 21 siderúrgicos) están congelados desde hace meses. La no homologación de sus paritarias por el ex Ministerio de Trabajo (hoy Secretaría) a cargo de Julio Cordero, ex abogado de Techint, muestra más que nunca que la Secretaría es la viva representación de la Cámara Argentina del Acero (Acerbrag S.A., Arcelor Mittal Acindar y Gerdau Argentina, además de los dos gigantes del Grupo Techint, Tenaris y Ternium Argentina). Vale hacer notar que paralelamente a la enorme pérdida del poder adquisitivo de los obreros, el precio de hierro, acero, perfiles aumentaron un 300% en 2023 y alrededor de un 120% desde la asunción de Milei, según datos del INDEC.

Aprovechando el contexto las patronales arremetieron con fuertes extorsiones, como en el caso de Acindar proponiendo “despidos masivos por desempeño, suspensiones a la baja y reestructuraciones forzadas”. Éstos han comenzado y se calculan 8.000 desde diciembre de 2023. En la propia Acindar la dirección sindical local ha aceptado 600 suspensiones (que podrían extenderse a 1.700) de los tercerizados que cobrarán el 83% por 4 meses, acuerdo que su Secretario General Pablo González, catalogó cínicamente como “muy bueno” (ElNorte 21/03/2024).

Las expectativas generadas por la asunción de Furlán en marzo 2022 en reemplazo del viejo entreguista Antonio Caló, muy tempranamente comienzan a verse destruidas. Este cambio de conducción solo demostró la impotencia para conquistar los reclamos obreros más elementales de la mano de direcciones sindicales subordinadas a la tutela burguesa, por más poses combativas que intenten mostrar.

Así, actualmente el salario básico ronda los $300.000 (con pequeñas variaciones dependiendo la Rama), lejos… muy lejos de la canasta familiar, hoy en $1.300.000, que es lo mínimo que se necesita para vivir. Miente Furlán cuando endilga esta situación solo a Milei, intentando inútilmente salvaguardar al Gobierno de Alberto Fernández – Cristina Kirchner. El simple análisis de la progresión del salario desde hace décadas solo refleja una ininterrumpida pérdida de poder adquisitivo.

El gremio metalúrgico supo ocupar un lugar destacadísimo en la historia del movimiento obrero. Sus luchas se han convertido en una referencia para todos los trabajadores, por sus métodos y contundencia, conquistando los mejores convenios y arrancando los mejores salarios. Por esa enorme tradición de lucha; por el lugar central que ocupa respecto a los grandes medios de producción; por ser el corazón de muchas ciudades que viven alrededor de sus grandes fábricas; y por haber sido elegido por este Gobierno como blanco predilecto de sus ataques, es fundamental seguir de cerca la lucha actual de la UOM y rodearla de la mayor solidaridad.

Únicamente a través de la más amplia participación en asambleas en los lugares de trabajo, debatiendo democráticamente, votando sus delegados paritarios será posible generalizar la lucha en una base que comienza a desencantarse de las salidas negociadas de la dirección. Pero como sucedió a lo largo de la historia, la UOM está llamada a llevar esta lucha no solitariamente sino de conjunto, arrastrando al movimiento obrero, a la propia CGT, con una gran huelga general, enmarcada en un plan de lucha, como la propuesta para el 11 de abril, como única forma de derrotar la política del Gobierno de Milei.

Solo rescatando las mejores tradiciones de lucha de la UOM, rompiendo con las direcciones burguesas entreguistas en el sindicato y organizándonos alrededor de las banderas históricas de la clase obrera podremos conquistar nuestros objetivos y así evitar sufrir una derrota de proporciones históricas.

(Nota de MASAS n°454)

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