Retomar los históricos programas delmovimiento obrero-estudiantil para defenderla educación pública, laica y gratuita

¡Plata hay! La tienen los dueños de los campos, las multinacionales mineras y petroleras, los bancos, el imperialismo

En el marco de un histórico golpe contra la educación pública, que pone en riesgo la continuidad del ciclo lectivo en todos los niveles, la movilización de obreros y estudiantes es la respuesta indicada. Las masas vienen mostrando la predisposición a la lucha, en particular, en las universidades se han dado masivas concentraciones, clases públicas, jornadas de difusión, ruidazos. Este es el contexto que ha empujado, no solamente a los sindicatos docentes, sino también a las centrales sindicales a convocar a esta imponente movilización.

No hay ninguna duda de la necesidad presupuestaria, pero ésta debe llevarnos a discutir el rumbo de la economía. Los sectores más concentrados siguen ganando, siguen llevándosela en pala, mientras el gobierno afirma que las cuentas no cierran. Ha decidido abiertamente atacar a toda la nación, desmantelar la industria, hundir a todos los pequeños productores para garantizar el pago de la deuda externa y el derecho de la gran burguesía a continuar con el saqueo del país. ¡Decimos con claridad que hay plata! La tienen las multinacionales, las mineras, los terratenientes, etc. Hay que desconocer la deuda externa, tomar toda esa renta y utilizarla en beneficio de los oprimidos.

La estructura económica condiciona la calidad educativa

Se ha planteado que la calidad educativa del país está en riesgo, se ha planteado la lucha por una educación pública y gratuita de calidad. Es un error pensar la “calidad educativa” en abstracto. La educación está condicionada por la estructura económica, los mejores momentos de la educación argentina se han dado en el marco de ciclos de desarrollo industrial. La salida laboral de los estudiantes, la interacción con las industrias, el desarrollo de diversas ramas de la producción son motores que dinamizan el proceso educativo, potencian el desarrollo de las investigaciones. El desarrollo de las escuelas técnicas es una prueba de cómo se da este proceso, la formación de centros de investigación y su interacción con universidades y escuelas son una prueba de cómo la producción potencia el proceso educativo.

El proceso que hoy vivimos generará un efecto contrario, por eso, pelear por educación de calidad, no puede pensarse al margen de la lucha por defender la industria del país y por establecer las condiciones para su desarrollo. Una vez más, la defensa de la educación pública, gratuita y “de calidad” nos obliga a dar la pelea por definir cuál es el rumbo económico del país, como se utiliza la riqueza que la clase obrera argentina genera en los campos, en las minas, en las fábricas, en los pozos petroleros.

La defensa de la educación pública de calidad significa retomar las medidas básicas de defensa de la economía nacional: el monopolio estatal del comercio exterior y de la banca, el derecho soberano del país a implementar una política comercial de protección a su industria y al poder adquisitivo de sus trabajadores.

El desarrollo industrial capitalista ha representado un potenciamiento de la ciencia y la educación. Fue en sus inicios que se desarrollaron las escuelas técnicas, las universidades científicas, los grandes centros de investigación. Sin embargo, hoy este sistema ya no tiene más para dar y lo que antes fue un potenciamiento para la educación hoy se tornó en la base de su crisis. El estancamiento de la economía, los ejércitos crónicos de desocupados, la precarización laboral, profundizan la división entre teoría y práctica propia de la educación capitalista. La educación se torna cada vez más abstracta, frustrante, lejana, inaplicable. Hace falta transformar la economía radicalmente para superar esta crisis. Una nueva educación que vincule la teoría con la práctica, que tome como punto de partida la plena ocupación de toda la juventud, sólo puede darse sobre la base de la planificación de la economía, es decir, estatizando los principales medios de producción.

Ahí la importancia de la clase obrera en la lucha en defensa de la educación, pues es la única clase con poder suficiente para superar la crisis educativa. Es la única clase con el poder para imponer la estatización de los principales medios de producción, expropiándolos y convirtiéndolos en propiedad colectiva, para fundar una nueva sociedad y en consecuencia una nueva educación.

¿Los docentes adoctrinan?

El gobierno ha desatado una fuerte campaña en contra de los docentes, acusándolos de adoctrinar a sus estudiantes y llegando al extremo de establecer un número para denunciar casos de adoctrinamiento. Nada más anticientífico que la censura. La reforma universitaria de 1918 estableció la libertad de cátedra y la cátedra paralela. Estas dos reivindicaciones son pilares para una universidad realmente científica, el contraste, el debate, el enfrentamiento entre posturas diferentes potencian el pensamiento crítico y el desarrollo científico. Los estudiantes son la única garantía de que estas condiciones se cumplan. Defender la educación no significa defender la lógica de camarilla que opera en muchas facultades, donde no existen llamados a concurso, donde los docentes eligen solamente a aquellos que piensan igual y discriminan a quienes no. En este punto, son los estudiantes el sector más dinámico, son los estudiantes los que tienen que imponer los concursos periódicos a los docentes, definir los criterios de evaluación para garantizar tener a los mejores profesionales sin importar su tendencia ideológica.

Consecuencias del ahogo presupuestario de la educación

Nos encontramos ante un desmantelamiento del sistema público de educación. La experiencia ya ha demostrado el resultado de esta política, hemos visto durante años crecer el sistema privado de educación y este ataque profundizará esta tendencia. El crecimiento del sistema privado educativo es una pérdida total de soberanía, es dejar la educación en manos de la iglesia, de agentes del imperialismo, de los intereses de algunos privados. A este desmantelamiento contraponemos la lucha por un sistema único de educación estatal, pública y gratuita.

En particular, en las universidades, el ahogo presupuestario se puede convertir en la búsqueda de fondos propios de privados. Lo que representa una total pérdida de autonomía de la universidad y su subordinación a los intereses de la gran burguesía.

¿Cuál es la educación y la ciencia por la que luchamos?

Este ataque no es motivo para omitir esta pregunta. ¿Realmente la sociedad se beneficia de la ciencia y la educación? ¿Para que necesitamos las universidades? La escuela y la universidad son terreno de la lucha de clases, está en permanente discusión a quién va a beneficiar. En las universidades, la pelea por la autonomía universitaria es el terreno para disputarle a la burguesía al servicio de qué clase poner el conocimiento. El claustro docente juega un rol conservador en este sentido, la perspectiva es defender la ciencia que tenemos así como está, dar continuidad a sus líneas de investigación, hoy impuestas por las revistas editadas por los países imperialistas o en la perspectiva de armar pequeñas empresas. La potencia para cuestionar todo esto, está en los estudiantes, en el sector más dinámico de la universidad. Llamamos a los estudiantes a ponerse a la cabeza de esta lucha, no sólo peleando contra el ahogo presupuestario, sino cuestionando el rumbo de la universidad para ponerla al servicio de los problemas del conjunto de los oprimidos, de la defensa de la soberanía y del desarrollo del país.

(Nota de MASAS n°455)

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