La escuela como institución de adoctrinamiento de la burguesía

La escuela como institución de adoctrinamiento de la burguesía

Se ha desatado una polémica alrededor de las declaraciones de Adorni, vocero presidencial, en torno a la propuesta de modificación de dos artículos de la Ley Nacional de Educación. Este anuncio lo hizo el 4 de abril, aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba y en el marco de un paro general de la CTERA. La excusa fue la intervención de una docente en un acto del 2 de abril donde contextualizó la decisión de ir a la guerra en la dictadura militar. En primer lugar, debemos entender esta campaña contra la docencia como la forma de justificar el tremendo recorte presupuestario al sistema educativo. Tengamos presente que estos anuncios rimbombantes también actúan como cortinas de humo para tapar el desastre económico que afecta a toda la población por la inflación. Intentan conformar a un sector conservador ligado a las iglesias que los votaron y están en contra de la Educación Sexual Integral. No quieren que se hable del terrorismo de Estado, ni de la traición en Malvinas, ni de los Pueblos Originarios,  ni de las luchas históricas de la clase obrera y de los oprimidos.

A la acusación de adoctrinamiento la respuesta de las autoridades de las Universidades y sindicatos fue inmediata. Todos advierten sobre la peligrosidad que implica la pérdida de libertad de cátedra y sostienen que las escuelas enseñan y no adoctrinan. Evidentemente la línea de intentar hacer retroceder los avances en la ESI o en otros contenidos es grave, sin embargo, no debemos dejar de señalar el carácter de clase de la escuela como institución.

En la creación misma del Estado nacional la escuela cumplió un rol fundamental de adoctrinamiento tanto con los inmigrantes que llegaban con ideas socialistas y anarquistas como contra los pueblos originarios, justificando el enriquecimiento de la oligarquía terrateniente. La burguesía no ha abandonado ni tiene la intención de abandonar su influencia en el sistema educativo. Para ellos es central que las ideas que sostienen el sistema capitalista sean impartidas en las escuelas, como por ejemplo que democracia es votar cada cuatro años, que existe la división de poderes o que por sobre todos los derechos está la propiedad privada. Esto no quita que haya muchos docentes que en sus clases imparten otros contenidos y son críticos, pero no cambia el carácter de clase de la escuela, es en esencia piramidal y punitiva. Por eso se persigue a los docentes que se salen de los cánones establecidos, por eso las efemérides y la religiosidad cívica siguen cruzando la vida escolar, por eso persiguen al estudiantado cuando se organiza, y por eso desde las supervisiones realizan sumarios para perseguir a la docencia.

En esta coyuntura nos toca defender la escuela pública, la universidad y el derecho a la libertad de cátedra, pero sabemos que la nueva escuela será producto de la nueva sociedad y ese es nuestro horizonte.

Sumate a la Púrpura la Agrupación docente del POR

(Nota de MASAS n°455)

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