La política del FITU de cara al 1ro de mayo fue de división de los trabajadores y de abandono de la lucha por la dirección de los sindicatos

El 17 de abril, en el marco de uno de los encuentros convocados por el sindicalismo combativo y las asambleas barriales, se convocó a un encuentro el 27/4 para debatir “la necesidad de impulsar asambleas y plenarios de delegados y luchadores, para garantizar un gran paro nacional, por un plan de lucha y contra la política de que sea un paro aislado, como así también debatir cómo intervenir de forma independiente el 1ro de Mayo”. Formalmente, la convocatoria es correcta, es correcto coordinar para impulsar una intervención políticamente independiente el 1ro de Mayo. El encuentro estaba convocado a Plaza de Mayo, el formato no tenía foco en el debate entre los sectores en lucha sino el de un acto político. Las organizaciones que conforman el FITU militaron este encuentro incluso desde antes del 17 de abril, aprobaron sucesivamente la participación en las asambleas barriales e incluso trataron de aprobar mandatos.

El encuentro se difundió hasta el 25 de abril, donde, sin ningún aviso público, la convocatoria al 27 de abril fue reemplazada por un documento que llamaba a que el 1ro de mayo sea un día de movilización independiente. No circuló ninguna declaración pública que informe sobre la suspensión del 27. Circularon comentarios que afirmaban que el encuentro fue suspendido por pronóstico de lluvia y también se comentó que hubo un encuentro en la Facultad de Filosofía y Letras, sin embargo, no circularon resoluciones de dicho encuentro.

Finalmente, la noche del 29 de abril, comenzaron a circular las convocatorios y quedó claro que detrás de la suspensión del encuentro se encontraba la incapacidad del FITU de resolver sus diferencias. PO e IS llamaron a movilizar como columna independiente en la marcha convocada por las centrales sindicales para luego desembocar a un acto en Plaza de Mayo, mientras que PTS y MST solamente llamaron al acto.

Ambas convocatorias dividen a los trabajadores, los sacan de sus sindicatos para fortalecer una columna o un acto de la izquierda en lugar de intervenir activamente en sus propios sindicatos. La política de columna independiente termina anulando la posibilidad de intervenir dentro de nuestros sindicatos, entre nuestros compañeros, marchando por separado quienes adhieren al FITU de quienes adhieren a otros partidos. Sin embargo, más grave aún, es la política que llevaron adelante PTS y MST que en los hechos fue una política de boicot a la movilización convocada por las centrales sindicales. Militantes de estas organizaciones intervinieron activamente en sus lugares de trabajo para vaciar la marcha desconociendo que esta era una jornada de lucha parte del plan de lucha que el movimiento obrero arrancó a las centrales sindicales.

Las exigencias de plan de lucha, paro activo a las centrales sindicales caen en saco roto si cuando las mismas convocan a luchar saboteamos las medidas. La jornada del 1ro de mayo fue indiscutiblemente una jornada de lucha con más de 300 mil compañeros en las calles movilizando con sus respectivos sindicatos. El FITU se mantuvo al margen y hasta lo militó en contra.

La CGT realizó un acto con un programa limitado que solamente se posiciona en contra de la ley bases, en contra de la reforma laboral propuesta por esta ley, en contra del impuesto al salario y exige una mayor intervención del Estado en la economía. Se trata de un programa de conciliación de clases, un programa que no cuestiona la deuda externa, que no se posiciona por que el salario mínimo cubra el costo de la canasta familiar, que ha abandonado la lucha por la estatización de la banca y el comercio exterior, la estatización de los resortes de la economía. Es un programa que incluso ha abandonado las banderas nacionalistas de los años 70.

La crítica de la izquierda es superficial y hasta deshonesta, acusan a la burocracia sindical de haber pactado una reforma laboral, cuando aunque hayan querido pactar, el gobierno los dejó fuera de la negociación. Los pronunciamientos públicos de la burocracia son en contra de la actual reforma laboral. Se exige a la burocracia un plan de lucha y organizativamente hoy hay en curso un contundente plan de lucha. La crítica revolucionaria es al programa de la burocracia, a su política de conciliación de clases a la propuesta que hacen de país.

El gran error de las organizaciones centristas se encuentra en poner un igual entre dirección y sindicatos, entre burocracia y organización sindical. Cómo resultado de este razonamiento, los centristas entregan los sindicatos a la burocracia, abandonan el fortalecimiento de nuestras organizaciones sindicales. Los sindicatos son nuestros, son de los trabajadores. Es un grave error pensar que hoy los sindicatos en Argentina son cáscaras vacías, son el principal canal del descontento de los oprimidos, son nuestras organizaciones naturales. Hay una larga tradición de organización sindical en el país. Esta realidad puede cambiar ante la inacción de las direcciones sindicales y debemos estar atentos a cuando aparezcan otros canales de movilización de las masas. Sin embargo, los últimos acontecimientos demuestran que los sindicatos son aún el principal canal de movilización de las masas. Las asambleas barriales de Buenos Aires solamente movilizan al sector más activo y tienen un crecimiento episódico ante la inacción de los sindicatos.

Destacamos el hecho de que varias organizaciones de izquierda intervinimos activamente dentro de la movilización de la CGT y principalmente dentro de nuestros sindicatos. En particular, la columna de ATE tuvo presencia de comisiones internas opositoras. Este es el camino para disputarle la dirección a la burocracia, fortalecer nuestras organizaciones sindicales e intervenir activamente en nuestras columnas con una política independiente. La ausencia de valiosos activistas en estas columnas debilita la intervención independiente en nuestros sindicatos. La intervención activa de nuestros sindicatos, de nuestras centrales obreras, a pesar de estar burocratizadas es un factor que ha revolucionado la situación política. Esperamos que los valiosos activistas de las organizaciones que conforman el FITU puedan reflexionar sobre este nuevo fenómeno y tengan una intervención consecuente para disputar la dirección de nuestros sindicatos, para fortalecer nuestras organizaciones gremiales y construir desde abajo nuevas direcciones que sean expresión de la independencia política de la clase obrera.

(Nota de MASAS n°456)

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