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La crisis de Milei es la de toda la burguesía, del capitalismo agotado

Se cumplen 6 meses de gobierno de Milei en un cuadro de agravamiento de su crisis, que es la crisis de la burguesía en todos los terrenos. Haremos un repaso de los hechos más destacados.

Fracasó el acto del 25 de Mayo en Córdoba, convocado pomposamente como el “Pacto de Mayo” el 1° de Marzo en la apertura de sesiones legislativas, por un “contrato social” para establecer un “nuevo orden económico argentino”, con “10 principios”, de la que participarían los gobernadores. La condición es que estuviera aprobada previamente la Ley Bases. El acto se realizó en una plaza semivacía, con menos de 6000 personas, sin gobernadores.

El Congreso no puede colocar a votación el DNU en diputados por temor a una derrota. A mediados de marzo fue rechazado en el Senado. Mientras tanto los efectos siguen vigentes, excepto aquellos que están frenados en la Justicia.

Debió reducir la Ley Ómnibus de los 664 artículos a 232 para lograr su aprobación en diputados y ahora va por su debate y aprobación en el senado con modificaciones. Sigue siendo una Ley antinacional y antiobrera modificada para lograr el apoyo de gobernadores y parlamentarios.

Debió postergar tarifazos y mantener subsidios que había prometido eliminar por temor al creciente rechazo popular.

No puede quitar el “cepo” al dólar que le reclaman el FMI y las empresas y que es un objetivo declarado. Sólo lo podría hacer si la evolución de la cotización del dólar fuera sustentable. El dólar paralelo tuvo su primera corrida, que aún no terminó. No puede eliminar el impuesto país que subió al 17,5% porque representa una recaudación que no puede prescindir.

Los efectos buscados con la brusca subida de la cotización del dólar en 118% cuando asumió ya se esfumaron debido a la elevada inflación. Para volver al nivel de diciembre necesitaría provocar una nueva devaluación.

La recaudación impositiva cae en términos reales debido a la recesión provocada, crece el endeudamiento en forma extraordinaria, más de 43.000 millones de dólares en 4 meses. Crece la certeza de que ni siquiera con los monumentales ajustes que se han hecho se podrá pagar la deuda externa y se marchará a un nuevo default.

Todos los indicadores de la economía muestran caída respecto al año anterior y no aparece ninguna señal de recuperación.

La CGT ya contabiliza unos 370 mil despidos en el país con tendencia a agravarse en los próximos meses.

Según la UCA (Universidad Católica) la pobreza trepó al 55,5% en el primer trimestre: ya afecta a casi 25 millones de argentinos, con 8 millones en situación de extrema pobreza.

Echaron a Posse, el jefe de gabinete, y al jefe de inteligencia Silvestre Sívori, con graves denuncias por espionaje sobre los miembros del gabinete.

50 funcionarios de primera línea han sido renunciados o despedidos.

Por la negativa a pagar en diciembre 40 millones de dólares por los compresores que hubieran duplicado la distribución de gas se debió importar de urgencia buques de gas gastando 500 millones y dejando durante días sin abastecer gas para industrias y estaciones de GNC.

Estalló la denuncia contra el gobierno y su ministra Pettovello por no entregar más de 5 mil toneladas de alimentos en los depósitos de su Ministerio próximas a vencer, mientras los comedores comunitarios reclaman desde hace meses porque no les entregan comida. Renunciaron los principales funcionarios de su cartera. Su segundo De la Torre y todo su plantel fue denunciado por corrupción.

Este breve repaso de hechos recientes muestra el grado de crisis económica, política y social. Pero el hecho más importante es la pueblada protagonizada por los misioneros durante casi dos semanas, una rebelión que arranca por los más básicos reclamos salariales y contra los tarifazos y se transforma en política cuestionando al gobierno y la legislatura, quebrando el poder represivo del Estado, anticipando la rebelión en otras provincias.

La rebelión está diciendo que la burguesía está agotada, que el capitalismo está agotado, que no solo no pueden satisfacer ni resolver las necesidades más inmediatas de los oprimidos sino que cada día que pasa agrava más y más las condiciones de vida y de trabajo. Las amenazas de represión multiplican la bronca. Sus partidos políticos, sus instituciones están podridos y descompuestos, no hay cómo reformarlos o rescatarlos.

Es fundamental preparar las luchas, realizar plenarios, reuniones, asambleas, para garantizar la mayor participación en las movilizaciones, para garantizar la máxima contundencia de los paros, para derrotar la Ley Bases y toda la política de Milei, y debemos aprovechar para empezar a debatir cómo haremos los trabajadores para gobernar, cómo tomaremos las riendas del país, cómo terminaremos con el hambre, la pobreza y la desocupación, cómo terminaremos con las deudas y la gran concentración de la propiedad privada en muy pocas manos.

(nota de MASAS n°458)

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