A 18 años del asesinato de Carlos Fuentealba
Una lucha por salario que se convirtió en política
Este 4 de abril se cumplen 18 años del asesinato de Carlos Fuentealba, una lucha por salario que se convirtió en política. El reclamo era por salario igual al costo de la canasta familiar, todas las sumas fijas al básico y el pase a planta de los auxiliares de servicio. Además de haber tomado los métodos de la clase obrera, las asambleas multitudinarias, plenarios, recorrida de otros sectores de estatales y los cortes de ruta para profundizar la lucha, se estaba gestando la unidad desde las bases con los sectores estatales que comenzaban a confluir en la lucha por salario, a pesar de las burocracias de los sindicatos. La importancia de esta huelga fue su programa, la unidad con el resto de los estatales y los métodos de organización y lucha.
Los trabajadores de la educación de Neuquén tenían claro que para arrancarle al gobierno sus demandas era necesario tocar el poder económico y político, y que era necesaria la unidad. El gobierno y la burguesía no podían permitirlo, todos se unieron con el objetivo de liberar la ruta, las cámaras empresarias, el intendente de Neuquén “Pechi” Quiroga, Néstor Kirchner ofreció la gendarmería para liberar la ruta. Por ello desataron una brutal represión para escarmentar a los osados trabajadores de la educación. Es así que nació la consigna: “¡Fuera Sobisch!” que sosteníamos la vanguardia y que la base tomó en las asambleas y en las calles.
Es necesario entender que tanto la burocracia sindical (el secretario general era Marcelo Guagliardo) como los partidos patronales se alinearon para que esta lucha se canalizara por la vía institucional y legal en un año electoral. Le salvaron el pellejo a Sobisch para que termine su mandato. Tardaron más de un mes en lograr sacar a los docentes de las calles y el acampe en casa de gobierno. Para ello tuvieron que acceder a varios reclamos, el pase a planta de miles auxiliares y un importante aumento.
¡Solo la lucha traerá justicia!
Carlos Fuentealba, un compañero militante
Una de las disputas de la huelga del 2007 y el asesinato de Carlos Fuentealba es su memoria. La burocracia sindical ha ido lavando lentamente su imagen y tratando de borrar el carácter militante del compañero por estar ligado a una organización partidaria como el MAS.
Carlos Fuentealba comenzó su militancia en las grandes huelgas de la UOCRA de los años ´80 y la continuó como docente siendo un delegado activo y antiburocrático. La transformación que hicieron de su imagen, advertida por la compañera Lidia Pedrosa en ese momento, del compañero con barba en la ruta a la imagen del Carlos con guardapolvo y afeitado, hasta el relato que intenta borrar su militancia para darle preponderancia a su actividad en las aulas no es posible obviar.
Es verdad que Carlos era un docente muy querido por sus estudiantes y comprometido con su tarea, pero desde una perspectiva de clase. Este nuevo aniversario de su fusilamiento público, mientras junto a sus compañeros llevaba adelante una medida de acción directa votada en una asamblea, reivindicamos al Carlos militante sindical, antiburocrático y trotskista.
(nota de MASAS n°477)