Sobre el cambio repentino en la dirección nacional y algunas regionales de la UOM

El gremio metalúrgico, otrora vanguardia y dirección del movimiento obrero, no supera el carácter burocrático de su dirección que tiene un férreo control del gremio desde las fábricas. En La Matanza “crearon” una coordinadora de agrupaciones metalúrgicas entrampando al conjunto del activismo opositor a quienes dan algunas libertades para intervenir, pero todos encorsetados a la dirección zonal de la burocracia de turno: ayer Gdansky, luego Melo, hoy Cabello, encabezando una lista de “unidad” conformada por la misma dirección saliente.

Hubo un cambio, un reajuste inter-burocrático en la dirección nacional desplazando repentina y abruptamente a su dirección, Antonio Caló, reemplazado por Francisco Abel Furlán, ex secretario general de la sección Campana-Zárate, ex diputado nacional por el FPV en 2015, ex concejal y presidente del concejo deliberante en 2005-2007, consejero del PJ bonaerense, etc. O sea, un viejo burócrata sindical y político más del peronismo ligado a Máximo Kirchner.

En Quilmes Adrián Pérez desplazó a barba Gutiérrez quién permaneció casi tres décadas como secretario general; en Morón, se bajaron sorpresivamente los tres candidatos que secundaban a quién encabezaba la lista oficialista y automáticamente asumió la oposición. Por regla del gremio cuando se bajan de la lista tres candidatos que le siguen al candidato a secretario general se da de baja a la lista y se convalida la lista opositora. También en otras regionales.

De este cambio en la dirección nacional y en varias regionales del país, no se registran que hayan intervenido los trabajadores metalúrgicos. No obedece a ninguna lucha de los trabajadores en sus lugares de trabajo, que se hayan movilizado y votado en asambleas de fábricas esta nueva dirección del gremio. Nada de esto sucedió que se conozca. Todo indica que es un ajuste inter-burocrático desde la dirección nacional y regionales del gremio metalúrgico.

Algunos analistas políticos señalan que se debe a un ajuste burocrático determinado por la lucha interna del Frente de Todos. En este caso desplazamiento de un albertista por un kirchnerista. Antonio Caló apoyaba a Alberto y subordinaba el gremio al plan del gobierno. Había convalidado, de acuerdo con el gobierno, un “aumento salarial” del 45% frente a una inflación superior al 50%.

Desde la dictadura militar y sobre todo del menemismo -comienzos de los ´90- que la dirección del gremio metalúrgico se subordinó a los planes de la burguesía y sus gobiernos de turno sobre despidos masivos y rebajas salariales permanentes de los trabajadores metalúrgicos. Persecución gremial y patronal a los delegados y activistas que planteaban algún plan de lucha en defensa de las condiciones laborales de los trabajadores. Traidores y canallas.

Vaciaron de genuina representación gremial a los trabajadores metalúrgicos en acuerdo con las patronales para garantizarles imponer todas las condiciones de sobre explotación sin que se planteara siquiera una protesta dentro del gremio. Férreo control de la burocracia en el sindicato y de las patronales en los lugares de trabajo persiguiendo a todos los trabajadores.

Expulsar a la burocracia y recuperar el sindicato para los trabajadores dependerá de la puesta en pie de organizaciones revolucionarias, que agrupe a los más valientes, leales, honestos e inteligentes del activismo fabril hasta poder aparecer públicamente ante el conjunto de los trabajadores para plantearles recuperar la herramienta de lucha que es el sindicato. Así comenzaremos a preparar la lucha por nuestras conquistas históricas arrebatadas por las patronales metalúrgicas desde la dictadura militar con la complicidad de la burocracia.

Los trabajadores debemos comprender la necesidad de organizarnos independientemente de la burocracia sindical, de las patronales y sus gobiernos de turnos, para luchar por nuestros derechos elementales: trabajo para todos, salarios que satisfagan las necesidades básicas de nuestras familias, salud, educación, viviendas, transportes, servicios (luz, gas, agua, cloacas, internet, etc.) que podamos pagar. Sólo con una lucha unitaria lo conquistaremos.

 

(nota de MASAS nº412)

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